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La UD Las Palmas vuelve a las andadas (1-3)

La UD Las Palmas vuelve a las andadas (1-3)

Patinazo amarillo en el Gran Canaria. No le salió nada a Las Palmas de cara a gol y, por si fuera poco, hizo aguas en defensa. Los agujeros en la retaguardia y los errores individuales condenaron a los grancanarios ante un serio Fuenlabrada. El VAR entró en escena para pitar un penalti de Mauricio Lemos, pero no vio una mano clamorosa a un disparo de Kirian

Viernes, 17 de julio 2020, 05:22

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Dosis de realidad para la UD. Cuando quería volar, el Fuenlabrada le cortó las alas. Patinó el conjunto amarillo que, además, hizo aguas en defensa, acentuando la baja de Martín Mantovani. Los de Mel, que tuvo que ver el choque desde la grada, fueron indolentes tras el primer zarpazo madrileño. Luego, a contracorriente, no fueron capaces de revertir la situación. Y eso que lo intentaron los isleños creando ocasiones de gol para obtener más recompensa que el vacío que se llevaron ayer.

Volvían a mezclar Mauricio Lemos y Aythami Artiles en el eje de la zaga y dos errores puntuales condenaron su equipo. El charrúa cometió un penalti clamoroso, con exceso de ímpetu y confianza, que decantó la balanza. Luego, Aythami, en su intento de tirar la línea del fuera de juego, habilitó a Nteka para que fusilara a Josep. Al final, la historia acabó con un desenlace fatídico para los intereses insulares. Derrota, sangría defensiva y un equipo que, pese a que en ciertas fases dominó con solvencia, despertó el viejo fantasma de la desesperación y la depresión. Especial atención también, una vez más, al colegiado. Areces Franco vio penaltis en el área de Las Palmas, pero se olvidó del que hubo en la madrileña. No gana para disgustos la Unión Deportiva, pues el VAR apareció para castigar a Mauricio Lemos (justamente) y no para ver una mano en un disparo de Kirian.

Saltó sin miedo el Fuenlabrada, que avisó con un remate de cabeza de Glauder y blocó Josep sin apuros cuando la gente todavía no se había acomodado en sus asientos. Tardó poco, o nada, Jonathan Viera en responder. Cedrés se la dejó con el pecho y el malabarista de La Feria se sacó una volea de la chistera que se marchó por centímetros. No se iba a andar con rodeos Las Palmas. Eso sí, fiel a su filosofía. Porque esta UD toca y toca hasta que encuentra el carril para meter la directa. Pepe Mel, al que le tocó ver el partido en la grada, ha logrado inculcar unos valores palpables desde cualquier zona del campo. La lucha por una idea. Una premisa que se fundamenta en un doble pivote al que nunca le quema la pelota en los pies. Con Fabio y Galarreta, los amarillos cocinan fútbol hasta que sale un plato de estrella Michelín. Con calma, pero siempre con la vista puesta en el nexo de este equipo, Jonathan Viera.

Con Cristian Cedrés y Álvaro Lemos volando por la banda derecha, la Unión Deportiva apretaba al Fuenlabrada. No había tiempo que perder. Mordía una y otra vez el cuadro isleño por los costados. Si no, que se lo pregunten a De la Bella, que está gozando de una segunda juventud galopando como un extremo más. Y, cuando no se tiene el balón, toca correr para robarlo. Hasta Viera, un poeta del esférico, se ponía el mono de trabajo cuando lo exigía el guion. Carrera pegado a la línea de cal para desbaratar una intentona de contragolpe visitante.

Aparecía el VAR en el Gran Canaria y no era para celebrar nada. Mauricio Lemos cayó en la trampa, fue al suelo con fuerza y cogió a Oriol Riera por el camino. No se había percatado Areces Franco, colegiado de la contienda, que casi veía como Srnic subía el 1-0 al electrónico. Del casi del serbio, a la pantalla en banda y a la pena máxima. Hugo Fraile retaba a Josep y no fallaba. El Gran Canaria explotaba y tocaba remar a contracorriente. Y, por si fuera poco, Álvaro Lemos se rompía en una carrera infinita intentando dejar atrás a tres rivales. Ver para creer. El malfario de las lesiones se cebaba con el lateral derecho gallego, que dejaba su puesto a Eric Curbelo.

El gol madrileño supuso un duro revés para Las Palmas. Los insulares no se encontraban sobre el césped y el Fuenlabrada buscaba sentenciar el choque sobre la marcha. Pasaban los minutos y las sensaciones no aventuraban tiempos de bonanza para los locales. Mientras, los de Mere, se encomendaban a las diabluras de Hugo Fraile y Randy Nteka para asestar la puñalada letal. Hasta que así fue. El mediapunta francés cazó un balón dentro del área de Josep y fusiló al guardameta de Alzira sin miramientos. No perdonó la pasividad defensiva y mandaba al representativo noqueado a los vestuarios. Así llegaba la Unión Deportiva al descanso. Desorientada y moribunda. No asimiló el mazazo que vio el árbitro tras el aviso del VAR y el aprovechó las dudas.

Tras el intermedio, el cuadro grancanario subía la intensidad en busca de un gol que diera oxígeno a la fe. Galarreta dejaba el testigo a Kirian y Las Palmas daba dos pasos hacia adelante. Había prisas y urgía batir a Biel Ribas. Balones a Viera y todos a moverse por las zonas de ataque. No había otra. Sin Pedri, todo se remite a lo que el de La Feria sea capaz de generar. Lo intentó Cedrés desde fuera del área pero se topó con un pecho rival. Le costaba la vida misma encontrar los espacios a los amarillos. Volvió a intentarlo el extremo de Carrizal con un testarazo que le sacaron debajo de los palos. No encontraba la suerte el combinado isleño.

Parte del público volvió a pedir la dimisión de Miguel Ángel Ramírez, presidente de Las Palmas. En la imagen, en el palco junto con distintas autoridades.
Parte del público volvió a pedir la dimisión de Miguel Ángel Ramírez, presidente de Las Palmas. En la imagen, en el palco junto con distintas autoridades.

El VAR, para los rivales, claro. Lanzaba un misil Kirian que chocaba en el brazo de uno de los zagueros del Fuenlabrada y ni con esas. El balón iba al arco y no fue ni a mirar la pantallita. Qué raro. Encima, a Pekhart, le movieron la portería de sitio cuando, con la derecha, solo y bajo los palos, mandó el balón fuera sin sentido. Lo intentó Srnic con un zambombazo desde la derecha, pero nada, no quería entrar la pelotita. Era un asedio amarillo. Mauricio Lemos, de cabeza, casi recorta distancias, pero la volvieron a salvar bajo la madera. Era misión imposible.

Aythami le buscaba la segunda amarilla a Álex Vallejo y la grada entonaba el «a por ellos». Roberto Ríos, segundo de Mel, mandaba a todo el equipo al ataque. Ya no importaba caer por más tantos. Había que meter como fuera, pero quien lo hizo fue el Fuenlabrada, con uno menos, desde los once metros. Esta vez sí vio el árbitro una mano de Eric Curbelo dentro del área. En el tiro de Kirian no quiso apreciarla. Hugo Fraile volvía a engañar a Josep y subía la sentencia al marcador. Jonathan Viera maquillaría el resultado con el gol del honor. Lo hizo, como se está acostumbrando este curso, desde un lanzamiento de falta.

Al final, los visitantes se llevaron los tres puntos del Gran Canaria y asaltaron la segunda posición de la tabla. Mientras, a Las Palmas le tocó morder el polvo y echar de menos a hombres como Mantovani y Pedri, claves esta temporada y que no volverán a lucir el amarillo casi hasta finales de noviembre. Un revés que coloca los pies en el suelo.

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