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La gloria está escrita con letras de plata

La gloria está escrita con letras de plata

Sábado, 7 de agosto 2021, 21:48

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No pudo ser. La selección olímpica brasileña se hizo con un partido y una final que podría haberla perdido.

La triste conclusión es que España se ha quedado a las puertas, y es plata olímpica. Ahora quizás suene a decepción, pero con el tiempo sonará a la gloria que significa ser medallista en unos Juegos Olímpicos. Y medallista de plata.

¿Y cómo se recordará el partido? Una final es ese encuentro que hay que ganar, que no se juega, que se gana… pero una final olímpica es algo más, es eterna porque ninguno de los protagonistas volverá a jugarla de nuevo.

España jugó esa final y así lo recordaremos. Antes de ese recuerdo futuro, hoy tendríamos que decir que España, una vez más, y son muchas ya, disp utó un partido a 120 minutos con la mitad del equipo formado por jugadores que tras una larga temporada tuvieron que enfrentarse a una Eurocopa con más partidos con prórroga de los deseados. No sabría decir si por esos 120 minutos o por los jugadores 'heredados' de la Euro, es lo que hace que de alguna forma esta selección olímpica pareciera la prolongación de la absoluta de Luis Enrique, y no solo por estos dos conceptos.

Algunos detalles, ya conocidos, parecen contribuir a esa continuación entre equipos. Por un lado, los fallos defensivos que dieron este sábado en los Juegos el triunfo a la 'Canarinha'. Por otro lado, que son partidos que no se cierran, y el ejemplo más claro son esos dos postes que con el encuentro empatado pudieron decantar el duelo final. Y, finalmente, hay algo que no se puede obviar, y es la habitual falta de gol en la selección.

Es posible que ahora creamos que será así como se recordará el partido, pero no, no será así. La final de los Juegos de Tokio entre España y Brasil se recordará por el logro olímpico, nadie quitará la gloria a este equipo, cuyos componentes disfrutaron en la entrega de las medallas sin quitárselas del cuello, disfrutando de ellas.

Nadie le quitará a Mikel Oyarzabal la gloria del gol marcado, un magnífico tanto para el recuerdo. Y nadie quitará a Luis de la Fuente el orgullo del enorme trabajo realizado llevando una vez más al éxito a su equipo.

No pudo ser, pero el nombre de estos jugadores resplandecerá escrito con letras de plata en los anales de la gloria olímpica para siempre.

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