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Jornada 38

El Real Madrid reserva la pirotecnia para París

El finalista de la Champions cierra la Liga con un partido de guante blanco ante el Betis la noche en que Marcelo e Isco se despidieron del Bernabéu

Óscar Bellot

Madrid

Jueves, 19 de mayo 2022

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Historia que tú hiciste, historia por hacer. El inicio del himno de la 'décima' viene que ni al pelo para presentar el choque que medirá este viernes al Real Madrid con el Betis en el Santiago Bernabéu. El campeón de Liga pondrá el broche a su brillantísimo periplo por el torneo doméstico con los dos ojos puestos en el inminente futuro, pero sin olvidar su reciente pasado. El mismo que tiñeron de gloria Marcelo, Isco o Bale. Tres figuras que tuvieron un sobresaliente papel en el último ciclo regio en Europa del club de Chamartín, pero que se despedirán del coliseo del Paseo de la Castellana convertidos en actores secundarios mientras su equipo enfila el asalto a la 'decimocuarta'. En un escenario que solo vive para el hoy y para el mañana, se abrirá un espacio para el ayer dentro de ese anunciado ensayo general para la final de París al que el reluciente dueño de la última Copa del Rey no acude precisamente en calidad de convidado de piedra.

«Las sensaciones son buenas porque nos queremos despedir bien de nuestra afición en el último partido. Ha sido una temporada muy bonita, lo hemos hecho bien y la afición ha ayudado. La Liga tiene que ser buena de principio a fin. El objetivo es claro: tener una buena dinámica frente a nuestra afición para ganar la final», señaló Carlo Ancelotti en la previa de un encuentro para el que el técnico italiano tiene disponible a toda su plantilla con la salvedad de Alaba, que se perdió el último entrenamiento por una sobrecarga pero cuya presencia contra el Liverpool no parece correr peligro.

El austríaco cederá su puesto en el eje de la zaga a Nacho dentro de un once que, por lo demás, será con casi toda seguridad el mismo que plantará cara de entrada al Liverpool en el Stade de France dentro de ocho días. De cumplirse esas previsiones, el que más razones tiene para felicitarse es Rodrygo, que se cuela en el bloque inicial por delante de Valverde.

Lo normal es que a medida que avance el partido haya espacio para Marcelo en el lateral izquierdo para que la parroquia merengue tribute un merecidísimo homenaje a una leyenda viva que ha conquistado 24 títulos portando la zamarra blanca, con la posibilidad de añadir otro más la semana que viene para elevar aún más su estratosférica plusmarca. Llegó como una promesa hace quince años y se marchará como un mito que concita el unánime aplauso de la hinchada.

Todo apunta a que Ancelotti tendrá también un gesto de cariño con Isco, titular y figura destacada en la finales de la Champions de Cardiff y Kiev que valieron sendas 'orejonas' para el Real Madrid. Pero a Bale ni se le espera. «Todo el mundo sabe que acaba contrato. Que juegue o no mañana no es tan importante. Lo importante es que ha sido parte de la historia de este club. Se queda en el recuerdo de todos los aficionados del Madrid porque fue importante en la 'décima', en la final de Kiev y en la Copa del Rey», adujo el preparador. El galés entró en la convocatoria, pero es uno de los descartes.

El quinto puesto, en juego

Más allá del factor sentimental y del morbo que aportaría la aparición sobre el rectángulo de juego de Ceballos, objeto de deseo del Betis, Ancelotti reintegrará al bloque a Courtois, Modric, Benzema y Vinicius, las cuatro vigas maestras que no estuvieron frente al Cádiz y sobre las que reposarán buena parte de las opciones del Real Madrid de volver a reinar en su competición fetiche el próximo sábado.

Elevar el grado de exigencia del finalista de la Champions será misión de un Betis que comparece en el Santiago Bernabéu con la quinta plaza del campeonato doméstico en juego. Una cuestión para nada baladí tanto en términos de orgullo como económicos. Al conjunto de Manuel Pellegrini le bastaría un punto para ganarle la mano a la Real Sociedad. Para ello, el Ingeniero, que no podrá contar con Claudio Bravo, Víctor Ruiz ni Bellerín, no se guardará ninguna carta. «No está todo terminado, queda este partido y puede tener mayor o menor trascendencia. Hay que ganar cualquier partido que uno juegue. Hay motivación, más ante el campeón y en su campo», avisó el chileno.

El Real Madrid llegará a París en perfecto estado de revista. El conjunto de Carlo Ancelotti cerró una Liga sobresaliente con un plácido partido ante el Betis que no infligió ni un solo rasguño a los blancos en una noche inmejorable para el disfrute de la hinchada, el tributo a dos actores determinantes en la etapa más esplendorosa del club de Chamartín después de la que abanderase Alfredo Di Stéfano y, por último, pero no menos importante, dar el definitivo empujón anímico a una escuadra que dentro de una semana volverá a citarse con la historia.

El merecidísimo homenaje del Santiago Bernabéu a Isco y Marcelo en la que, todo apunta, fue su última aparición en un estadio al que regalaron incontables días de vino y rosas constituyó el punto álgido de un encuentro de guante blanco del que tanto Real Madrid como Betis salieron con el botín que perseguían. Los primeros, sin lesiones que compliquen su hoja de ruta hacia el Stade de France y una armonía desprovista de aristas, toda vez que Ancelotti ni dio acomodo siquiera en el banquillo al divisivo Bale. Los segundos, atando el quinto puesto que vale un puñado de millones y refuerza el orgullo en una campaña brillantísima en la que levantó la Copa del Rey frente al Valencia y peleó casi hasta el final por estar en la próxima edición de la Champions.

Más sensación de amistoso que otra cosa dio un pleito que abrió el tifo presidido por la imagen de la Torre Eiffel desplegado por la grada de animación. Una prueba más de que, al margen del culebrón Mbappé, el madridismo tiene todas sus ilusiones depositadas en la final del 28 de mayo con el Liverpool. El duelo contra el Betis representaba el último ensayo para lo que sucederá en la capital francesa y todo cabía leerlo en clave Champions desde la óptica local.

Real Madrid

Courtois, Carvajal, Militao, Nacho, Mendy (Marcelo, min. 69), Casemiro (Casemiro, min. 46), Modric (Ceballos, min. 69), Kroos (Valverde, min. 46), Rodrygo (Isco, min. 69), Benzema y Vinicius.

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Betis

Rui Silva, Sabaly, Pezzella, Bartra, Álex Moreno, Guido, Guardado (William Carvalho, min. 63), Canales (Tello, min. 86), Fekir (Joaquín, min. 73), Juanmi (Borja Iglesias, min. 73) y Willian José (Rodri, min. 63).

  • Árbitro: Jaime Latre (Comité Aragonés). Sin amonestados.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la 38ª jornada de Liga, disputado en el Santiago Bernabéu ante 52.232 espectadores. Doble pasillo en honor a los campeones de Liga y de Copa. El cantante Alejandro Sanz efectuó el saque de honor.

Sin más objetivos en liza que el punto que precisaban los verdiblancos para asegurarse la quinta plaza y mantener alta la moral, engrasadas las piernas y, sobre todo, evitar lesiones por parte del bando anfitrión, Real Madrid y Betis ofrecieron un enfrentamiento sin demasiados corsés tácticos. Lo agradecieron tanto Vinicius, que tiró de repertorio en un Madrid preso de las comprensibles cautelas que impone estar a un paso de la cima, como Canales y Fekir, los dos brujos de un Betis que comenzará sus vacaciones este sábado y que, en consecuencia, se podía dar el lujo de desgastarse más.

Con todo, la falta de exigencia y el calor de la capital impactaron en el ritmo de una primera parte con alternativas pero pocas ocasiones venenosas más allá de un envío en largo a Juanmi que pilló a la zaga del Real Madrid con el paso cambiado antes de que Militao corrigiese encimando al malagueño y un disparo seco desde la frontal de Casemiro que se marchó ligeramente desviado.

Ancelotti metió energía extra tras el paso por la caseta con la entrada de Camavinga y Valverde para dar descanso a Casemiro y Kroos. Ganó presencia física y metros con ambos sobre el pasto el Real Madrid, que disfrutó de una ocasión pintiparada para abrir el marcador por mediación de Benzema que abortó Rui Silva antes de que Bartra evitase males mayores con el oportunismo de Rodrygo. El pleito se verticalizaba por momentos y la grada comenzó a disputar el partido de París jaleando a una escuadra que vuelve a rozar el cielo.

Ajeno a esa algarabía, buscó el Betis una victoria que le permitiese rematar por todo lo alto una temporada extraordinaria, aunque sin fortuna. Consideró Ancelotti que era el momento propicio para dar paso a Marcelo e Isco, dos figuras medulares en una época inolvidable, aunque de capa caída desde la final de Kiev. Atronadora ovación para el capitán brasileño, una leyenda eterna, y aplausos más comedidos para el malagueño, al que se recordará con cariño cuando el tiempo haga más justicia a sus méritos.

Tuvo también el reconocimiento de la parroquia merengue Joaquín. El portuense, querido allá donde va, disputaba su partido número 600 en Primera, algo que antes solo había logrado Andoni Zubizarreta. Y aún le queda cuerda para otro año más. El incombustible extremo tuvo la ocasión más clara en la recta final, pero el balón le botó demasiado arriba y remató a las nubes cuando se cantaba el gol del Betis. Disfrutó de dos buenas oportunidades también Benzema, al que se le presentaba la ocasión de superar a Raúl como segundo máximo goleador histórico del Real Madrid pero en ambos casos fracasó el lionés. Qué mejor escenario que París para elevarse un peldaño más dentro del panteón de mitos.

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