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Leo Messi marcó de falta en Mestalla y firmó un doblete. Reuters
El Barça persiste con el ejemplo del Koeman jugador
Análisis

El Barça persiste con el ejemplo del Koeman jugador

El equipo azulgrana reaccionó en Valencia cuando estaba a punto de claudicar y de olvidarse de LaLiga y se agarra al recuerdo de los tres títulos que su entrenador ganó en los 90 en la última jornada llegando desde atrás

P. ríos

Lunes, 3 de mayo 2021, 13:09

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El Barça no depende de sí mismo para ganar el título de Liga desde su imperdonable derrota ante el Granada (1-2) en el Camp Nou hace cinco días, pero, a diferencia de lo que sucedió en el pasado en erráticas situaciones similares, cuando era proclive a tirar la toalla antes de tiempo, esta temporada se resiste a dejar de luchar. En Mestalla recibió una invitación del Valencia para acabar con el sufrimiento, una tentación para un club que en la historia reciente o gana los campeonatos brillando y arrasando o claudica porque no sabe competir en la agonía. No la aceptó y decidió persistir. Será campeón o no, pero realmente algo ha cambiado y hay que valorarlo.

El extraño 1-0 de Gabriel Paulista en el minuto 50, con Ter Stegen arrodillado tras un bloqueo entre su compañero Pedri y Correa, parecía ya el adiós al curso de la reconstrucción y el inicio de unas vacaciones anticipadas. Y cuando Cillessen desvió el penalti de Messi en el 57', más de uno se acordó del burofax, de aquel 2-8 ante el Bayern y de otras calamidades, señal de que el fin estaba cerca. Pero solo unos segundos después Busquets llegó al rechace, Pedri remató y el propio Messi, en boca de gol, inició la remontada que él mismo completó, tras el 1-2 de Griezmann, con un lanzamiento de falta a la escuadra. En apenas 12 minutos, otra resurrección a la que no le faltó la ya tradicional dosis de martirio final porque Carlos Soler logró un espectacular 2-3.

Y llegado este punto, necesitando ganar las cuatro jornadas que quedan, incluso al Atlético el próximo sábado en el Camp Nou (16:15 horas) en un pulso directo por el título, y esperando un pinchazo del Real Madrid, los barcelonistas comienzan a recordar que Ronald Koeman como jugador ganó tres ligas en la última jornada viniendo desde atrás, como ahora, quizás una señal. Sucedió en las temporadas 1991-92 y 1992-93, con las famosas derrotas del Real Madrid en Tenerife, y en la 1993-94, por el pinchazo del Deportivo ante el Valencia (0-0) el día del penalti fallado por Djukic.

Sin el duende de Cruyff

Claro que aquel equipo tenía el duende de Johan Cruyff en el banquillo, un toque de genialidad divina a la que no llega Koeman, mucho más mundano e intuyendo ya que si no gana la Liga no soportará el juicio final de Joan Laporta, admirador de aquel central de su juventud, pero no tanto del técnico actual, quien además aterrizó en el club con Josep Maria Bartomeu, otro motivo en su contra.

Pase lo que pase, con su carencias tácticas y decisiones discutibles, la labor del holandés debe ser alabada por el título de Copa y por estar luchando por la Liga en la temporada más complicada de la historia reciente del club, en plena crisis económica, sin presidente durante muchos meses, con Messi enfurruñado porque no le dejaron irse y además echaron a su amigo Luis Suárez, con la losa de aquel 2-8 ante el Bayern que siempre será una bofetada permanente.

Koeman no ha dejado de tener gestos para ayudar al club desde que llegó, rebajándose el sueldo, poniéndose el último en la cola para hablar de lo suyo, haciendo de portavoz de un club descabezado, aceptando que no le ficharan lo que pedía por barato que fuese y dando un beneficio económico futuro al club por su apuesta por jóvenes valores. Pero para cuando Laporta le comunique que no sigue ya avanzó que se acabarán los favores.

«Ese día tendremos un problema porque tengo un año más de contrato», avisó. O lo que es lo mismo, que reclamará que se lo paguen y la indemnización correspondiente si el despido no es procedente. Y tal y como están las arcas del club, si hay que pagar dos salarios de entrenadores (el que ya no estará y el que vendrá), mejor para el club que el Barça gane la Liga y siga Koeman. Hasta Laporta, aunque tiene en mente a entrenadores más modernos, firmaría como culé y como presidente de un club en números rojos.

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