Messi marca el camino del Barça antes de la Champions

Seis victorias seguidas lleva en Liga el Barça, todas en 2021, en una serie que se amplía ya once partidos consecutivos sin perder en el campeonato de la regularidad, con nueve triunfos y dos empates para un parcial de 29 puntos de 33 posibles. Ahora el calendario se relaja un poco, por lo menos en cuestión de viajes tras esa atípica cadena de desplazamientos. En once días el Barça recibirá a Alavés, Cádiz y Elche (jornada aplazada) en los que parece una buena oportunidad de sumar nueve puntos más ante equipos de la parte baja de la clasificación a la espera de algún error más del Atlético que apriete la clasificación. Pero nada de eso tendrá valor si el Barça no gana al Alavés.

Será un pulso entre dos entrenadores que fueron compañeros en el eje de la defensa en el Barça en la temporada 1994-95, pero que ahora no se regalarán nada pese a su buena relación. «Koeman es una persona excelente, muy humilde, que esta haciendo un gran trabajo con una plantilla que por circunstancias no es la misma que hace unos años y le deseo lo mejor a partir del sábado porque soy culé», señaló el Pitu Abelardo, mientras que Koeman apuntó que «será bonito reencontrarnos, hemos jugado juntos y siempre me ha recordado a un gran profesional. Es un gran competidor y se nota en los equipos que ha trabajado. Será bonito darle la mano y un abrazo».

Respecto al partido, Abelardo avisó que «no renunciamos a los tres puntos, siempre exijo lo máximo a los jugadores y si hay un partido en el que se pueden soltar es en este». Y Koeman afirmó que «el encuentro importante es el del Alavés y no el del PSG porque queremos seguir con la buena racha en Liga y porque con las victorias el cansancio se nota menos».

El Barça no podrá contar con los lesionados Ansu Fati, Piqué, Coutinho, Sergi Roberto y Araujo, mientras que Dest, Pjanic y Braithwaite serán duda hasta que se conozca la convocatoria en la mañana del partido. Habrá rotación de jugadores pensando en el desgaste de la Copa y en el PSG, pero con limitaciones porque no hay tantos jugadores como para hacer muchos cambios. En el Alavés, que lleva cuatro puntos de los últimos seis en juego y 180 minutos sin encajar goles, la baja por lesión es la de Rodrigo Ely. En Vitoria, arrancó un 1-1 al Barça.

«Necesitamos frescura en el equipo, pero físicamente estamos bien. Una segunda parte como en Sevilla no podríamos hacerla si no estamos físicamente bien. Hay jugadores que llevan muchos minutos y hay que mirar si damos un descanso a algunos para estar en las mejores condiciones para el próximo partido», explicó Koeman, quien no se mostró partidario de que Araujo o Piqué arriesguen su físico con una reaparición prematura ante el PSG: «No veo bien arriesgar por un solo partido, sea cual sea, si quedan muchos encuentros después. Lo iremos viendo».

Tuvo tiempo Koeman de dar un consejo a Piqué por sus críticas a los árbitros, que pueden suponerle una sanción tras el expediente que le ha abierto el Comité de Competición. «No voy a entrar, él es responsable y suficientemente experimentado para decir las cosas. Hay que intentar criticar con respeto y con palabras que no te puedan decir nada», explicó el técnico holandés el día que volvió reclamar el penalti de Suso a Alba en la ida de semifinal de Copa entre Sevilla y Barça: «Como dije tras el partido, es penalti y además hay una imagen del árbitro que lo pita fuera. No entiendo por qué el VAR no entra. Todo el mundo ha visto que la falta es dentro, el VAR tenía que corregir que la falta es dentro. Ellos se pueden equivocar, no hay problema, pero con la cara por delante».

El Barça ya no mira con tanto miedo a la Champions. No porque enfrente no vaya a estar Neymar, sino porque en su bando estará Messi, cada vez más fino. En el último ensayo previo a medirse al PSG, el Barcelona le endosó cinco goles al Alavés y el argentino participó en cuatro, con un doblete incluido. Trincao, recuperado para la causa, sumó otros dos, y hasta Junior formó parte de la fiesta.

Con todos sus defectos, la gestión de Ronald Koeman en el Barcelona merece más elogios que reproches. Ha conseguido que el conjunto azulgrana sea fiable en Liga, algo que parecía una utopía el pasado verano después del desastre de Lisboa. El técnico neerlandés maneja bien los recursos que le quedan sanos sin que su equipo se resienta en la competición doméstica.

Cada alineación del Barcelona es un once de circunstancias. Ante el Alavés en el Camp Nou, Koeman tuvo que darle otra vuelta de tuerca al sistema. Mingueza era lateral derecho en la fase defensiva y central diestro en la ofensiva, mutando el esquema del 4-3-3 habitual a un 3-5-2 en el que Junior y Trincao hacían de carrileros y Messi y Griezmann convivían en el frente de ataque. Completaban las rotaciones la obligada posición de central de De Jong y la presencia de Riqui Puig e Ilaix Moriba escoltando a Busquets.

El planteamiento resultó en un inicio apabullante del Barcelona, que nada más comenzar ya pudo adelantarse por medio de Griezmann, pero le birlaron la cartera en el último momento. El Alavés no era capaz de hacerse con la pelota y cuando la recuperaba no le duraba ni diez segundos. Eso sí, en cuanto el Barça falló en la presión tras pérdida llegó el primer contragolpe peligroso. Sin embargo, el remate de Lucas Pérez en el segundo palo acabó en el limbo.

Tras los primeros instantes de monólogo azulgrana, el Alavés se sacudió el dominio, dejando estériles todas las posesiones de su rival. Pasaban los minutos y el 0-0 no peligraba. Koeman movió sus piezas y, en consecuencia, llegaron los goles. Fueron tres, pero subieron al marcador solo dos, culpa de un VAR que decreta fueras de juego nunca vistos, como el de Griezmann: en su desmarque, estaba por detrás del defensa vitoriano a excepción de su hombro, milimétricamente adelantado. El francés falló ante Pacheco y Messi anotó en el rechace, aunque la tecnología diría que nones sorprendentemente.

Poco antes, justo cuando iba a cumplirse la media hora, había marcado Trincao el 1-0. Se repite continuamente eso de que el fútbol es un estado de ánimo, pero es que es una verdad como una catedral. Desde que decidiera el choque ante el Betis con un golazo, el extremo portugués parece otro. Acierte o no, ha recuperado la confianza. Recibió en el interior del área de Ilaix Moriba y encañonó a Pacheco con la zurda. Casi un penalti en movimiento.

A Messi le anularon el primero, pero en el segundo no dio opción a la revisión. Al filo del descanso, Busquets rompió líneas con un pase vertical que encontraba al argentino en tres cuartos de campo. Messi se giró, encaró y desde fuera del área disparó, con la izquierda y mucho efecto, al palo corto. Tan ajustado que golpeó en la base del poste antes de entrar. Con el 2-0 a vestuarios, de donde ya no saldría Busquets.

Tras el descanso, el Alavés se volcó para recortar distancias y pilló al Barcelona todavía en la caseta. Amenazó nada más comenzar Lucas Pérez, pero su tiro sin ángulo no encontró portería tras recibir el taconazo de Joselu, y luego castigó Luis Rioja, pillo para aprovechar un error grave en la salida de Ilaix Moriba.

El 2-1, sin embargo, espabiló al Barcelona, que no tendría piedad del Alavés ni aun dosificando Koeman a sus jugadores importantes. Antes de sentenciar, el conjunto azulgrana aún tuvo tiempo de perdonar dos clarísimas. La primera, tras asistencia de tacón de Griezmann que dejó solo a Trincao. El portugués se jugó el disparo en vez de regalarle el gol a Moriba y Pacheco le respondió con un paradón. En la segunda, Griezmann voleó desviado un pase elevado de Messi al interior del área.

El argentino participaría en los tres goles restantes, todos en apenas seis minutos. En el 3-1, recibió un pase mágico de Pedri al hueco, pero no fue capaz de regatear a Pacheco y Trincao, en su mejor partido como azulgrana, rebañó el tanto con la derecha. Casi inmediatamente, Messi se desquitaría con su segundo golazo de la noche. Pedri, espectacular en el ratito que jugó, volvió a encontrar al capitán entre líneas y el '10', que igualaba a Xavi como el barcelonista con más partidos de Liga (505), clavó el disparo lejano a la escuadra.

Para completar la fiesta de los zurdos azulgranas, marcó el 5-1 un actor inesperado. Messi elevó el balón sobre la defensa del Alavés y Griezmann recogió el envío a la carrera. Sin controlar, el francés puso el pase de la muerte con la derecha y en el segundo palo apareció Junior Firpo para empujar y completar una goleada balsámica. Aún marcaría un sexto Trincao, aunque fue anulado por claro fuera de juego.

La séptima victoria consecutiva en Liga mantiene al Barcelona en el pulso por la segunda plaza, a tres puntos del Real Madrid y dos del Sevilla, pero con un partido menos que ambos. Además, supone un golpe de moral previo a la eliminatoria de Champions ante el PSG del próximo martes.