El rodillo bávaro aniquila al Barça

Es una situación tan poco habitual para el equipo azulgrana que ni siquiera tiene la presión del pasado sábado ante el Nápoles en el Camp Nou. Caer en octavos sí se hubiera considerado un fracaso absoluto en un curso sin títulos. Ahora la campaña puede acabar en blanco igualmente, pero un adiós digno ya puede ser suficiente para no hacer un enorme drama final. El resultado importa, evidentemente, pero la imagen también, incluso para el futuro inmediato de Quique Setién como entrenador.

No hay fe en el Barça ni en el entorno azulgrana, quizás porque es un equipo que históricamente no engaña: lo que se ve es lo que es. Lo de 'lobo con piel de cordero' suele ser positivo para otros. Cuando ha ganado la Copa de Europa (1992, 2006, 2009, 2011 y 2015) lo ha hecho conquistando antes la Liga e intimidando durante meses a sus rivales. Cuando ha llegado a estas rondas 'torcido', como ahora, ya no se ha enderezado.

Eso sí, no se puede descartar que se esté produciendo un cambio en ese sentido, pues el Barça que sufrió las humillaciones de Roma (cuartos) y Liverpool (semifinales) en las dos últimas Ligas de Campeones sí arrolló en la Liga y demostró su fortaleza en Europa incluso en esas eliminatorias en el Camp Nou: 4-1 y 3-0, respectivamente. Sin embargo, en el Olímpico (3-0) y en Anfield (4-0) se derrumbó por sorpresa y sufrió dos remontadas que siguen doliendo. Quizás haya cambiado su dinámica y sepa transformarse y competir tras un curso repleto de altibajos.

Y luego está el factor Messi. Ante el Nápoles demostró que tiene ilusión y ambición en esta Liga de Campeones. El '10' puede hacer cambiar de rumbo cualquier partido con sus genialidades y sus goles, aunque necesitará también la inspiración de sus compañeros. En Liverpool, por ejemplo, dejó solos a Luis Suárez, Alba y Coutinho con tres pases sensacionales, pero ninguno supo marcar ese gol que necesitaba el Barça para disputar la última final.

Quique Setién sólo dejó en Barcelona al lesionado Umtiti y al 'rebelde' Arthur, quien ya ha firmado por la Juventus para la próxima temporada, empujado por el club, una decisión que le hizo abandonarse deportivamente en el tramo final. Viajó hasta Dembélé, quien lleva varios entrenamientos completados, con jugadas mágicas mostradas por el club en sus medios de comunicación, pero que no juega desde hace ocho meses y medio al encadenar dos lesiones más en su extenso currículum de percances musculares. Todavía no tiene el alta médica, aunque el técnico afirmó: «Tenemos ilusión en que puede jugar por lo menos algunos minutos». Vuelven Sergio Busquets y Arturo Vidal tras su sanción. Braithwaite se desplazó, pero no está inscrito al ser fichado fuera de plazo.

Es un pulso que tiene premio. El Barça ganó las Ligas de Campeones 2008-09 y 2014-15 tras eliminar al Bayern en cuartos y semifinales, respectivamente, mientras que el conjunto bávaro conquistó la de 2012-13 tras tumbar al azulgrana en semifinales.

El Bayern tiene la baja por lesión del lateral derecho francés Pavard, un problema que obligará a Flick a retrasar la demarcación de Kimmich a la banda y a colocar a Thiago en el doble pivote con Goretzka. Coman se recuperó de unas molestias musculares pero será Perisic quien acompañe en ataque a Gnabry, Müller y Lewandowski, el delantero más en forma de Europa, con 53 goles esta temporada entre Bundesliga (34), Liga de Campeones (13) y Copa (6). El joven lateral zurdo Alphonso Davies estuvo entre algodones por unas molestias, pero podrá jugar.

El equipo alemán se siente superior y leyendas del club como Matthäus y Rummenigge así lo han expresado en los últimos días, ninguneando a Messi y a Ter Stegen en respectivas comparaciones con Lewandowski y Neuer. Los dos porteros, por cierto, protagonizarán un duelo con mucho morbo porque están enfrentados públicamente en su pulso por la titularidad de la selección alemana.

Da igual que se juegue en el Allianz Arena que en el Camp Nou, Old Trafford, el Santiago Bernabéu o el Estadio Da Luz:

En Lisboa,

Thomas Müller fue el primer alemán en batir a Ter Stegen. El '25' teutón,

Perdonaron los azulgranas y lo lamentarían poco después, ya sin oportunidad alguna de resarcirse.

Tras el paso por los vestuarios, Setién envidó con Griezmann, suplente en la primera gran final del curso. El relevo no se tradujo en un cambio de guion, pues el Bayern tuvo dos claras para ampliar aún más su ventaja, pero Perisic se encontró con Neuer, Goretzka chutó alto y Lewandowski pecó de egoísta cuando tenía a Müller solo. Sin embargo,

De nada serviría el tanto del uruguayo, porque del 2-4 se pasó al 2-5 en un santiamén:

La humillación tardará en olvidarse en el Camp Nou. Si la eliminación ya habría supuesto el final de Setién, un 2-8 implica una destitución fulminante… Y podría no ser la única. El resultado y la imagen sobre el terreno de juego urgen a