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Todavía el personal no está metido en faena europea y discute mucho más aún sobre el regreso de Carlo Ancelotti al Real Madrid o el matrimonio de conveniencia que mantienen Joan Laporta y Ronald Koeman en el Barça, pero concitaba interés el ensayo en el Wanda con público y frente a Portugal, vigente campeón continental. Como ocurrió en la primera fase del Mundial de Rusia, aunque entonces con un 3-3 vibrante, y en el último encuentro de preparación que les midió en Lisboa, el duelo ibérico se cerró en tablas. La Roja presentó un buen plan, fue mejor a los puntos y derrochó una actitud intachable, virtud innegociable con Luis Enrique, pero una vez más su ejecución careció de la pegada exigible a este nivel.
Era solo un amistoso pero ante un rival de fuste, por lo que cabe colegir que el once no diferirá en exceso del que debutará en la Eurocopa, el lunes 14 frente a Suecia en La Cartuja. Hay dudas más que justificadas en varios puestos, sobre todo porque esta selección es joven, poco mediática y sin grandes diferencias entre titulares y suplentes, y Luis Enrique ofreció pistas interesantes, aunque sigue barajando y repartiendo minutos.
Para empezar, se había especulado, y mucho, con la posibilidad de otro cambio de rol en los porteros, pero el técnico mantuvo su confianza en Unai Simón. El vitoriano ha sido titular en los últimos siete partidos de España pese a su irregular temporada en el Athletic y el fallo grosero en el último encuentro ante Kosovo por salir de la zona de confort y pretender lucirse con el balón en los pies, como por otra parte le pide el técnico. Según datos de Opta, Unai ha cometido este curso seis errores que le costaron goles al Athletic, récord negativo en las cinco grandes ligas europeas. No transmite seguridad y está sin confianza.
Se vio muy claro en una acción aislada del primer acto. Gayá despejó mal y, en lugar de coger el balón porque no era cesión, Unai lo golpeó y lo estrelló contra Cristiano, que pasaba por allí y pudo marcar de carambola. Más inquietantes sus gestos, cabeceando un buen rato, que el error en sí del portero. En la segunda mitad, se atrevió a hacer un recorte increíble en el área pequeña. Le aplaudió Lucho pero le quitó el hipo a los clásicos.
España
0
-
0
Portugal
Rui Patricio, Semedo, Fonte, Pepe (William Carvalho, min. 59), Guerreiro (Bruno Mendes, min. 81), Oliveira (Bruno Fernandes, min. 59), Danilo, Renato (Rafa Silva, min. 70, Joao Félix (Pote, min. 46), Diogo Jota (Palinha, min. 70) y Cristiano Ronaldo.
árbitro: Craig Pawson (Inglaterra).
incidencias: Partido de preparación para la Eurocopa disputado en el Metropolitano, ante 14.743 espectadores. Ambos países escenificaron su candidatura para el Mundial 2030 en presencia del rey Felipe VI, acompañado por Marcelo Rebelo de Sousa, presidente de la República portuguesa, Pedro Sánchez y el primer ministro luso, Antonio Costa.
Marcos Llorente, el chico para todo por su enorme despliegue físico, le ganó la mano a Azpilicueta en el lateral derecho, una demarcación sin un especialista para la Eurocopa. Cumplió atrás y solo tras el descanso se animó a percutir en ataque, donde brilla y desequilibra mucho más. En ausencia de Ramos e Iñigo Martínez, Laporte se estrenó como acompañante del indiscutible Pau Torres en el eje de la zaga. Extraña ver dos zurdos juntos en esa demarcación, aunque ofrecieron un nivel sobresaliente, y también la suplencia en el carril zurdo de Jordi Alba en beneficio de Gayà, quizá para no desgastar más a un veterano con el que Luis Enrique no ha mantenido, precisamente, una relación idílica.
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Como timonel, Busquets fue intrascendente pero sigue por delante de Rodri, mientras que Fabián superó a Koke en la pugna de los interiores. En punta, la suplencia de Gerard Moreno, el mejor goleador español de la temporada, estaba justificada porque se incorporó tarde tras conquistar la Liga Europa con el Villarreal. Insistió el técnico en Morata, que sigue sin corregir su tendencia a caer en fuera de juego, y llamó la atención el alistamiento de Pablo Sarabia en vez de Dani Olmo, fijo en citas precedentes. El jugador del PSG, perseverante y con deseo de pedirla y entrar mucho en juego, fue de lo mejor de España.
Salió España con buena actitud y una presión alta interesante y llegó a disfrutar de una posesión de balón del 75% en fases del primer tiempo. Neutralizó a los lusos, hasta el punto de que Cristiano se quejó ante su técnico por tanto pelotazo, y Joao Félix ni la olió. Solo padeció en defensa en ese rebote propiciado por Unai y en un gol anulado por clara falta de Fonte sobre Pau en una acción de estrategia. Empero, el problema es que su dominio territorial solo se tradujo en una ocasión. Gran centro con el exterior de Morata, a lo Modric, y mal cabezazo en el segundo palo de Ferran.
Los mayor ovación se la llevó Luis Enrique tras la reanudación, ya sin Joao Félix, por un control de balón magnífico junto al banquillo. Señal inequívoca de lo discreto del duelo. Se abrió algo más el juego y Morata desperdició varias ocasiones. Primero, tras un gran pase de Llorente, remató sin la fe exigible en un ariete convencido de poder romperla en el Europeo. También la tuvo Sarabia, tras robarle la cartera el polivalente jugador del Atlético a Pepe casi en la línea de fondo, pero no atinó.
Apareció al fin Cristiano, pero menos mal que no acertó con la testa. Murió el duelo con el clásico carrusel de cambios, entre ellos los dos centrales –Laporte se retiró con molestias– y los tres jugadores del centro del campo en España, un paradón de Rui Patricio a balón peinado por Ferran y un tiro al travesaño de Morata. No era la noche del madrileño. Como diría Cristiano, no se ganó pero hay que estar 'confiantes'.
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