Una Croacia renacida amenaza a La Roja

También dejó el equipo nacional el veterano Mario Mandzukic y al seleccionador, Zlatko Dalic, le está costando más encontrar un relevo de garantías en la delantera. No termina de funcionar Petkovic, el tanque del Dinamo de Zagreb. Tampoco aparece Budimir, atacante de Osasuna. Pero el que siempre está es Perisic, quien a sus 32 años frente a Escocia firmó su noveno gol en una fase final de Eurocopa, igualando así al mítico Davor Suker.

Perisic, estrella del mejor Inter de los últimos años, es peligrosísimo. Él golpea y el joven Nikola Vlasic crea. La imaginación del mediapunta del CSKA de Moscú es clave en un equipo en el que jugadores del nivel de Rebic, Pasalic, Vrsaljko, Kalinic o Kramaric fueron suplentes contra los escoceses. Brozovic, otro referente en el Inter actual, es el pulmón del equipo y las dudas están atrás, donde los años no pasan en balde para los centrales Vida y Lovren. Gvardiol, un central de 19 años que acaba de comprometerse con el Leipzig, es su recambio natural, pero de momento está actuando de lateral izquierdo.

Parecía que este no iba a ser el torneo de los balcánicos, enredados tras su flojísimo estreno contra Inglaterra (derrota por 1-0) en una gran polémica ajena al fútbol. Los jugadores no se arrodillaron en Wembley para apoyar el movimiento 'Black Lives Matter' contra el racismo y en el país no se habló de otra cosa. Mejor así, debieron pensar Dalic y sus colaboradores en el cuerpo técnico. Lo deportivo quedó relegado a un segundo plano, pero lo cierto es que las sensaciones en el debut fueron pésimas. Los ingleses, sin hacer casi nada, les superaron.

Y no mejoraron las cosas en el segundo partido de la fase de grupos frente a la República Checa. Los croatas estuvieron virtualmente eliminados durante diez minutos tras una temeridad de Lovren que desembocó en un penalti que Schick no desaprovechó. Pero el ejército comandado por Modric, el 'Cruyff de los Balcanes', está programado para resistir. Es una selección acostumbrada a jugar al límite. En el Mundial logró un subcampeonato para la historia después de dos tandas de penaltis y una prórroga. Por tanto, no son los croatas futbolistas a los que les tiemble el pulso.

Acabaron empatando contra los checos y mantuvieron un hilo de vida. Un clásico en el fútbol croata. Había que abrochar el pase ante la débil Escocia y los de Dalic no fallaron. Todos dieron un paso al frente, pero en ese ejercicio de resiliencia sobresalió el de siempre. El eterno Luka Modric asumió toda la responsabilidad en el momento decisivo de la Euro y evitó la eliminación de su país con un golazo con el exterior del pie derecho tras recibir en la frontal del área. Una auténtica obra de arte. Luego, sacó el exquisito córner que Perisic peinó a la red para alejar los fantasmas. Croacia está viva. Muy viva. Y es una amenaza seria para España. Muy seria.