Ayestarán: «Tenemos la capacidad de hacer feliz a mucha gente»
Pako Ayestarán asume con confianza el reto de sentarse en el banquillo amarillo y en la primera parte de esta entrevista (mañana, segunda y última entrega) afirma ser consciente de la responsabilidad que su cargo conlleva. Se define como un entrenador «metódico» que prioriza el orden y el sacrificio, y pretende recuperar el estilo de Las Palmas.
- ¿Qué tal están siendo sus primeros días en el club?
- Estoy encantado. La UD es un lugar al que deseaba venir, por lo que estoy feliz de estar aquí, de las primeras sensaciones que tengo del equipo, del presidente, de la dirección deportiva, de los jugadores... Aunque también es cierto que estamos en una luna de miel y todo es fácil, pero espero que seamos capaces de sentar las bases a partir de ahora y que esto sea simplemente el inicio de algo grande.
- Estuvo en el estadio ante el Atlético. ¿Se imaginaba que esta sería su casa poco después?
- No me lo planteaba en aquel entonces. En verano si que veía la posibilidad, porque la UD es un club que se adapta bien a lo que soy yo y de lo que pretendo en un equipo. En aquella ocasión vine porque me gusta el fútbol, y porque me gusta ver a Las Palmas, porque además tenemos un familiar aquí hospitalizado y aproveché la circunstancia para ver el partido en el estadio contra el Atlético de Madrid.
- ¿Cómo se fraguó su fichaje?
- Recibí la llamada de Juanito Rodríguez, quien me comentó que en el club estaban interesados en hablar conmigo. Fue a través de él porque era quien tenía mi contacto. Habíamos trabajado juntos en Extremadura, con lo cual conocía mi forma de ser, mi metodología de trabajo, y tenía un buen concepto sobre mí. A partir de ahí me preparé para venir a la isla y estoy muy ilusionado desde el principio. Si el Liverpool era uno de esos conjuntos donde siempre había ansiado ir y finalmente lo conseguí, Las Palmas era otro equipo cuyo fútbol siempre me había gustado, al igual que las características del jugador canario. Es un conjunto que pienso que se puede adaptar a lo que propongo, y eso es fundamental, porque cuando un entrenador tiene que adaptar su estilo a unos jugadores que no responden a él, y los jugadores se tienen que adaptar a un entrenador sin tener las características que persigue, siempre es más difícil. Creo que en este caso se da la circunstancia de que lo que yo pretendo a nivel de juego, responde a las características de los futbolistas que tiene la UD.
- Se dice que usted es un entrenador meticuloso y detallista, muy del modelo de Rafa Benítez, con el que trabajó muchos años. ¿Responde Pako Ayestarán a este estereotipo?
- Sí, porque realmente lo que nos unió a Rafa y a mí cuando comenzamos a trabajar es que compartíamos prácticamente nuestra visión de lo que tiene que ser el entrenamiento y de lo que tiene que ser la competición. Me gusta el método, el orden, creo en la planificación, en el trabajo y en el sacrificio como base fundamental para romper barreras. Creo que en el fútbol de alto rendimiento hay que romper barreras para seguir mejorando, y en la medida en la que no mejoras pues das pasos atrás, y hay alguien que coge tu lugar. Tenemos que tratar de sentar las bases en esa línea, ser un equipo que tenga mucho trabajo, sacrificio, pero además un estilo determinado para romper esas barreras que nos permita tener grandes rendimientos. Pero además con constancia. Lo fácil es hacer las cosas una vez, dos, tres... y lo difícil es mantenerlo en el tiempo. Tener esa consistencia que, al final, lo que da es estabilidad.
- ¿Es Rafa Benítez el entrenador que más le ha marcado?
- En cuanto a trabajo y metodología, es un técnico con el que congenié y eso nos llevó a estar 12 años juntos. A partir de ahí siempre sigues mirando, observando, teniendo inquietudes y hay otras visiones del fútbol que también te van ayudando a crear tu propio perfil.
- Un perfil que ha ido moldeando en su paso por Inglaterra, México, Israel, España...
- Toda experiencia ayuda si eres capaz de analizarla y de darte cuenta lo que aporta a tu formación, al fútbol y al rendimiento. Tanto las experiencias positivas como las negativas. Siempre se dice que de lo negativo se aprende más, pero es más bien que la tendencia del ser humano es a no ser crítico consigo mismo, más bien todo lo contrario. Nos encantan las adulaciones, las buenas palabras, y sin embargo nos incomodan las críticas y las correcciones. Pero la corrección y el fallo es la base del aprendizaje y es a partir de ahí de donde tú puedes evolucionar. Hay una frase que dice que ‘uno no es más sabio por saber más, sino a medida que comete más errores’, porque eso es lo que te lleva a mejorar. El éxito, en cambio, creo que es peligroso. Las buenas palabras, los halagos, las adulaciones... todo eso debilita en muchas ocasiones. Incluso en las cosas que salen bien y son exitosas, hay partes que has hecho mal. Pero difícilmente somos capaces de analizar y criticarnos en la victoria. En el triunfo parece que todo es correcto, y eso, normalmente, lleva a que esa victoria se convierta en derrota.
- Usted ha sido un profesional que ha tocado todos los palos en este deporte. Ha ejercido como preparador físico, entrenador, director deportivo... Eso dice mucho de lo que siente por el fútbol.
- Es algo que ayuda a entender a los clubes de arriba a abajo. Las necesidades de cada departamento, las aportaciones que pueden generar ese departamento, la importancia de que le hagas sentir al personal del club que todo el mundo es importante... A medida que consigues eso, la gente florece. El haber estado en ese tipo de situaciones, entender todos esos departamentos, me ayuda a conocer las inquietudes de los integrantes de club.
- Pero finalmente se ha quedado con el oficio de entrenador.
- Es que empecé como entrenador. Después de hacer la licenciatura en Ciencias del Deporte y volver a mi pueblo, estaban todavía mis compañeros jugando. Me pidieron, ellos y el presidente, que cogiera el equipo porque habían pasado por una situación complicada. Luego entrené a otros y, a raíz de todo eso, conocí a Rafa Benítez, con el que formé equipo. Pero si hay algo que me ha llamado siempre, es crear club. Los entrenadores somos importantes, los jugadores también, pero son mucho más importantes los clubes. El resto va y viene, pero lo que permanece es la entidad. Son los clubes los que tienen que crear una clara identidad, una estructura que fundamente el rendimiento, y eso en muchas ocasiones no sucede. Muchas veces se pretende que sea el entrenador de turno el que arregle la situación, pero el técnico es solo una parte que ayuda a esa estructura. Falta la convicción de que el club debe tener una estructura sólida, y a partir de ahí ir al mercado y buscar un entrenador que se adapte a lo que tú pretendes. Teniendo eso en cuenta, espero haber llegado en un buen momento a la isla y poder ayudar, no solo en la evolución del equipo, sino también del club.
- ¿Cómo se define como técnico y qué estilo intentará imponer a la Unión Deportiva?
- Hay que empezar por entender que los equipos cuanto mejor juegan, más cerca están de ganar. Pero eso de jugar bien o mal tiene matices. Hay conjuntos con estilos muy diferentes, como pueden ser el Atlético o el Barça, que juegan muy bien a lo que ellos pretenden y que tienen buenos resultados. Las características de los jugadores definen a qué puedes jugar y, en nuestro caso, la plantilla se ha confeccionado para ser un equipo combinativo, que trate de dominar el juego a partir de la posesión, que entienda la defensa a partir de atacar y que debe tener buenos posicionamientos para recuperar después de pérdidas. No vamos a ser una UD defensiva y que espera a salir al contraataque porque nuestros jugadores no se adaptarían a eso. Además, existe la fortuna de que el entrenador cree en el estilo que pretende implantar aquí. Lo que también es cierto es que no vamos a ser capaces de ser dominadores en todos los partidos, con lo cual el equipo tiene que ser capaz de jugar a todo.
- ¿Cómo se recupera un profesional de una experiencia tan mala como la que tuvo usted en el Valencia?
- Se hace duro porque yo soy un entrenador un poco romántico y en la mayoría de ocasiones te sientes parte de algo. Crees que estás creando algo. Y cuando eso no se produce, es una decepción. Sobre todo porque era una gran oportunidad y estábamos convencidos de que lo íbamos a hacer bien. Además, considerábamos de que no se dieron las condiciones para llegar a esa determinación de despedirnos, porque el equipo estaba jugando bien a pesar de los resultados y los jugadores estaban convencidos de nuestro trabajo. Es, en definitiva, una decepción que ocurriera lo que pasó en el contexto en el que estábamos. Pero lo que sacas de esto es que después de esta experiencia soy mejor entrenador, y aprendí que, independientemente de que te sientas parte de algo, lo único que importa son los resultados.
- Las Palmas tiene una enorme importancia social en Gran Canaria. Ser el entrenador de un club así, ¿motiva o responsabiliza?
- Responsabiliza. En una de las primeras charlas que tuve con los jugadores les dije que nos tenemos que dar cuenta de la responsabilidad que tenemos. La cantidad de gente que está pendiente de nosotros, de lo que hacemos o no hacemos, el ejemplo que podemos dar con nuestras actuaciones, la cantidad de personas a la que podemos hacer feliz o infeliz al mismo tiempo... El fútbol puede trasmitir emoción, pasión, alegría y tristeza a muchísima gente, y eso creo que es algo que tenemos que aprovechar y manejar correctamente.