Confianza máxima para la Copa
Los jugadores del Granca se conjuran para afrontar la Copa del Rey con toda su artillería. El estado anímico, tras los últimos resultados cosechados, invita al optimismo, aunque todos coinciden en que dejar el trofeo en casa será caro. La primera presa debe ser el Montakit Fuenlabrada.
Llega la Copa del Rey y el Gran Canaria quiere dejarla en la isla. El peaje a pagar es sumamente costoso por la magnitud de los equipos que la disputan, pero la ilusión y las ganas que derrochan en el vestuario del conjunto claretiano también pesan. Y aunque se bromea con la dificultad de conquistar el título, es el sueño de todos.
«Nunca hemos ganado la Copa, imaginen lo complicado que será», comentaba Albert Oliver, uno de los baluartes del equipo insular. No obstante, el Herbalife no renuncia a dar la sorpresa y lo dejará todo en la pista para regalarle una alegría a su afición. «Tenemos que ir partido a partido», expresaba Rabaseda, muy ambicioso, ayer en el recinto de Siete Palmas.
Asimismo, con un ambiente donde reina la convicción, los amarillos se conjuran. Tan solo dos equipos han logrado ganar la Copa cuando la disputaron en su casa. El Gran Canaria, por su parte, quiere ser el tercer anfitrión en conquistarla.
Enfrente estará el Montakit Fuenlabrada, a quien el pasado domingo derrotaron los de Luis Casimiro en su feudo. Así como pasó en la primera vuelta, cuando los isleños también tumbaron a su próximo rival en el torneo copero. Sin embargo, la plantilla coincide en que esto es completamente diferente y que, para volver a ganar, todos deberán emplearse de manera óptima.
«Llegamos bien, hemos mejorado muchas cosas», afirmaba Oliver. El experimentado base catalán, tirando de jerarquía y galones, matizaba que no hay que mirar más allá del viernes. «Lo primero es vencer al Fuenlabrada y luego ya veremos», exponía un Oliver totalmente recuperado de sus molestias: «Estoy mejor, ya me he recuperado de los isquios y estoy contento».
Así pues, el reto es apoteósico, pero la plantilla sueña con tocar el cielo y peleará cada batalla hasta el último aliento. Jugar en casa es una motivación extra. Este viernes, los claretianos buscarán dar su primer paso.
