
«Para tener éxito como actor hay que tener determinación y no rendirse»
Entrevista a John Strasberg ·
Gracias a dos cursos intensivos, los actores isleños han podido acercarse al Proceso Creativo Orgánico que promueve John Strasberg.Secciones
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Entrevista a John Strasberg ·
Gracias a dos cursos intensivos, los actores isleños han podido acercarse al Proceso Creativo Orgánico que promueve John Strasberg.VICTORIANO S. ÁLAMO
Las Palmas de Gran Canaria
Sábado, 31 de julio 2021
El apellido Strasberg es de los más ilustres del teatro norteamericano del siglo XX. El actor, director y profesor John Strasberg, hijo de Lee y Paula, piezas clave del Actors Studio de Nueva York durante años, ha llevado las riendas, en el teatro Guiniguada de la capital grancanaria, de un taller intensivo que se repite en Tenerife desde mañana y hasta el viernes. Este proyecto se desarrolla gracias a la compañía Atlante Cultura y Teatro, que han puesto en marcha Miguel Ángel Maciel y Griselda Ponce.
-¿Qué nos puede decir sobre el curso intensivo que ofrece en Gran Canaria y Tenerife?
-Trabajo de manera muy personal con cada actor. Estoy desarrollando su proceso creativo. En realidad, no tengo un plan ni sé qué va a pasar. Si hago bien lo que hago y la gente se anima y se compromete con el trabajo, irán aprendiendo, dependiendo del nivel. Es la primera vez que vengo y Griselda Ponce y Miguel Ángel Maciel lo han organizado todo y confío en que se repita, para que los actores de aquí tengan un cierto nivel de trabajo. Estoy contento con el grupo de actores. Además, estamos en un teatro estupendo. No todos los cursos se pueden dar en un teatro. Algunos de los participantes jóvenes tienen menos experiencia, pero eso es lo normal. En Nueva York, cuando yo crecí, los pases de mi padre y de todos los grandes tenían una mezcla de actores. No había esa cosa del nivel, que me parece una tontería, porque parece que la profesión funciona así y no es verdad. Mi padre siempre decía que los que tienen más experiencia, cuando trabajan con gente joven, tienen que dar cuenta de lo que saben, tienen que mandar.
-¿Qué le aporta al intérprete el Proceso Creativo Orgánico?
-Pregúntele a los actores (risas). Lo que sé es que tengo éxito y hago bien lo que hago. No conozco un trabajo artístico, en el real sentido de la palabra, donde alguien no quiera aprender y trabajar. Crecí en el ambiente del Actors Studio, en los años 50 y 60, donde había actores de alto nivel que ganaban premios, eran famosos, y venían para seguir trabajando. La idea de que cuando uno ya trabaja no tiene nada que aprender es una tontería. Se necesita un ambiente de trabajo y es algo que hago bien. Siempre veo a gente con mucho talento, pero no siempre se tiene ese buen ambiente para trabajar.
-¿Se pueden crear buenos intérpretes o el talento natural tiene mucho peso en el resultado final?
-Si uno quiere pintar, puede ir a la Facultad de Bellas Artes y aprender la técnica. Pero una vez aprendida, no puedes decir que seas un artista. Puedes aprender cosas, pero a qué nivel vas a llegar depende del talento que tienes desde que naces, de la capacidad de comprometerse y trabajar duro. Lo más importante para tener éxito en esta profesión es no rendirse, tener determinación. Así el actor, a partir de su nivel, tendrá la posibilidad de tener una carrera. He trabajado con gente con mucho talento y con otros con menos talento y, si soy honesto, estoy más orgulloso de haber ayudado a los que tienen menos capacidad. No me gusta hablar sobre los famosos a los que he ayudado. Hay cientos o miles de personas de las que estoy orgulloso por haber podido ayudarles.
-En su caso, la tradición familiar ha sido determinante para su gusto por las artes escénicas. ¿Cómo fue crecer en ese ambiente artístico?
-Al no haber crecido en otro ambiente, no puedo comparar (risas). Era joven y estaba rodeado de gente muy famosa, por lo que me sentía bastante pequeño e inútil. Me costó años valorizarme. Con los años vi que fue una ventaja extraordinaria, porque sé cosas y no sé por qué las sé. Es por crecer en ese ambiente. Vi y escuché cosas que me hicieron aprender sin darme cuenta. Estaba metido en ese mundo.
-¿Comparte la idea de que no hay género más difícil que la comedia? ¿Qué característica considera indispensable para ser un buen comediante?
-Hay que distinguir entre comedia y actor de comedia. Lo más importante para hacer una buena comedia es tener sentido del humor y ser bastante listo. Un actor, cuando aprende el oficio, aprende más haciendo comedia que tragedia. En la segunda, si tienes suficiente emoción, se puede llegar. En la comedia, si te apoyas en la emoción, estás equivocado. El actor tiene que tener una buena forma de comportamiento, tiene saber cómo desarrollar un personaje.
-Debido a la pandemia de la Covid-19 y sobre todo durante los meses de confinamiento y comienzo de la desescalada se llevaron a cabo montajes teatrales en directo, sin público, que se retransmitían por internet. ¿Cómo valora esa fórmula?
-A nivel personal, con la pandemia he descubierto internet como fórmula para enseñar. En marzo del año pasado, me preguntaban si quería trabajar en internet y respondía que para qué. En abril vi que no podía trabajar de forma presencial y empecé a hacerlo por internet y me quedé alucinado, porque el trabajo era muy íntimo. Incluso, más íntimo que en el trabajo presencial. Me sorprendió. En los años 50, en Nueva York, había teatro en televisión cada semana. Eran obras montadas en directo, en las que si una puerta no se abría, no podías parar, sino que la función tenía que seguir. Daba la sensación de presencial, como ahora los montajes que se transmiten en directo por internet. Desde hace años pienso que aquello debe volver. Es como si me gusta el deporte y lo veo grabado sabiendo quién ha ganado. No es lo mismo que el directo. Me parece estupendo que alguien que viva aislado y no pueda ir al teatro tenga esa sensación gracias a internet.
-¿Con qué personaje dramático masculino y femenino se queda de entre todos los grandes de la historia de las artes escénicas?
-Con Hamlet. Es el primer personaje moderno. Entre los femeninos, con Julieta. La obra más política que conozco es 'Romeo y Julieta', de Shakespeare, porque si la gente cree que el amor es la cosa más importante en la vida, es que va a cambiar el mundo.
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