Borrar
Ángel Martín participa en el Festival Reíslas. C7
Ángel Martín: «Quise saber si la comedia y las palabras sirven para algo más que entretener»

Ángel Martín: «Quise saber si la comedia y las palabras sirven para algo más que entretener»

El cómico catalán presenta en Lanzarote y Fuerteventura los días 29 y 30, respectivamente, su último show, 'Punto para los locos'

Francesc Zanetti

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 17 de septiembre 2023, 23:07

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El cómico barcelonés Ángel Martín (1977) asalta el día 29 de septiembre el escenario del Teatro Cine Atlántida de Lanzarote, a partir de las 21.00 horas, para al siguiente día, subirse al del Palacio de Formación y Congresos de Fuerteventura (20.00 horas) con su exitoso show de 75 minutos titulado 'Punto para los locos'. Después de que haya actuado en ambas islas en el marco del Festival Reíslas, el humorista catalán se enfrentará a 29 nuevas funciones antes de que acabe este año 2023, la última en el WiZink Center de Madrid, en donde meterá a unas 12.000 personas. Ahora mismo confiesa que siente «una sensación de agradecimiento infinito al público». «Obviamente uno fantasea con llenar algún teatro alguna vez, pero estar llenando todas las ciudades a las que estamos yendo es uno de esos sueños que incluso cuesta imaginar», dice.

Martín se empeña en que nos demos cuenta de que lo único que nos diferencia no es si estamos o no locos, sino a qué volumen suenan en nuestra cabeza las voces de la vergüenza, el miedo, los agobios, la impaciencia... Desea que la próxima vez que una de esas voces vuelva podamos burlarnos de ella. Hace un año el cómico inauguraba la Feria del Libro de capital grancanaria con la presentación de su libro 'Por si las voces vuelven', del que ha vendido más de 300.000 ejemplares. El 'show' de Martín de alguna manera se inspira en una delicada experiencia vital vivida en 2017 cuando fue ingresado en el ala de psiquiatría del Hospital Puerta de Hierro de Madrid diagnosticado con un brote psicótico. Tanto como para que tuvieran que atarlo a la cama para evitar que pudiera hacerse daño.

Cuatro años después escribió ese libro contando su experiencia. De ese relato en primera persona sobre lo que supone perderse y tener que reconstruirse desde cero, se han publicado 18 ediciones. Alrededor de ese sorprendente testimonio sobre la locura, se construye su divertido monólogo. «Me apetecía jugar con eso, con la posibilidad de ver si se puede crear un monólogo que cuando salgas de verlo te haya hecho un par de 'clics' en la cabeza. Quería saber si la comedia y las palabras podían servir para algo más que entretener. Lo más complicado ha sido ajustar el tono y que hubiera coherencia en su desarrollo para que nadie se sintiera excluido, porque viene a verte gente de muchas sensibilidades y estados distintos. Fue todo un reto».

«Más que basado, es como si formara parte de la estela del libro. A raíz de escribirlo me di cuenta de que el uso de las palabras y la comedia es bastante potente si las combinas con intención de echar un cable. Hasta ahora, los monólogos los escribía con la intención de que fueran muy divertidos y ya está: que haya un número de bromas, que sea muy guay, nos riamos todos y a casa contentos. Pero a raíz de 'Por si las voces vuelven', me planteé si podría escribir un monólogo que, además de reírte mucho, también te pudiera servir de algo. Me apetecía jugar con eso, con la posibilidad de ver si se puede crear un monólogo que cuando salgas de verlo te haya hecho un par de clics en la cabeza», explica el humorista y guionista que comenzó su carrera en el mundo de la comedia en los años 90 y que se dio a conocer a través del canal Paramount Comedy, para posteriormente ser popularmente conocido por presentar el programa de humor 'Sé lo que hicisteis' en La Sexta junto a Patricia Conde.

«Yo utilizo la palabra loco para hablar de mí. Eso vale, porque yo puedo hablar de mí y de mi experiencia como me dé la gana, nadie va a venir a decirme qué palabra tengo que usar. Las personas que hemos pasado por situaciones de este tipo no tenemos ningún apuro en utilizar ciertas palabras, pero no somos tontos y sabemos distinguir cuándo se está utilizando para hacernos daño, ofender o molestar y cuándo se está usando porque estamos tomando un café y es mucho más rápido para entendernos. La gente que dice loco en el contexto negativo se olvida de que cuando un bombero se mete en un edificio a salvar a un bebé son los primeros en decir: Hostia, está loco este tío. Ahí no nos parece mal estar loco», añade Martín, que también condujo en 2014 y 2015 el espacio de divulgación científica 'Órbita Laika', en La 2.

«Me ponen de los nervios los que interrumpen cuando les hablas porque dan por sentado el final»

Ángel Martín admite que no sabe si el término orgulloso define cómo se siente cuando muchas personas le indican que su libro ha ayudado a normalizar en la sociedad el drama de la salud mental. «Lo que tengo claro es que sentir que lo que has hecho añade peso al lado de normalizarla es mucho mejor que sentir que no hace nada. En cualquier caso, después de publicar 'Por si las voces vuelven' he conocido a tanta gente con problemas que empiezo a sospechar que lo raro no es tener algún problema relacionado con la salud mental o no tener ninguno. Creo que no he conocido a nadie que me haya dicho: 'Yo siempre he estado bien'», añade el ganador de los TP de Oro en 2007 y 2008 al Mejor Presentador de programas de variedades y espectáculos.

Dice que quien vaya a disfrutar de 'Punto para los locos' que no se imagine que acudirá a una sesión con un psiquiatra o un terapeuta. «Por el precio de la entrada creo que no. Pero voy a empezar a dejar un sombrero en el escenario por si alguien, al terminar el espectáculo, desea echar 50 eurillos más porque siente que ha sido como asistir a una de esas sesiones», bromea.

Advierte que hacerle reír es muy difícil. «No porque tenga el listón muy alto, sino porque me da cierta vergüenza reír, pero cuando lo consiguen lo agradezco mucho. Es muy difícil ponerme de mal humor, pero lo peor que me pone es la gente que no escucha e interrumpe cuando estás diciendo algo porque da por sentado que ya sabe el final de tu argumento o frase. Eso me pone de los nervios».

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios