Smith Soto: «La condición básica de un artista universal es la hermafrodita»
Alan Smith Soto (San José, Costa Rica, 1950) tiene muchos motivos para frecuentar Gran Canaria. Pero esta vez ha venido de la mano del también poeta y activista cultural Juan Carlos de Sancho para recitar sus poemas y ofrecer una charla sobre los vínculos del escritor peruano César Vallejo y el pintor belga René Magritte.
Según cuenta el profesor de Literatura Española de la Universidad de Boston, lo que une a ambos creadores es su capacidad de sorprender. «Tienen en común establecer una consecuencia que nos lleva al vacío, al asombro y, en ese vacío, precisamente, está el sentido. Por ejemplo, Vallejo puede decir algo así: tu cutis por teléfono, y Magritte, constantemente, con su personaje vestido de burgués y su sombrero de hongo, da con una ruptura, con una separación ante el mundo y es precisamente esa combinación con la normalidad en la que vivimos la que produce un choque y el encuentro con lo profundamente extraño. Ese es el tropo fundamental de los dos grandes artistas», comenta el estudioso que ofreció su charla en el Museo Poeta Domingo Rivero.
La figura de César Vallejo le deslumbra. No obstante, Smith Soto editó en España el poemario del peruano Aparta de mí este cáliz. «De Vallejo me fascina su capacidad de amar, su vulnerabilidad, su ofrecimiento entero», comenta el estudioso del poeta que muestra en sus letras su lado más frágil, una cualidad que la tradición asigna a lo femenino. «Todo gran artista es hermafrodita, en Vallejo hay una mujer y un hombre. La condición fundamental de un artista universal es la condición hermafrodita», sostiene el escritor que ha visitado la isla en, al menos, seis ocasiones para participar en otras tantas ediciones del Congreso Internacional Galdosiano. «Todos deleitosos», asegura este divulgador internacional del legado del escritor grancanario y director de la revista Anales Galdosianos. «Se edita y se imprime en Boston. Es el órgano oficial de Asociación Internacional de Galdosistas y se distribuye por todo el mundo. Hay más de 400 bibliotecas del mundo entero que tienen en sus catálogos constancia de nuestras revistas», explica sobre una publicación que se edita en formato papel y electrónico.
Respecto al seguimiento internacional de Galdós, Smith Soto asegura que el colectivo agrupa a unos 150 expertos de todo el mundo, en su mayoría de Estados Unidos. «Fue un país donde Galdós fue redescubierto de una manera deliciosa, desinteresada, pero apasionada por gente como mi maestro Stephen Gilman», comenta el experto quien asegura que, en el caso de Galdós, se cumple el dicho «no hay profeta en su tierra».
Acerca de la salud de los estudios galdosianos, el profesor radicado en Boston desde los años 70, asegura que, «mientras Galdós siga siendo leído ahí habrá galdosismo. Los estudios galdosianos son fundamentales porque el mundo de Galdós, para bien o para mal, se parece mucho al nuestro. Es sabio y nos ofrece una mirada de tolerancia y amor que nos hace falta siempre. Contiene una inteligencia clara y aguda, por eso seguiremos yendo allí», afirma circunspecto.
En cuanto la ausencia en la obra de Galdós de su tierra natal, Smith Soto dice que, como le ocurre a cualquier creador, su lugar de nacimiento se percibe «en el lenguaje, en la comida y en la dulzura palmeña. Que sus novelas no se sitúen en la isla no significa nada, es canario, es madrileño y universal».