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Ana Curra, en una imagen de archivo. C7
«Del punk me quedan las ganas de hacer realidad mis sueños e intentar ser feliz y libre»

«Del punk me quedan las ganas de hacer realidad mis sueños e intentar ser feliz y libre»

La legendaria 'reina del punk' español y pieza clave de la Movida Madrileña protagoniza este jueves el ciclo 'Cinezín' en el Castillo de MataAna Curra cantante y docente

Victoriano Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 9 de marzo 2022

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Quien fuera miembro de Alaska y los Pegamoides y Parálisis Permanente estará este jueves presente, a las 19.00 horas, en la proyección del documental 'Autosuficientes', dirigido por Danny García. Ana Isabel Fernández, Ana Curra, participará después en una mesa redonda junto a Sara Morales, autora del libro que recorre su vida y trayectoria musical, con a los periodistas Diego F. Hernández y Xavier Valiño. La entrada es gratuita.

-Viene usted a Gran Canaria por la proyección del largometraje documental 'Autosuficientes', dentro del ciclo 'Cinezín'. ¿Se cuenta en el filme de Danny García todo lo que se tenía que contar sobre Parálisis Permanente o queda mucho por contar y nunca se hará público?

-Considero que 'Autosuficientes' es un documental muy interesante para descubrir las canciones y la historia de Parálisis Permanente. Este documental es el broche de oro a la gira de 'Ana Curra presenta El Acto'. Suena el grupo con el vigor de la actualidad y se va desgranando su historia, contada por muchas voces distintas. Todos conocieron a Eduardo Benavente personalmente y disfrutaron del grupo en directo. Mi aportación con Danny García parte del mayor cariño. Un documental se puede hacer desde muchas vertientes y en hora y media no te da tiempo a contarlo todo.

-Usted está considerada como una pieza clave en el resurgir musical y cultural de los años 80, lo que suele reducirse a la Movida Madrileña. ¿Qué le diría a los que dicen que no fue para tanto y que se ha mitificado en exceso?

-Sería generalizar decir que en la Movida Madrileña todo fue increíble o que todo fue una mierda. Es tan malo lo uno como lo otro. Han pasado los años suficientes como para valorarla. Hubo cosas interesantísimas, grupos que aún persisten y han pasado el examen del tiempo. Hubo cosas que desaparecieron por unas razones u otras, como que no eran suficientemente buenos o la suerte no les acompañó. Creo que fue un movimiento interesantísimo, con muchísima energía.

-De quien fue denominada como la reina del punk español, ¿qué queda a día de hoy?

-De mí queda, aunque suene a tópico, parte de la esencia, de ese anhelo de hacer realidad mis sueños, de buscar mi sitio en el mundo e intentar ser feliz, libre... todo eso me queda del punk. Cada vez tengo ese anhelo con más fuerza. A nivel práctico, sobre el escenario se nota que no he tenido tanto salvajismo como ahora en un directo. Ahora lo vivo más a tope. De joven tenía más prejuicios y estaba aprendiendo.

-Cuando mira a su alrededor y escucha la música y ve las creaciones culturales que se llevan a cabo en la actualidad, ¿no cree que se ha retrocedido, que aquellos aires de libertad, osadía y vanguardia han quedado sepultados por lo políticamente correcto y la sumisión a las instituciones públicas que son las que dominan la mayor parte de los recintos de exhibición?

-Vivimos en un momento de muchísima rebelión. Sin tener nada que ver, son movimientos muy similares en cuanto a rebelarse, porque todo está muy confuso y nos están vendiendo una moto muy grande a todos los niveles. No hay involución sino una corriente artística generadora de esta actitud en la calle y se hace la música que corresponde a estos tiempos. No me gusta ser pesismista. Pienso que hay gente que se mueve y revoluciona. Siempre la habrá.

-¿No cree que las redes sociales, en gran medida, han tomado el relevo de la censura de antaño para atacar y demomizar a los creadores y a todo aquel que no transita por la línea más común?

-Las redes sociales son un sitio donde la gente dice todo lo que piensa. Puede estar muy bien y muy mal. Lo importante es que a uno no le afecte, seguir eligiendo y seguir estando bien informados. Personalmente me resultan un coñazo y me niego a caer en su esclavitud. Pero por otro lado, los tiempos han cambiado y es el lugar en el que nos tenemos que dar a conocer con lo que hacemos. Lo que la gente diga me trae sin cuidado.

-Cuando echa la vista atrás, hacia los 80, ¿qué ve?

-Intento no mirar atrás, salvo cuando me lo preguntáis en entrevistas. No me interesa porque lo he vivido, contado y dicho. Lo que me interesa es vivir intensamente el día a día, porque estoy viva. No me gusta vivir de la nostalgia. Adoro mi vida y mi historia. Asumo lo bueno y lo malo. Estoy viva y quiero seguir alimentándome a cada segundo.

-¿Se arrepiente de muchas cosas o cree que todo hay que entenderlo según el momento en el que sucede?

-Me arrepiento de cosas, por supuesto. Pero hay otras que asumo como elecciones libres y asumí los riesgos. Me arrepiento de las cosas que pudieron hacer daño a mi familia y a los más cercanos. Creo que, evidentemente, el 'presentismo' no lleva a ningún lado. Hay que entender las cosas en el momento en el que se produjeron, para mí es obvio.

-¿Con qué se queda de sus tiempos en Alaska y los Pegamoides y Parálisis Permanente?

-La etapa de Alsaka y los Pegamoides me produce muchísima ternura y admiración por la magia que teníamos. Fue una etapa colorista y divertidísima. Mutó inmediatamente en otro tipo de canciones cuando descubrimos la muerte y la onda siniestra. Se cuajó en Parálisis Permanente, que creo que fue uno de los mejores grupos españoles. Su legado, con sus canciones, está ahí para que todos puedan corroborarlo..

-¿Le costó decidirse a contar todo lo que cuenta a Sara Morales en el libro 'Conversaciones con Ana Curra'?

-Digo en el libro lo que digo porque quiero. Sara no me puso una pistola en la sien para que hablara. Es una decisión absolutamente libre. Así se lo dije, que si hacía un libro lo hacía de verdad, no para poner lo que la gente quiere leer. Sin prejuicios. A estas alturas de mi vida, los prejuicios están superados. Quería quedarme a gusto conmigo misma. No creo que libros tan íntimos se puedan hacer con trampas. Un libro en una editorial como Efe Eme sé que lo va a leer gente con interés en mi persona y por eso creí que había que hacer un libro con honestidad.

-¿El pop, el rock y el punk hizo que se perdiera una gran pianista en su caso?

-Me hace gracia que me lo digas porque estoy respondiendo al cuestionario en mi aula del conservatorio donde doy clases con unos pianos de cola y enfrente del Monasterio del Escorial. Es un lugar maravilloso donde he pasado un montón de años estupendos dando clases. Tener contacto con gente desde los 7 años hasta los veintipico me ha nutrido mucho y me ha tenido con los pies en la tierra y atenta a los intereses de los niños y adolescentes. Como pianista clásica sigo tocando mucho por las clases, pero otra cosa es ser intérprete de repertorio. Nunca lo pretendí porque sabía que era demasiado esclavo y atlético. Te da grandes satisfacciones tener obras de grandísimo nivel pulidas al máximo para exhibirlas en su máximo explendor, pero no estaba dispuesta a sacrificar tanto cuando descubrí lo que se agitaba por la noche en la ciudad.

-¿Cómo ha encajado en el Conservatorio una artista con un pasado musical como el suyo? ¿Se considera una rara avis?

-Sí que lo he sido, sobre todo en los primeros años cuando entré jovencita y venía con los pelos de punta y los cardados. Pero después he sido querida entre los alumnos y los profesores han acabado por entenderme. Además, los tiempos han cambiado.

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