‘La primera mano que sostuvo la mía’
Lo humano es también lo femenino. Sin embargo, hay cuestiones que no han sido tratadas en la literatura con la suficiente intensidad y profusión porque solo competen a media parte de la humanidad, las mujeres. Es el caso de la maternidad, un asunto que, a pesar de su vital importancia para la supervivencia de la especie, no ha tenido su correspondiente reflejo en el universo literario. Quizás porque, como todo lo femenino, siempre se considera un asunto menor.
Este es el tema elegido por la escritora irlandesa Maggie O’Farrell que en su novela La primera mano que sostuvo la mía, donde nos narra dos vidas paralelas; la de una joven que a mediados del siglo XX rompe con los convencionalismos y huye de su familia buscando su libertad, y la de una madre primeriza, situada en la actualidad, que comprueba con angustia cómo su identidad se diluye para convertirse en un accesorio totalmente necesario para la subsistencia de su bebé. La abrumadora y casi peligrosa potencia de la relación visceral y sanguinolenta que va creándose con su hijo, contrasta con la inusitada capacidad para amar que descubre en sí misma. Esta tormenta emocional es similar a la que sacude al padre de la criatura, cuyos lazos crecen en la misma medida que dedica tiempo al cuidado del pequeño.
El suspense se mantiene durante casi toda la novela por la desconexión de ambas historias separadas por el tiempo. Sin embargo, el punto más interesante de la obra de O’Farrell es el contraste entre elementos luminosos y aterradores que se nos presentan a través de un mosaico de sentimientos y sensaciones relatados sin artificios, entre biberones, pañales sucios, largas vigilias, llantos y tomas de pecho.
Datos.
Título: La primera mano que sostuvo la mía
Autora: Maggie O’Farrell
Editorial: Libros del Asteroide
Traductora: Concha Cardeñoso
Páginas: 340
Precio: 23,95 euros
