Kureishi, dolor y furia en ‘Nada de nada’
Decía Woody Allen que la comedia es igual a tragedia más tiempo. Esta ecuación es la que parece haber aplicado el escritor londinense de origen pakistaní Hanif Kureishi en su novela Nada de nada.
El tiempo, dilatado, lo pone Waldo; el protagonista de la historia, un famoso realizador postrado en una silla de ruedas por los efectos ineludibles de la vejez, que se convierte en el privilegiado espectador de la aventura amorosa y sexual de su esposa y cuidadora con un psicópata capaz de hacer lo que sea para vivir del cuento.
Con una sucesión de divertidas y variopintas reflexiones que nos va lanzando en forma de frases lapidarias, Kureishi construye un personaje sólido, con unos principios inmutables sustentados en la experiencia acumulada con los años. Sin embargo, estas certezas, planteadas siempre desde la ironía y el sarcasmo, contrastan con el delirante transcurso de los acontecimientos.
La dependencia, la soledad y la decrepitud son los motores de esta absurda y divertida novela que adquiere tintes negros y que nos muestra lo miserables que podemos llegar a ser cuando al deseo se le interpone la frustración.
El dolor y la rabia alimentan su impotencia, también sexual, para combatir y desenmascarar al impostor sentimental que ha devuelto a su mujer la lujuria que él no le pudo ofrecer. Un problema porque, parafraseando al protagonista, la libido, como Elvis, nunca muere.
¿Logrará su objetivo? ¿Cómo lo hará, si apenas puede limpiarse el culo? Este entuerto se resuelve en el lugar más peligroso de la tierra, que según Kureishi, es la imaginación.
Más datos
Titulo: Nada de nada
Autor: Hanif Kureishi
Editorial: Anagrama
Traducción: Mauricio Bach.
Páginas: 179
Año: 2018
Precio: 9,9 euros