El teatro canario se abre paso en la escena nacional
La actriz y dramaturga grancanaria Inma Correa (Las Palmas de Gran Canaria, 1975) colgó el cartel de «No hay entradas» a principios de este mes de diciembre en el FestOtoño madrileño con En la fundación, una versión propia de La fundación de Antonio Buero Vallejo.
Él éxito de la dramaturga isleña se suma a los que ya han cosechado, también en el panorama nacional, el palmero Antonio Tabares -su obra La punta del iceberg incluso tuvo el pasado año una versión cinematográfica dirigida por David Cánovas y protagonizada por Maribel Verdú-, el tinerfeño José Padilla, que estrenó este verano en el teatro Pavón Kamikaze dirigiendo su propia obra: Las crónicas de Peter Sanchidrián, o Yeray (Tenerife, 1980) y Enrique (Tenerife, 1978) Bazo.
«Yo creo que el teatro canario, los dramaturgos y dramaturgas, se han desprendido de los complejos, de la sensación de que desde aquí solo podemos hablar de nuestras cosas. Pero si algo caracteriza a la gente que está escribiendo teatro ahora desde Canarias o que son de Canarias es que no nos ceñimos a lo local, sino que desde lo local hablas de los universal y eso enriquece muchísimo la escritura. Incluso aunque la ambientes en la Canarias rural, la visión es universal y esa manera de entender la escritura hace que tus textos se puedan publicar y estrenar fuera de las Islas. La ubicación de la escena pasa a ser algo anecdótico», explicó Antonio Tabares.
Para Yeray Bazo también habría que añadir que los autores y autoras actuales utilizan otro tipo de lenguaje. Las series, dijo, han influido en la nueva dramaturgia «el lenguaje se ha hibridado y vamos por otros caminos», aseguró el dramaturgo tinerfeño.
Por otro lado, continuó, «el formato clásico de planteamiento-nudo-desenlace también se ha roto», porque, insistió Bazo, «nos hemos criado con las series de televisión, las redes sociales e internet y nuestra forma de comunicar afecta a la escritura. La gente empieza a meter en sus proyectos otros elementos que antes ni se planteaban».
A Tabares no le gusta tachar todo el teatro anterior de «costumbrista», «habrá de todo», dice, pero lo que sí cree es que «en la actualidad escribimos historias desde un punto de vista global. En mi caso, puedo escenificarlas en Australia, Brasil o aquí, pero hago un tipo de teatro según el signo de los tiempos, ahora estamos más interconectados y somos más conscientes de la realidad que nos rodea y eso ayuda a mantener una amplitud de miras».
A juicio de Bazo, el teatro canario goza de buena salud y, además, tiene futuro: «Hay mucho nivel y la gente que viene por detrás es muy buena. Creo que va a haber una efervescencia del teatro canario».
«Venimos de un panorama teatral en Canarias muy enclenque y ahora hay una gran cantidad de dramaturgos y dramaturgas para elegir», añade Tabares.
