Noemí Arrocha exhibe desde hoy su 'Deflexión-reflexión'

La creadora Noemí Arrocha (Las Palmas de Gran Canaria, 1975) inaugura esta tarde, a las 19.00 horas, en el Centro de Artes Plásticas del Cabildo, su última entrega individual titulada 'Deflexión-reflexión', una muestra vinculada inequívocamente al material empleado por esta escultora (piedra, mármol, basalto, entre otros) en la que Arrocha formula un nuevo dialogo con la materia que traspasa su propia naturaleza orgánica y formal para transformar el espacio.

La muestra individual de la artista que se presenta ahora en el Centro de Artes Plásticas que la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario mantiene abierto en el número 8 de la calle Colón del barrio histórico de Vegueta, se inaugura tras su anterior entrega denominada 'Complementarios', presentada hace dos años en la Fundación Mapfre Guanarteme.

La exposición se mantendrá abierta al público en el Centro de Artes Plásticas hasta el día 16 de julio, pudiendo visitarse de lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas, con entrada libre.

La creadora suma a su trabajo expuesto una reflexión sobre la luz y la sombra en el espacio como recurso fundamental para completar su obra como un todo, capaz de desencadenar un nuevo dialogo con la materia, traspasando su propia naturaleza orgánica y formal.

De ahí que la materia pase a ser contenedora y generadora de nuevas percepciones, desvinculándose de toda idea preconcebida de su propia morfología.

La materia (mármol), trabajada al límite de su resistencia mecánica, crea un magnetismo o comportamiento óptico de transparencia, sutil y débil.

«De esta manera, la luz, al ser dirigida a la materia termina de componer el espacio, y es parte creadora de las experiencias visuales cambiantes que nos remiten al dibujo y la pintura, ayudando a resaltar el valor de la escultura como elemento de síntesis de ambas y actúa como eje vertebrador de todos los demás elementos», señala la artista.

Arrocha señala que su proceso creativo y métodos de ejecución, todo ello entrelazado con la tradición, eje central de la serie 'Deflexión-reflexión', está cercano a las teorías de Rudolf Wittkower (1968) y a la herencia del conocimiento, emparentadas, a su vez, con las corrientes de pensamiento oriental (Junichiró Tamizaki (1933), no solo como base elemental para culminar la obra, sino también como germen que la lleva a la perfección.

«Esta serie se acerca al espectador mostrando un lenguaje básico y sintético en el que, el punto, la línea y el plano hilvanan los huecos por donde se crea la experiencia visual individual y personal del espectador, recordando en todo momento que 'menos es más'», apunta.