Una marea amarilla y azul para Quevedo

El artista convocó a 15.000 personas por sorpresa, después de un enigmático mensaje a través de sus redes sociales que terminó desvelándose como un concierto benéfico con entradas a un euro. La emoción era más que visible y pronto se colapsó la web. Pero quienes tuvieron suerte se transformaron luego en una marea azul y amarilla –los colores que el grancanario ha abanderado durante toda su gira a nivel nacional– que ya acampaba desde el mediodía para verlo, horas antes de la apertura de puertas.

Comenzó el concierto puntual. Los acordes de 'Ahora qué' resonaron ante un público que comenzó a gritar a pleno pulmón. Pese a que aún le queda una última parada para poner el broche de oro a su tour, el 11 de noviembre en Tenerife, el regreso de Quevedo a la isla se sentía como un cierre. El clásico viaje del héroe que parte hacia un camino complejo y regresa con un reconocimiento internacional. De ahí que el artista no haya perdido ocasión para agradecer el apoyo recibido de parte de los canarios. Y, de nuevo, compartió escenario con colaboradores como Juseph y Maikel Delacalle.

En un concierto con varios parones, Quevedo no defraudó y ofreció una selección de canciones de su corta carrera musical. Sonaron clásicos -pese a su corta vida musical- como 'Cayó la noche', que desató la locura entre los asistentes, o 'Quédate', el himno junto a Bizarrap que lo colocó en el mapa global. Entre los éxitos de su último disco, sonaron 'Donde quiero estar', no faltó 'Sin señal', 'Playa del Inglés',' Dame' y 'Wanda'. Temas que se corearon tan alto en el Anexo que casi opacan a quien portaba el micrófono.

El reloj avanzó implacable durante las dos horas de concierto y llegó el momento de una despedida que gustó a sus seguidores: «Muchas gracias, Gran Canaria, nos vemos muy pronto».