La mafia rumana silba como los gomeros
Cine. Hoy se estrena 'La Gomera', 'thriller' dirigido por el rumano Corneliu Poromboiu, que en 2018 se rodó en la isla colombina, donde transcurre parte de la trama.
Mientras el barco enfila el puerto de San Sebastián a la vez que navega en paralelo a los escarpados acantilados de la costa, Cristi parece ensimismado en su realidad y lo que ve, a la vez que el espectador escucha como banda sonora 'The Passenger', de Iggy Pop. Ya en tierra, la megafonía portuaria despeja las dudas geográficas: «Bienvenidos a La Gomera, la joya de las Canarias». Así arranca el largometraje 'La Gomera', del cineasta rumano Corneliu Poromboiu, que hoy se estrena en las salas de cine españolas -en Gran Canaria, en los Yelmo de Las Arenas- tras aplazarse la puesta de largo prevista en 2020 por la lucha contra la pandemia de la Covid-19.
La pequeña isla colombina tiene un doble protagonismo en esta coproducción rumana, francesa y alemana que se estrenó dentro de la Sección Oficial del Festival de Cannes de 2019 y que tuvo su 'premier' en España en el de Sevilla, donde se alzó con el galardón al mejor guion.
Buena parte del largometraje se rodó en 2018 en La Gomera, tanto en localizaciones interiores como exteriores. Las verdes y montañosas cumbres de su interior y una de sus playas de piedras cobran protagonismo dentro de este 'thriller' que combina elementos clásicos con una narrativa personal, jalonada de ciertos toques de humor tan negro como la propia trama.
Pero lo que realmente se convierte en un elemento esencial dentro de la historia es el silbo gomero, la forma de comunicación empleada por los habitantes primigenios de la isla para entablar sus conversaciones y solventar la distancia y las dificultades geográficas de la isla, escenificadas en sus abundantes y profundos barrancos.
Durante la promoción de la película en Cannes, el propio Corneliu Poromboiu reconoció que la idea original de la película nace tras ver un documental televisivo sobre el silbo gomero, cuando acababa de terminar 'Policía, Adjetivo', donde el cineasta reflexionó sobre el uso del lenguaje con objetivos políticos.
En esta ocasión esta forma de comunicación, que desde 2009 está inscrita en la Unesco dentro la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, se transforma en esta ficción en una forma de comunicación para sortear a las fuerzas del orden. Cristi, el protagonista de esta historia, es un policía con una doble cara. Ejerce su profesión y a la vez es un topo que pone al corriente de sus operaciones a la mafia. Sabe que está bajo sospecha. En su propia casa, la Policía ha instalado cámaras y micrófonos para intentar pillarle en un descuido.
Ante este panorama, el clan mafioso para el que trabaja recurre al silbo como forma de comunicación para desarrollar un plan en Bucarest mediante el que salga de la cárcel Zsolt, el miembro del grupo que sabe dónde están escondidos 30 millones de euros.
Por este motivo, Cristi acude hasta La Gomera para que le enseñen esta técnica, que desde los años noventa figura en los colegios gomeros y forma parte del patrimonio etnográfico del archipiélago canario.
Mientras este policía corrupto aprende la compleja técnica del silbo, el guion que firma el propio Corneliu Porumboiu desarrolla una trama clásica de cine negro en la que distintos saltos en el tiempo sitúan al espectador ante los antecedentes de los hechos que se le presentan. Emplea un 'tempo' pausado con el que cobran vida una serie de personajes silenciosos y por momentos esperpénticos. Así se desarrolla también un caldo de cultivo ideal para que la película ponga al descubierto situaciones significativas de la realidad contemporánea rumana. Algunas, heredadas de su pasado comunista detrás del telón de acero.
'La Gomera' se erige así en una nueva entrega del denominado nuevo cine rumano, cuyo punto de partida se sitúa a comienzos de la década del 2000 y que tuvo su punto de inflexión en largometrajes como 'La muerte del señor Lăzărescu' (Moartea Domnului Lăzărescu, 2005) de Cristi Puiu; '12:08 al este de Bucarest' (A fost sau n-a fost?, 2006), del mismo Corneliu Porumboiu; y sobre todo 'Cuatro meses, tres semanas y dos días' (4 luni, 3 săptămâni si 2 zile, 2008), con el que Cristian Mungiu se hizo con la Palma de Oro de Cannes.
Desde aquellas producciones, el cine rumano tiene una presencia destacada en los festivales internacionales de referencia, en los que copa habitualmente alguno de los principales galardones. Sin ir más lejos, Radu Jude acaba de lograr este año el Oso de Oro de la 71ª edición de la Berlinale con 'Bad Luck Banging or Loony Porn'. Este cineasta fue objeto de un ciclo durante el 18º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, celebrado en 2018, donde también formó parte del jurado de la Sección Oficial.
El actor Vlad Ivanov, que se dio a conocer fuera de Rumanía por su papel en el devastador drama femenino de 'Cuatro meses, tres semanas y dos días', encabeza el reparto de 'La Gomera', en el que también sobresale la actriz Catrinel Marlon, como la 'femme fatale' Gilda. También figuran el cineasta y actor español Agustí Villaronga, así como los intérpretes también nacionales Antonio Buil y Cristóbal Pinto. El segundo contó con un personaje relevante en la primera temporada de la serie 'Hierro', rodada en la isla del meridiano, a un pequeño salto sobre el mar, precisamente, de La Gomera.