Salvadora Luján: «Galdós fue un gran maestro que enseñó a los españoles a pensar y a vivir»

Además de escritor, periodista y político ocasional, Benito Pérez Galdós fue «el gran pedagogo que puso al lector frente a lo que es, lo que no es, lo que debe ser y lo que no debe ser un español, es decir, el ser humano que debe llegar a formar la nueva educación que se implante en España». Esta es la base de la investigación de Salvadora Luján-Román, que defiende a Galdós como el gran pedagogo español.

Su tesis doctoral mereció la concesión del prestigioso premio 'Peter Bly', otorgado por la Asociación Internacional de Galdosistas, y ha culminado en la publicación del libro 'Galdós y la educación: fundamentación de su ideario pedagógico'. La obra se presenta en la Casa-Museo Pérez Galdós, este miércoles, a las 19.00 horas, en el marco del 180 aniversario del nacimiento del escritor grancanario.

La temática educativa fue una constante preocupación para Galdós, explica la investigadora y docente Salvadora Luján-Román. «El novelista fue capaz de absorber y expresar la realidad pedagógica que le rodea, y da entrada en su obra a la efervescencia que tienen en su época, con la eclosión del magisterio, las nuevas ideas educativas».

Después de una investigación exhaustiva de toda la obra ficcional de Galdós y parte de la no ficcional Luján demuestra que es posible establecer unos postulados pedagógicos concretos que subyacen a toda la obra del autor y que resume en un decálogo de principios pedagógicos que se recogen y explican de forma resumida en este libro. «Galdós absorbió lo mejor que podían ofrecerle españoles y extranjeros y lo adaptó a las condiciones de su país, ofreciendo ejemplos ficcionales de hacia dónde debería derivar la enseñanza moderna», detalla la autora.

Si bien es cierto que Galdós no dejó expresamente escritos los principios ideológicos de su filosofía educativa, la investigación de la experta ha determinado que hay otros autores, como Ortega y Gasset, Unamuno o Concepción Arenal, que han sido incluidos en los manuales de ciencias de la educación por sus ideas pedagógicas, a pesar de no haberlas escrito ellos mismos con un método normalizado. «Del mismo modo, considero que las ideas pedagógicas de Galdós han quedado diseminadas en su extensa producción y el objetivo central de mi investigación ha sido precisamente el de delimitar los principios de la pedagogía galdosiana que emanan de su obra, para demostrar que puede establecerse una filosofía pedagógica galdosiana», afirma convencida Salvadora Luján-Ramón.

«Su obra es una búsqueda incesante de la nueva sociedad a la que debe aspirar España, así como de las características esenciales de ese 'nuevo ser humano' que debe llevar a cabo la regeneración de esa sociedad».

Una de las afirmaciones del trabajo de esta investigadora es la que se refiere a los problemas endémicos de la educación en España, ya desde los tiempos de Galdós. «A pesar de la vertiginosa velocidad con la que se producen las transformaciones desde finales del siglo XX y, sobre todo a partir del XXI, resulta sorprendentemente vergonzoso constatar que hay ciertas cuestiones que permanecen casi inmóviles, y esto solo puede explicarse porque, efectivamente, existe una estructura cultural profunda, cuyas ideas se siguen transmitiendo de generación en generación a través de diversas herramientas causales que ya pusiera de manifiesto Galdós, tanto en su producción ficcional como en sus otros textos». Por ejemplo, Luján destaca «el inmovilismo frente a la innovación, que en el ámbito educativo se refleja en esa pugna entre la educación tradicional y la innovación educativa».

Por otro lado, la denuncia constante del favoritismo y el particularismo, el amiguismo y el nepotismo que aún podemos encontrar en las instituciones españolas y que tristemente también está presentes en el ámbito educativo, sería otro de los conflictos estructurales que perviven, según la autora. Y esto entronca con otro de los problemas endémicos de España: el desencanto político y la desconfianza de los españoles respecto al Gobierno. La dialéctica de las dos Españas ideológicas y la impronta de la Guerra Civil sigue, a juicio de la investigadora, dejando huella en el presente. «La apropiación de la verdad histórica llevada a cabo por el franquismo todavía hoy sigue polarizando las opiniones de los españoles y esto tiene claras repercusiones en el sistema educativo», asegura.

«Galdós apostó por una educación inspirada en la conciencia social y el pensamiento crítico, excluida de ella el adoctrinamiento y la intolerancia en las aulas y de la sociedad como paso necesario para liberar las conciencias», asegura Salvadora Luján-Román.

Por último, la investigación de la autora se detiene en la situación de la mujer y de la infancia y que nos devuelve a escuelas que segregan por sexo, o a la pugna ideológica sobre la perspectiva de género en la educación pública, además de la supervivencia de estereotipos, ausencia de mujeres en los libros de texto o techos de cristal.

Su investigación destaca «la clarividencia de Galdós para apuntar a lo que hoy denominamos educación inclusiva, que solo es posible si se educa de forma contextualizada e integral entre los diferentes actores que intervienen en la educación: la escuela, el estado y la familia. Un ejemplo claro es el caso de Marianela, protagonista de la obra homónima, cuya ceguera por el abandono social y la falta de instrucción contrasta con la capacidad de ver de Pablo, el ciego, pues él sí ha tenido una familia que se preocupara de su formación».

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