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El próximo 10 de febrero arranca una Berlinale sujeta a férreas restricciones por el embate de la sexta ola del virus. Será una edición presencial aunque en formato reducido, en la que para acceder a las salas hará falta mascarilla, la pauta completa de vacunación y un test negativo de covid. Dos películas españolas competirán por el Oso de Oro, algo que no ocurría desde 1997. Carla Simón arrancó hace cuatro años en Berlín el carrerón de 'Verano 1993', que obtuvo el premio a la mejor ópera prima en el festival y ganó tres Goyas. Ahora regresa con 'Alcarràs', la historia de una familia de campesinos de Lleida que se reúne para recoger su última cosecha tras ochenta años cultivando la misma tierra. El reparto coral está formado por actores no profesionales y trabajadores de la tierra.
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Por su parte, en 'Un año, una noche' Isaki Lacuesta adapta 'Paz, amor y death metal', el libro de Ramón González, superviviente del atentado yihadista a la sala Bataclan de París en 2005, en el que murieron 130 personas. Nahuel Pérez Biscayart, Noémie Merlant, Quim Gutiérrez y el músico C. Tangana son los protagonistas de esta historia que retrata con precisión lo ocurrido aquel día, pero también las secuelas de una experiencia traumática. El grupo Eagles of Death Metal, que tocaba aquella noche, ha cedido una canción para la banda sonora.
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La Berlinale también estrenará en la sección Panorama 'Cinco lobitos', ópera prima de Alauda Ruiz de Azúa. El filme, rodado en la costa vizcaína, cuenta los desvelos de una madre primeriza y está protagonizado por Laia Costa, Susi Sánchez y Ramón Barea.
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