«Que los ojos de tu compañero modifiquen tu interpretación, es el camino correcto»
Maggie Civantos y Roberto Álamo, que ruedan en Gran Canaria 'Días de agosto', reflexiona sobre cómo encaran su profesión
Fran Villalba
Las Palmas de Gran Canaria
Domingo, 27 de julio 2025, 02:00
Roberto Álamo (ganador de dos Premios Goya por 'La gran familia española' y 'Que Dios nos perdone') y Maggie Civantos ('Vis a vis', ganadora de la Biznaga de Plata del Festival de Málaga por 'Antes de la quema') son dos de los intérpretes de 'Días de agosto', una drama coral de Chema de La Peña que se está rodando en Gran Canaria desde hace varias semanas.
El filme sigue la historia de un hombre y su pareja (Álamo y Civantos) que se reencuentran con el hijo del primero (Pau Simón) y su novia (Berta Galo), lo que reabrirá heridas del pasado que aún no han cicatrizado. «Es una historia que ya ha sido contada muchas veces tanto en la literatura como en el cine», admite Roberto Álamo, para quien la película sigue «el mismo esquema de las obras de Tennessee Williams. Un grupo reducido que está en un lugar y en un tiempo determinado y viene otro grupo de fuera que altera las cosas».
«A mí lo que más me llamó de este personaje fue la contradicción tan extrema que presenta», explica Civantos. «Suponía un reto no sólo por el secreto que guarda, sino por los propios sentimientos contrapuestos que atesora. Entenderlo y ponerme en su piel la verdad es que me motivaba muchísimo».
La película, la nueva producción de Isii Group (que el año que viene estrenará 'Cataratas', 'Tal vez', 'Trinidad', todas rodadas en 2025) es un proyecto fraguado a fuego lento, lo que ha permitido al director y al elenco disponer de más tiempo de lo que suele ser habitual para ensayar, algo que todos agradecen. «Uno viene a una peli como el que va a un colegio nuevo. No conoces a los compañeros, llegas pensando 'a ver a quién me encuentro, cómo son, si son agradables...», se sincera Roberto. «Pero en este caso a los 10 minutos ya ves que Chema tiene un perfil muy amigable, muy conversador. Y luego eso se lleva también a la película, es decir, lo negro sobre blanco que está escrito en el papel se pone en pie. Si eres un actor creativo, y pienso que en este proyecto todos lo somos, pues siempre surge esa dicotomía de 'esto se puede cortar, esto se puede decir, esto no se puede decir'... Yo por ejemplo tiendo siempre a limar en exceso, es decir, todo lo que pueda hacer sin hablar, mejor. Todo lo que pueda hacer con miradas, con sensaciones, lo prefiero. Y creo que en general Chema está bastante abierto a eso, cosa que agradecemos infinito».
Muy preciso
«De hecho en los ensayos, como lo tiene tan claro, Chema era más preciso, pero luego en el rodaje me ha sorprendido mucho porque le he visto, y es algo que me parece muy valiente, abierto a cambiar cosas», apostilla Maggie. «Ayer mismo había una secuencia en la que teníamos texto pero dijimos 'vamos a hacerla muda'. Fue todo con el cuerpo, súper bonito. Y a mí me gusta que pasen estas cosas porque es cuando sientes que estás en un proceso creativo vivo y que respetas porque todo cuenta. Y yo siempre agradezco eso porque el cine es un trabajo en equipo».
«Y además mola», desarrolla Roberto, «porque es que luego te toca mirar a los ojos de una persona que no estaba en tu fantasía, porque la fantasía es de uno solo. Tú cuando estás en tu casa preparas al personaje y dices, bueno, sé lo que le pasa y por dónde va. Pero luego tienes que ponerte frente a alguien a quien no conoces íntimamente, que eso es maravilloso, tienes que mirar a los ojos de esa persona y ser sincero y honesto. Y eso ya no depende tanto de ti. No es lo mismo que sea yo o que sea Luis Tosar o que sea Maggie o Nathalie Poza porque es otra energía, otra mirada, otra forma de hablar, otra forma de pensar, otra forma de moverse... Efectivamente tienes que llevar todo más o menos colocado al rodaje, pero luego se te descoloca un poco todo cuando tienes por ejemplo a Maggie. Y tienes que adecuar todo lo que has pensado a Maggie. Eso me parece fascinante. Es más divertido incluso que actuar».
Distintas realidades
A veces los actores y actrices sorprenden al director y otras veces es éste quien les descoloca con su forma de rodar una escena, que no es como ellos se habían imaginado. «Volviendo a la secuencia de la que hablaba», continúa Maggie, «es un momento íntimo de los personajes y en mi fantasía yo pensaba que iba a hacer muchos planos cortos... Y no. Chema lo rodó en plano secuencia. Y era perfecto así. Cada vez respeto más la magia del momento de lo artístico, sea en el plano que sea. Y por eso si no estás abierto a modificar lo que tú traías preparado del ensayo, me parece que te estás perdiendo algo importante. Dejar que la mirada de tu compañero te modifique, para mí es el camino».
«También es verdad», comenta Roberto Álamo entre risas, «que a veces pasa lo contrario, que tú tienes una fantasía sobre cómo hacer las cosas de un modo concreto y luego llega el director, elige un camino completamente distinto y tú piensas 'pero qué está haciendo, no me jodas'. Eso también pasa».
En esta disertación sobre lo que significa el oficio de actuar, Roberto Álamo lo resume en una frase que le escuchó a Robert DeNiro. «El decía que en última instancia el que se pone delante de la cámara es uno. Entonces claro que hay preparación, hay diálogo, el director tiene la última palabra, lo que me parece genial. Pero siempre tienes que confiar en tu instinto. Cuando tienes 18 años y lees un guion, se te pasan miles de cosas por la cabeza. Pero cuando tienes una edad más avanzada, apuntas a aquello que a ti te ha pasado o que hueles de cerca. Porque, insisto, al final la realidad es que el que se pone delante de la cámara, el que elige, el que propone, eres tú».