La niñez en pantalla
«Lo sorprendente es la delicadeza con la que Simón lleva su niñez a la pantalla y nos obliga a mirar a través de los ojos de una niña»
Tierna, emocionante y dramática son algunos de los calificativos aplicables a Verano 1993, el primer largometraje de la cineasta catalana Carla Simón que se estrenó en la última edición de Cine+Food ante un público reducido y en un pase único y algo accidentado.
La cinta, reconocida con el premio a la mejor ópera prima en el Festival de Berlín, solo se ha podido ver en Canarias en la cita veraniega del parque de Santa Catalina y quizá, gracias a la elección de la Academia de Cine para representar a España en la carrera de los Oscar, alguna sala comercial canaria se atreva a programarla.
La historia es sencilla. Nada del otro jueves. Frida, una niña de seis años, pierde a su madre a causa del SIDA y comienza una nueva vida al lado de su tío, su pareja y su prima en una masía catalana.
Lo realmente sorprendente de Verano 1993 es la delicada manera con la que Simón lleva su propia niñez a la gran pantalla y nos obliga a mirar el mundo a través de los ojos angustiados y sensibles de la pequeña Frida. Incluso si la película se interrumpe y se pierden algunos minutos de visionado, es imposible no conmoverse con este relato íntimo y autobiográfico narrado desde la contención.
Puede que el principal impedimento para que llegue a las carteleras canarias se deba a que ha sido rodada en catalán, el idioma de los juegos y cánticos infantiles de Carla Simón. Sin este elemento, posiblemente, la nueva realizadora no hubiera sido capaz de pintar un retrato tan realista e impresionante.
Más información
Título original: Estíu 1993
Dirección: Carla Simón
Guion: Carla Simón
Reparto. Laia Artigas, Bruna Cusí, David Verdaguer, Paula Robles, Paula Blanco, Etna Campillo,