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GEMMA CASADEVALL-EFE
Berlín
Viernes, 17 de febrero 2023
La canadiense 'Blackberry', una película tan trepidante como lo fue el auge y derrumbe de los primeros teléfonos inteligentes, alegró la primera jornada a competición de la Berlinale, mientras que el australiano Rolf de Heer aportó un apocalíptico filme sin diálogos.
El realizador Matt Johnson, director y protagonista de 'Blackberry', trasladó al festival a los geniales innovadores de la telefonía móvil confrontados con los tiburones del gremio. Su personaje es Doug, el más 'freak' entre los colegas de Mike Lazaridis -interpretado por Jay Baruchel-, el jefe de una provinciana empresa canadiense formada por colegas que se comportan como bebés grandes.
«Nunca tuve un 'blackberry', mi padre sí. Es un producto de otra época», afirmó Johnson, quien compareció con el mismo 'look' que en el filme, mientras Baruchel, a su lado, aseguraba que la marca es «un orgullo para Canadá» frente a la superpotencia de Estados Unidos.
Johnson y su actor hicieron alarde ante la Berlinale de aquello que da fuerza a su película: diálogos rápidos, respuestas incisivas, dinamismo y el mismo aire de camaradería con que nació su prodigio.
El canadiense levantó una jornada programada para presentar las tres primeras de las 19 aspirantes a los Osos del festival. Las otras dos eran la australiana 'The survival of Kindness', de De Heer, y la primera de las cinco representantes alemanas a concurso, 'Irgendwann werden wir uns alles erzählen', de Emily Atef.
La cámara de De Heer atrapa al espectador en la dura imagen de una mujer negra, abandonada dentro de una jaula oxidada en un desierto, atravesado por hormigas rojas. Ahí la deja un grupo de hombres blancos que se comunican entre sí en un lenguaje ininteligible y cubiertos con máscaras de gas.
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