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La incorporación de Arturo García, el murguero y exfisioterapeuta fallecido, a La Trova iba a ser algo temporal. El grupo canario necesitaba un bajo entre sus filas y llegó de la mano del director musical Misael Jordán, que apareció con «un hombre de dos metros de alto» que conquistó el corazón de todos.
«Tenía un carácter muy jovial y esa simpatía y desparpajo lo hacían perfecto para La Trova», explica Alberto Cabrera, uno de sus compañeros. «Al final él no quiso irse ni nosotros que se fuera, así que al final estuvimos juntos durante cinco años».
En los viajes y los descansos entre las actuaciones, cuenta, siempre había momento para un chiste o algún «disparate» de los que se le ocurrían espontáneamente y lo convirtieron en «el alma de la fiesta». Además, su humor «muy canario», sumado a su altura propiciaba más de una broma en La Trova.
De hecho, una recurrente tenía que ver con el uniforme. Las camisas del grupo siempre le quedaban cortas y había que hacerle ajuste, algo que sus compañeros aprovechaban para reprochárselo con un «a ver si adelgazamos, Arturo», entre risas.
Arturo García falleció a los 46 años el pasado sábado de un infarto durante una actuación con la murga Los Nietos de SaryMánchez en Tenerife. El teldense fue también fisio de la Unión Deportiva Las Palmas durante 16 años, donde dejó una gran huella entre multitud de jugadores. Al igual que los miembros de La Trova, recuerdan su personalidad cómica y alegre y se suman al sentimiento de luto por su pérdida.
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