‘Los Malditos’ roza la gloria
Los Malditos, el montaje teatral de la compañía canaria Unahoramenos, no logró finalmente ninguno de los tres premios Max a los que estaba nominado durante la gala de los principales galardones escénicos nacionales, que se celebró en la noche del lunes en el Palau de las Arts de Valencia.
Los Malditos, el thriller escénicos escrito por el novelista y dramaturgo tangerino de nacimiento y agüimense de adopción, Antonio Lozano, producido y dirigido por la compañía isleña Unahoramenos, se quedó sin premio en la gala de los 20º premios Max de las Artes Escénicas.
Antes de la fiesta, celebrada en el Palau de las Arts de Valencia, Antonio Lozano había asegurado que «ya eran un premio» las tres nominaciones con las que contaba este montaje estrenado, el pasado verano, en el Temudas Fest de la capital grancanaria.
El creador de Me llamo Suleimán estaba nominado como mejor autor revelación, una categoría en la que finalmente se impuso María Cárdenas, por la pieza Síndrhomo.
En la categoría de espectáculo revelación, la manzanita de los Max fue para el montaje circense Intarsi, de la compañía Eia. Los Malditos compartió nominación en esta categoría con el montaje teatral titulado A España no la va a conocer ni la madre que la parió, de Wichita CO.
Tampoco pescó premio el montaje isleño en la categoría de diseño de espacio escénico, por el que estaba nominado su director y productor, el ingeniense Mario Vega.
El galardón fue a parar a manos de Curt Allen Wilmer, por su trabajo en una nueva versión de Hamlet, de William Shakespeare. El trío de aspirantes al Max en este apartado se completaba con el trabajo que Marcos Morau firmó para el montaje de danza Oskara.
Como ya se preveía, una de las grandes triunfadoras de la noche fue precisamente Oskara, de Kukai Dantza y La Veronal, que pasó, en noviembre de 2016, por el escenario del teatro Cuyás de la capital grancanaria.
Este montaje, que fusiona la danza tradicional vasca con las formas más convencionales de entender este arte se hizo con el galardón de mejor espectáculo de danza, diseño de vestuario y elenco.
En una noche donde los galardones estuvieron muy repartidos, Solo son mujeres (Només són dones), de Carmen Portaceli, se alzó con los de de mejor espectáculo de teatro y dirección de escena.
Como ya se preveía, Ron Lalá Teatro y la Compañía Nacional de Teatro Clásico se hizo con el galardón al espectáculo musical o lírico por su laureado montaje Cervantina. Versiones y diversiones sobre textos de Cervantes.
Amour, de la compañía Marie de Jongh, se hizo con el gran premio destinado a los montajes infantiles o familiares, mientras que el de mejor producción privada de artes escénicas fue para Historias de Usera, de la compañía Kubik Fabrik Slu.
A nivel individual, Rocío Molina, por Caída del cielo, se hizo con el Max en la categoría de intérprete femenina de danza. Este montaje también fue reconocido por su coreografía. Mientras que en la categoría masculina se hizo con el premio Manuel Liñán, gracias a Reversible.
Ningún montaje teatral se hizo en solitario con los principales premios de interpretación.
Así, Ángel Ruiz se coronó como mejor actor protagonista por Miguel de Molina al desnudo, mientras que la actriz Nuria Mencía se llevó el gato al agua por su trabajo en La respiración, que recientemente se pudo ver en el teatro Cuyás de la calle Viera y Clavijo de la capital grancanaria. Alfredo Sanzol fue el triunfador como mejor autor por esta tragicomedia.
Paco Ochoa, por El laberinto mágico, y Ainhoa Santamaría, gracias a La estupidez –que también pasó esta temporada por el Cuyás–, se hicieron con los galardones de reparto.
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