Por la propia Tierra: Arte en la Tierra
El Festival del Arte, creado por el escultor canario Félix Reyes y la pintora Rosa Castellot, en La Rioja, cumple 20 años.
Javier Cabrera
Santa Lucía (La Rioja)
Lunes, 21 de agosto 2023
El Festival de Arte, que se celebra anualmente en La Rioja, en el Valle de Ocón, en Santa Lucía –localidad donde reside y trabaja la pareja de artistas Rosa Castellot, pintora, especializada en dibujo y el escultor canario Félix Reyes– cumplió este año su vigésima edición. Iniciado en 2003, justo tras la concesión en 2002 del galardón de las Bellas Artes por parte del Gobierno de La Rioja al escultor, ha tenido en esta edición a los propios artistas como protagonistas, justo, curiosamente, tras la concesión del Gobierno de La Rioja, esta vez a Rosa Castellot, del galardón de las Bellas Artes en 2022.
El festival tiene como fin la intervención artística en el paisaje, con una duración de un mes aproximadamente primando, por tanto, su carácter efímero. Y se interviene tanto el pequeño espacio urbano de la localidad como sus aledaños y parajes naturales, las lomas en las que se suele plantar y cosechar el grano, que ceden los vecinos propietarios para la ocasión. La propuesta conserva un carácter comunal y aunque la obra posea autoría artística muchos vecinos del pueblo se implican en las labores de preparación y puesta a punto, ya sea del terreno o de los elementos necesarios para su concreción.
Este año Félix Reyes elaboró una pieza exenta, titulada 'Madre Tierra', que se instaló en un templo construido para dar cabida a la diosa. El templo, levantado en lo alto de una loma a las afueras del pueblo y elaborado con pacas del propio grano que se había recolectado, observa atisbos de cierto orden clásico, a caballo entre la basílica bizantina y la planta cruciforme cristiana aloja en su ábside la imagen de la escultura. Un concepto pagano cargado de referentes sagrados. Curioso, porque se produjo el efecto inmediato del referente colectivo y la gente acudía con ofrendas florales a la tal Diosa de la Tierra.
Rosa Castellot, por su parte, elaboró una instalación que recorría buena parte de la trama urbana y se prolongaba hasta las afueras de la población. En atriles metálicos dispuestos mirando al paisaje se ubicó la obra, precisamente, referencia paisajística de la zona, y elaborada directamente en el paisaje por la pintora. Una veintena de dibujos a lápiz sobre madera componen la pieza general que acota en su recorrido partes del paisaje que motivaron a la pintora: una suerte de 'Vía Sacra' que invita a recorrer el paisaje mientras se disfruta de él doblemente: el dibujado, como estímulo y el real para goce.
Dos artistas canarios
A lo largo de estos veinte años han participado más de la setentena de artistas de toda índole, tanto de origen nacional como internacional y con las más variadas propuestas de intervención y transformación efímera del paisaje y el entorno de Santa Lucía. Traer a colación en este punto que en él han participado hasta dos artistas canarios con sendas intervenciones: el escultor Manolo González y el pintor Pedro Lezcano Jaén, a los que debemos añadir a José H. Afonso, en labores de ayuda al montaje. Teniendo, por tanto Canarias, su pequeña pero destacada aportación al festival.
En esta vigésima edición he sido testigo directo de la acción que arropa y modula el festival: la aportación de los vecinos, la generosidad de los artistas, la implicación, ya casi emocional de un equipo de incondicionales, más amigos que artistas, gracias a quienes el festival se ha mantenido vivo a través del tiempo. Me refiero al grupo de artistas, varios de ellos antiguos alumnos de los propios Castellot y Reyes y/o, además, compañeros de docencia en la Escuela de Arte de Logroño, que se implican con todo ahínco, con el ánimo pleno porque el evento llegue a buen puerto.
A Demetrio Navaridas, Óscar Cenzano, Carlos Rosales y José Carlos Balanza hago referencia, y lo confirmo extensivo a sus propias mujeres, quienes han venido siendo el soporte anímico para que la fiesta sea lúdica y animosamente familiar.
Artistas todos ellos digo que, a pie de obra y con una devoción acorde, cuidan no sólo de la consecución del evento sino de los propios Rosa y Félix, a los que profesan un cariño fuera de toda duda. En esta ocasión nosotros mismos, los llegados desde Gran Canaria -Miguel Rodríguez, Marcos Díaz, Soledad Quesada y yo mismo-, hemos sido partícipes de la armonía que se respira en torno al festival. Y, por qué no decirlo, hasta nos han puesto a trabajar para el evento, como nos merecíamos.
Sin embargo, como todo en la vida, también en Arte en la Tierra se respira un pero… Los artistas creadores y conductores del evento en estos veinte años declaran su deseo de descanso y dar por cerrada la experiencia en lo que a ellos concierne.
Baste afirmar que, pese a las vicisitudes, lo vivido ha sido hermoso y se guardará, por tanto, memoria maravillosa de ello. No obstante, damos por hecho el esfuerzo que varios de los artistas citados harán porque el festival continúe, aún haya un giro en la dinámica del mismo y una nueva, por necesaria, forma de contemplar y proyectar la idea. Ojalá, y es deseo de todos, que la experiencia de Arte en la Tierra se prolongue en el tiempo tan viva y con tanta belleza plástica y carga humana como la que respiramos en la ocasión que nos tocó vivirla.
