Borrar
Las contradicciones de lo leve

Las contradicciones de lo leve

Los conceptos «civilización de lo ligero», de Gilles Lipovetsky, y «modernidad líquida» de Zygmunt Bauman, son el hilo conductor de Anatomía de lo leve (y sus turbulencias), la muestra colectiva comisariada por Marta Mantecón y que acoge desde ayer el espacio San Antonio Abad, vinculado al Centro Atlántico de Arte Moderno.

Luisa del Rosario y / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Fue precisamente mantecón quien propuso a los artistas Esther Aldaz (Gran Canaria), Antonio Díaz (Santander), Zuhar Iruretagoiena (Guipúzcoa) y Tito Pérez (Valencia) representar los problemas que aquejan al ser humano en la modernidad: «En esta sociedad capitalista, neoliberal e individualizada está de moda todo lo que tiene que ver con la ligereza y, quizás, eso nos está suponiendo una excesiva carga», explicó la comisaria.

El director del CAAM, Orlando Britto, presentó esta muestra como un ejemplo que otros proyectos que también ocuparán San Antonio Abad porque se trata, explicó, «de poner en diálogo» a artistas canarios y nacionales.

Como un libro con sus capítulos

El carácter colectivo de Anatomía de lo leve (y sus turbulencias) hace que en un mismo espacio se puedan ver cuatro formas diferentes de abordar el mismo problema, de tal forma que, en realidad, es como si el visitante abriera un libro con cuatro capítulos.

Tito Mora abre este libro imaginario con el capítulo Axis Mundi. El artista ha escogido el símbolo de la bandera –cualquier bandera– para dotarla de un nuevo significante jugando con los conceptos de levedad (con una bandera transparente) y pesadez (con otra de metal) con un vídeo y una instalación.

La canaria Esther Aldaz es la autora del capítulo Tallar la decepción. Un viaje fallido le permitió crear partiendo de esa «desesperación y frustración». Aldaz presenta un diario marino, una carta de navegación y fotografías de distintos cielos como prueba de ese viaje que, en realidad, nunca hizo porque el barco donde se encontraba estuvo las tres semanas amarrado en el muelle deportivo.

En la segunda planta de San Antonio Abad se pueden leer los dos siguiente capítulos. El primero es Contrapose, de Antonio Díaz. Fotografías, patrones y figuras se mezclan en unas estanterías en las que lo que se muestra son gestos congelados. El segundo es Hebra, de Iruretagoiena. La artista plantea una reflexión sobre «cómo construimos nuestros imaginarios» y utiliza el símil de la escultura clásica, que siempre necesitaba una estructura aunque se ocultase.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios