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Alfonso Armada. Corina Arranz
Alfonso Armada: «El ruido banal nos impide escuchar el sonido de la verdad»

Alfonso Armada: «El ruido banal nos impide escuchar el sonido de la verdad»

El periodista participa el día 21 de marzo en la primera mesa de reflexión del Laboratorio Galdós Internacional, en el Auditorio Alfredo Kraus

Francesc Zanetti

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 18 de marzo 2023, 22:54

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El periodista, escritor y dramaturgo Alfonso Armada (Vigo, 1958) compartirá la primera de las mesas de reflexión impulsadas en el marco del Laboratorio Galdós Internacional junto a otros cuatro colegas de profesión, el próximo día 21 de marzo, a las 19.30 horas, en la Sala de Cámara del Auditorio Alfredo Kraus de la capital grancanaria.

Armada, presidente de honor de Reporteros sin Fronteras, en su carrera como reportero que ha practicado con rigor y celo durante 30 años, ha cubierto conflictos como el dramático cerco que sufrió la ciudad bosnia de Sarajevo durante tres años (el asedio más prolongado a una ciudad en la historia de la guerra moderna) o el genocidio de Ruanda, en el que fueron asesinadas entre 500 mil y un millón de personas, entre otros tantos. Autor de títulos como 'Cuánto pesa una cabeza humana', 'La vida es una carretera secundaria', 'España, de sol a sol', 'Nueva York, el deseo y la quimera', 'El arte de la entrevista' o los poemarios 'Los temporales' y 'Fracaso de Tánger', lamenta que aún existan en España «muchas reticencias por parte del poder ejecutivo y judicial hacia el trabajo de la prensa, frecuentemente puesto bajo sospecha. Se trata de limitaciones incompatibles con una verdadera democracia», comenta.

Algunos politólogos advierten que asistimos en nuestro país a una erosión de las instituciones y de la cultura política, lo que para este acreditado periodista suponen «indicios preocupantes de su limitada calidad y salud política, siendo uno de los detalles que más me preocupa, el deterioro de la vida y del debate parlamentario, que parte de la degradación de un sistema implementado en patrones ideológicos y partidistas. Se vota en bloque al margen de la apreciación de la validez y solvencia de los propios argumentos. Eso conlleva que los debates parlamentarios sean previsibles, hoscos, zafios y alimentados por el menosprecio al contrario. Ello se traslada a la ciudadanía generando la desconfianza en la vida y utilidad parlamentaria. Los periodistas somos en parte responsables porque en muchas ocasiones propiciamos la polarización más que la reflexión ponderada sobre hechos y realidades. Lamentablemente, asimismo existen muchos lectores que no tienen el mínimo interés en conocer la verdad y analizar las razones existentes detrás de un tema de calado. No obstante, los niveles de agresividad, hostilidad y desprecio hacia el otro que en muchas ocasiones observamos en las redes sociales o en el propio parlamento pienso que no es trasladable a la vida cotidiana de los españoles».

Analiza el sector

Alfonso Armada ha avanzado en alguna entrevista que es complicado practicar un exigente y honesto periodismo. Pero, ¿puede el periodismo transformar las cosas? «¡Ojalá! En una entrevista realizada hace muchos años Rafael Sánchez Ferlosio me confesó que él siempre escribía con la intención de influir en las personas, pero que nadie prestaba atención a sus artículos. El periodismo en España ha perdido capacidad de persuasión e influencia. Muchos lectores han dejado de leer periódicos, no quieren tomarse el tiempo de saber y los medios se encuentran en una situación financiera muy delicada, aunque siguen existiendo grandes reporteros brindándonos estupendas historias de verdad. Lo estamos comprobando con los enviados especiales a la guerra de Ucrania. Entre los que no quieren saber y los que no quieren que sepamos embalsamamos un mundo para apaciguar el exceso de realidad. Los medios han optado por las tertulias instrumentalizadas como escenario de enfrentamiento teatral durante 24 horas, los siete días de la semana. Invierten menos en la esencia de la calidad informativa. La urgencia ha sustituido al rigor degradando los textos que se publican como una enfermedad extendida. Apelaría al modelo de la prensa anglosajona. Sin duda el periodismo ha perdido prestigio en España», asevera. «Debemos reivindicar los principios y fundamentos deontológicos que animan a esta profesión con la que podemos contribuir a mejorar el estado de las cosas. El periodismo necesita tiempo, sosiego, revisión, contrastar la información y las fuentes… Todo lo que precisamente rechaza la urgencia y la brevedad con la que se practica el periodismo actual, hoy, precisamente que es cuando de más medios disponemos para conocer la compleja realidad».

El periodista imbrica esta realidad en cierta tendencia de la que se ha venido nutriendo en buena medida el triunfo del populismo, cuyo propósito es debilitar y distraernos de la verdad y la razón, «Existe también el periodista populista, que envía mensajes escorados y sesgados y que no ayudan precisamente a entender la complejidad del mundo. Es ruido simple y banal que nos impide escuchar el sonido de la verdad. Gritamos demasiado y escuchamos demasiado poco. Hay un triunfo de la visión ideológica por encima de todo. Cuando los hechos dan igual a la hora de informar lo que inspiramos en los lectores es que no existen los argumentos y las sombras de dudas se extienden transversalmente hacia los políticos, la calidad del sistema democrático, la legislatura, la sanidad… y la propia prensa», advierte.

Las entrevistas

Uno de los últimos libros publicados por Armada se titula 'El arte de la entrevista', en el que ofrece conversaciones con Daniel Barenboim, Steven Spielberg, Wim Wenders, Harold Bloom, Richard Ford, Gioacchino Lanza Tomasi, Eduardo Lourenço, Nélida Piñon, Henry Roth, James Salter, Susan Sontag o James Nachtwey, entre otros muchos artistas y pensadores que con su obra han moldeado nuestro mundo. El reportero opina que el periodismo ha abusado de este género y recurso. «Algunas no son más que promoción descarada de artistas y sus productos; hay mucha mediatización en la gran mayoría de las entrevistas que se realizan hoy en día. Nos falta escuchar más y opinar menos, y la entrevista es el género de escucha por antonomasia. Con ella conocemos la verdad genuina de otro u otra», puntualiza.

Admite que, lamentablemente, siempre ha sido más fascinante la mentira que la verdad, «además, como no hay que demostrarla, la pones en circulación y se expande con mucha velocidad. La verdad circula peor que la mentira. La capacidad de difusión de mentiras y verdades de las grandes tecnológicas que se han quedado con el negocio de la publicidad es tan grande, que han creado una atmósfera irrespirable de desconfianza entre los lectores y han propiciado que dirigentes como Trump, lleguen al poder esgrimiendo discursos basados en la mentira como una forma de comunicación política. La verdad y la objetividad conllevan mucho trabajo, mientras que las teorías de la conspiración suelen ser gratuitas y siembran discordias. Hay muchos ciudadanos que compran este discurso, haciéndole un flaco favor a la democracia».

Una actividad «admirable»

Sobre la iniciativa de las mesas de reflexión articuladas alrededor de la experiencia escénica del Laboratorio Galdós Internacional, en la que compartirá silla con otros periodistas como Rosa María Calaf, Montserrat Domínguez, Ebbaba Hameida o Nicolás Castellano, opina que se trata de una propuesta «admirable. Que los productores hayan viajado a Ucrania a documentarse para escribir el relato de su próximo montaje teatral me resulta una manera muy interesante y honesta de que los actores conozcan las claves de un conflicto, y les ayude a construir mejor sus propios personajes y el propio drama, lo que también redundará en el pulso con el que el público viva la función. La carga política del teatro será mucho más enriquecedora», agrega Alfonso Armada.

Un viaje de 36 horas hasta Gran Canaria para no coger el avión

Una curiosidad: se ha negado desde hace unos años a viajar en avión para trasladarse a los compromisos profesionales a los que frecuentemente es invitado. Por eso viajará a Gran Canaria desde la península en barco. A Huelva irá desde Madrid en tren para tomar allí un buque con dirección a Tenerife y luego a Gran Canaria, periplo en el que invertirá 36 horas.

«Cada vez me parece más aberrante el trato al que someten a los viajeros en los controles de los aeropuertos. Todos nos hemos convertido en sospechosos de viajar con dudosas intenciones. Las compañías nos tratan como ganado estabulado. Antes, viajar en avión era un placer emocionante y ahora se ha convertido en una operación banal y fantasmagórica. Quizás tenía que haber nacido en el siglo XXI o antes. La velocidad que es tan fascinante y vertiginosa me causa angustia», concluye el periodista, quien por otra parte tiene claro que «tratar de ser ecológicamente responsables es, hoy por hoy, muchísimo más caro».

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