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Félix Albo junto a Carlos Oramas en una edición anterior del Festival. c7
Agüimes vuelve a ser la capital mundial del cuento y la narración oral

Agüimes vuelve a ser la capital mundial del cuento y la narración oral

La trigésima edición del Festival salda su deuda con el año pasado y reúne en el municipio a referentes como Félix Albo o Filiberto Chamorro

David Ojeda

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 16 de marzo 2021, 00:00

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Agüimes vuelva a convertirse en la capital del cuento y la narración oral, con la celebración, ahora sí, de la trigésima edición de su reconocido festival. 12 funciones, cinco participantes, representantes de Camerún, Reino Unido y España, y tres días de intensa actividad que comienzan este jueves 18 y finaliza el sábado 20.

La escocesa Jennifer Ramsay, el camerunés Boniface Ofogo, el andaluz Filiberto Chamorro y el alicantino Félix Albo, a los que se unen los canarios del Taller de Juglares, son los integrantes de un evento que vuelve a programar sus actividades en el Teatro Cruce de Culturas del Cruce de Arinaga, el Teatro Municipal de Agüimes casco y el Teatro Auditorio Agüimes. Y que, además, también llevará a estos jalones de la tradición por distintos centros escolares del municipio.

El Festival Internacional de Narración Oral ha crecido junto a figuras que llevan muchos años relacionados con él. Es el caso de Félix Albo, que confiesa a este periódico que está ansioso por encontrarse con el público lagartero. «Esto sí que es una normalidad añorada. Ya se añoraba antes de la pandemia, el poder parar y dejarse llevar por la voz de otra persona. Ahora es mucho más placentero y eso ha hecho que haya aflorado la necesidad del encuentro. Porque los cuentos son un encuentro alrededor de la historia, del que cuenta y del público. Y el fuego es la propia historia», manifiesta.

Albo y Chamorro destacan que las alternativas telemáticas nunca podrán sustituir al calor de una actuación ante el público

Albo es un veterano del festival, por el que lleva años desfilando. También lo es Filiberto Chamorro, que el año pasado recibió la noticia de que la pandemia hacía imposible su actuación cuando ya tenían las maletas preparadas. Por eso también está entusiasmado por revivir la magia del encuentro con el público. «Sigue teniendo algo especial. Porque a pesar de todas estas premuras que estamos viviendo, tal vez por esa necesidad de entregarse a la escucha de lo que está sucediendo me estoy encontrando que hay una gran necesidad de recuperar estos espacios de escucha y narración. La gente está saturada de pantallas, especialmente el público infantil», manifiesta.

Eso es algo en lo que Albo está totalmente de acuerdo. La narración oral y sus valores tradicionales son más reivindicables que nunca en este contexto impersonalizado de estos días y que no puede ser sustituido a través de pantallas. «Es una distancia que no se puede salvar. La narración es un acto de comunicación. Quien habla es quien cuenta, pero el público reacciona y se ríe. Y lo escuchas. Y estamos todo ahí. Sin embargo, a través de lo digital no sabes quién está al otro lado y tienes que actuar con la misma intensidad. Eso en vivo no pasa, porque hay una energía brutal», explica al teléfono.

Por eso el propio Albo incide en que la continuidad de este legado necesita el calor de una biblioteca o un teatro. «El narrador escucha más que habla. Cuando está contando la persona siempre está escuchando lo que pasa entre el público y la sala. Por eso el formato y la disciplina de la narración oral te permite jugar y e integrar lo que sucede, por ejemplo si se cae un móvil. La historia está como en el centro y la persona que cuenta está calentándose con ese fuego dentro del corro. Lo imprescindible para un narrador es que escuche lo que está pasando», comenta.

Es por ello que Chamorro destaca que a pesar de ser un oficio antiguo, la vida del narrador es un aprendizaje constante. «El día a día es una eterna búsqueda e investigación. Leo mucho cuento, investigo y comparto mucha información con compañeros a nivel artístico, de lenguaje narrativa o de interpretación corporal. Incluso las condiciones laborales que estamos teniendo. Porque detrás del narrador hay un autónomo que también tiene que dedicar a la gestión un espacio de tiempo», significa y añade que «ahora prima la investigación. La búsqueda de un lenguaje. Yo por ejemplo me siento muy alejado de los narradores orales naturales, yo lo hago más desde lo profesional. Tanto en los libros como en el contacto con los informantes que tenemos. No digo que sea ni mejor ni peor, diferente».

Como tantas cosas en el municipio de Agúimes, hablar del Festival Internacional de Narración Oral es hablar de Antonio Lozano, impulsor cultural de la localidad del sureste de Gran Canaria y tristemente fallecido en 2019. Eso lo tiene claro, por ejemplo, Félix Albo, que antes de nada quiere puntualizar ese recuerdo. «Antonio era algo más que un gran amigo para mí. Y contar en el Festival es de alguna manera respirarle y agradecerle a él como valiente. como programador, como agente cultural, por todo eso recorrido y y ese legado que ha dejado en el municipio», refirió una de las voces veteranas de una cita que a pesar de las dificultades pelea por mantenerse a flote en el calendario de eventos culturales de la isla.

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