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Luis Alfonso Gámez
Martes, 12 de julio 2022, 18:26
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La luz más antigua documentada en la historia del Universo, de hace más de 13.000 millones, permítanme repetirlo, 13.000 millones de años. Es difícil de entender», reconoció el presidente Joe Biden cuando presentó el Primer Campo Profundo del Webb la pasada madrugada. La primera imagen científica del telescopio espacial de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la canadiense (CSA) da vértigo.
Las formaciones más rojizas son los objetos más antiguos conocidos. Son galaxias que brillaban solo 600 millones de años después del Big Bang, la gran explosión con la que empezó todo hace 13.800 millones de años. Y la imagen, como indicó el administrador general de la NASA, Bill Nelson, corresponde «a un trozo de cielo del tamaño de un grano de arena sostenido a la distancia de un brazo extendido». Imagínese lo que queda por descubrir.
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Pero si el viaje en el tiempo que ya hemos hecho con el Webb es increíble, más lo es su rapidez a la hora de arrancar sus secretos al Cosmos. «Tomamos esa imagen antes del desayuno. Lo sorprendente del James Webb es la velocidad a la que podemos hacer los descubrimientos», ha dicho la astrofísica Jane Rigby respecto a la imagen del Universo primitivo. Algo para lo que el Hubble necesita semanas, el Webb lo hace en un día.
«Es solo el principio», han recaldado todos los científicos que han tomado la palabra esta tarde en la presentación de las primeras imágenes del observatorio de infrarrojos. No solo bellas y sobrecogedoras, sino también valiosas desde el punto de vista científico, incluyen vistas de un criadero de estrellas, una estrella moribunda y galaxias interactuando. Además, el Webb ha hecho ya el espectro más completo de un exoplaneta.
La foto más espectacular es la de un criadero de estrellas, la nebulosa de Carina. Es una gigantesca nube de gas y polvo a partir de los cuales se forman estrellas y planetas, como hace 4.600 millones de años lo hicieron el Sol y la Tierra. Los 'picos' más altos de la imagen alcanzan los 58 años luz, unos 580 billones de kilómetros, y cada punto brillante es una estrella.
Si en la nebulosa de Carina nacen estrellas, la nebulosa planetaria del Anillo del Sur son los restos de una estrella agonizante. en el centro de la imagen, que ha estado emitiendo gas y polvo en todas direcciones durante miles de años. Forma parte de un sistema binario, de dos estrellas, y su compañera está en un estadio evolutivo anterior. Otra de las fotos corresponde al Quinteto de Stephan, un grupo de cinco galaxias de las que cuatro están atrapadas en una danza cósmica. Esa imagen del Webb también muestra flujos impulsados por un agujero negro con un nivel de detalle nunca antes visto.
La menos espectacular de las imágenes, pero muy valiosa científicamente, es el espectro de WASP-96 b, un gigante gaseoso como Júpiter situado a 1.150 años luz. Al detectar signos de agua en su atmósfera, el Webb deja claro su papel clave en los próximos años en la búsqueda de mundos potencialmemte habitables mediante la determinación de la composición de sus atmósferas.
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