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La Naval, Faro, Princesa Guayarmina, otras calles de La Isleta y la autovía marítima, por momentos, se han convertido en la noche de este jueves en un trampa para los conductores que trataban de salir del barrio. Los cortes de calles generaron un laberinto del que era complicado escapar y generó numerosas quejas por parte de la ciudadanía.
El hecho de que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria no informara de los cortes de tráfico que iba a acometer hasta el día antes del inicio del carnaval impidió que la información llegase a toda la población de manera eficaz. Por comparación, la Autoridad Portuaria informó de su plan de ordenación del tráfico en el muelle hace ya una semana.
«Un infarto ahora es una sentencia de muerte», explicaba un vecino de La Isleta que se vio afectado por el atasco que se generó una hora antes de que diera lectura al pregón del carnaval, «es así de claro, y luego no habrá ningún responsable».
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«Menos mal que no iba a haber problemas para circular por La Isleta», añadió el mismo ciudadano en respuesta a las declaraciones de la concejala de Carnaval , Inmaculada Medina, quien aseguró que el barrio no quedaría incomunicado.
Los horarios de cierre tampoco se cumplieron a rajatabla, según otra vecina, Begoña S.G., quien tardó una hora y media en llegar a su casa. «Intenté entrar en Pérez Muñoz, tal y como habían dicho, y resulta que ya tenían cerrado el túnel», expone, «al final tuve que cambiar el sentido y dar la vuelta en Torre Las palmas para volver».
También hubo quejas por la falta de información sobre el cambio de ubicación de las paradas de guaguas.
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David Ojeda
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