Las tablas ya resbalan por Icod
Este jueves es día de San Andrés y, como marca la tradición, anoche se abrieron las bodegas en todo el norte de Tenerife. Con la chispa del vino nuevo, en Icod de Los Vinos, además, se arrastran las tablas. Una tradición que se pierde en el tiempo y que, por más que los historiadores buscan un vínculo, se desconoce por qué tablas y descorche se juntan en Icod.
Rosa Rodríguez y Santa Cruz de Tenerife
Jueves, 30 de noviembre 2017, 07:24
La noche de este miércoles, víspera de San Andrés, se abrieron las bodegas en el norte de Tenerife y se taparon los vinos. Este ritual pone fin al proceso de fermentación y, por tanto, marca el momento en el que ya se puede tomar el vino nuevo. Esta ceremonia, que antes tenía lugar en las bodegas, donde se hacían parrandas para probar el vino y comer pescado salado, castañas o lo que se terciara, se ha ido trasladando con el paso de los años a los espacios públicos de los pueblos.
Y con el vino y las castañas en la calle los chiquillos, apartados de una fiesta para adultos, buscaban que hacer para no aburrirse. En La Orotava y Puerto de la Cruz armaban escándalo corriendo los cacharros (latas de conservas enhebradas con un alambre) y en Icod de los Vinos se lanzaban calle abajo sobre tablas. También en San Juan de La Rambla y La Guancha los chicos hacían correr las tablas.
Los cacharros se dejaron durante tiempo de correr, aunque se están recuperando, pero las tabla siguen deslizándose por las empinadas calles de Icod de los Vinos el mismo día que se prueba el vino nuevo. Y, aunque ambas tradiciones se pierden en el tiempo, ningún historiador ha sido capaz de vincular de manera clara la apertura de las bodegas la noche del 29 al 30 de noviembre con las tablas más allá de la mera diversión.
El arrastre de la madera desde el monte, pueblo abajo hasta el mar lo recuperó el «el imaginario colectivo como diversión» en los años cincuenta del siglo pasado, dice Fernando Díaz Medina, cronista oficial de Icod de los Vinos. Antes las maderas se trasladaban para trabajarlas. La comarca icodense tuvo una industria maderera importante en le siglo XVI, tras de la Conquista.
En Icod de los Vinos hubo aserradero en el barrio de San Antonio y astillero en la caleta de San Marcos, relata Díaz Medina, por lo que todo apunta a que la madera se llevaba desde el monte al aserradero y de ahí al astillero arrastrándola por los caminos, como se hacía en la isla de Madeira, de donde eran muchos de los primeros pobladores del antiguo Ycod.
