Un año de la noche más dura: cuando el fuego calcinó Tamadaba
Las llamas afectaron hace un año al pulmón de la isla y Federico Grillo advirtió que el ser humano no era capaz de «detener esas tormentas de fuego». Para muchos fue un momento trágico
Era lunes, 17 de agosto de 2019, cuando una chispa producida a las 15.45 horas por el contacto entre unas líneas de alta tensión en el barranco de Crespo (Valsendero) con la vegetación, provocó el mayor incendio forestal del año en España, afectando de forma implacable al gran pulmón de Gran Canaria: el Parque Natural de Tamadaba.
Fue la gota que colmó el vaso de un verano terrorífico puesto que una semana antes se había decretado otro incendio en Artenara y un conato en Cazadores, pero este gran incendio de Valleseco siempre será recordado por los mensajes contundentes, directos y sensatos lanzados por el jefe insular de emergencias, Federico Grillo, y la gran solidaridad de la ciudadanía que apoyó sin descanso a los cientos de efectivos que lucharon contra las llamas, hidroaviones incluidos. «No se puede hacer nada, está fuera de capacidad de extinción», «no es un problema de coordinación, es de capacidad. El ser humano no es capaz de detener estas tormentas de fuego», «meter medios en Tamadaba es un auténtico suicidio», o «la situación es compleja porque a ese frente, con medios convencionales, no se le pude hacer nada», fueron algunas de las frases que manifestó Grillo en una recordada rueda de prensa celebrada la noche del día 18 en la que las autoridades dejaron paso a los técnicos para informar de la catástrofe, horas después de que las llamas llegaran a Tamadaba. «Veníamos de un incendio fruto de una imprudencia que nos había asustado mucho y pensábamos que había pasado todo, hasta que llegó esa noche y fue terrible. La recuerdo como la primera de muchas noches sin dormir, de días sin descansar y pasando mucho miedo porque pintaba muy mal. Todos éramos conscientes de la dimensión que podía alcanzar el fuego, que podían sufrir muchas personas afectadas y muchas veces se nos quebró el ánimo y algo más. Fue una noche muy dura, terrible», rememora el presidente del Cabildo, Antonio Morales, que asistió a esa convocatoria de prensa con el rostro desencajado por las malas noticias.
Fue ese 18 de agosto, cuando las autoridades políticas dieron un paso a un lado a la hora de informar de cuestiones técnicas para que fuesen los expertos los encargados en contar a la ciudadanía lo que estaba ocurriendo en lo más alto de la isla y, sobre todo, lo que podía pasar. Un acto ante los medios en los que emergió la figura del analista Federico Grillo, que aplicó un protocolo novedoso que fijaba a la comunicación como parte del operativo que gestionaba la emergencia:«No es que nos sentáramos y planteáramos el mensaje de alguna manera concreta. Teníamos que afrontar una situación con decisiones críticas que la gente no entendía ni comprendía y podía ser hasta lógico ya que estábamos ante nuevos riesgos que traían consigo el aumento de las temperaturas, el cambio climático, la sequía, el cambio en el territorio, el abandono del sector primario, etcétera», narra Morales. «Nos parecía que era importante que, independientemente de lo que dijéramos nosotros como cargos públicos, era fundamental que los técnicos trasladaran al ciudadano la dimensión real del incendio, del daño que podía provocar y de lo que debía de hacer la población para prevenir riesgos y colaborar con los equipos de extinción», todo ello sin edulcorantes ni enmascarantes, de forma clara y concisa.
«Era fundamental que los técnicos trasladaran al ciudadano la dimensión real del incendio»
Antonio Morales
«Si la sociedad conoce la labor y preparación de los dispositivos de extinción podrá colaborar con mayor facilidad con ellos, se podrá crear empatía», señaló Federico Grillo, que consideró importante «no convertir en superhéroes a los dispositivos de extinción porque no lo somos ni nos gusta que nos traten así», señaló, sino de «comunicar qué hacen, por qué y cómo lo hacen con el fin de que los ciudadanos comprendan la importancia de colaborar con sus indicaciones».
Esa noche del 18 de agosto «fue muy dura porque se nos planteó la posibilidad de que el fuego podía saltar al barranco de La Aldea y afectar a Tejeda. A partir de ahí, no sabíamos qué podía pasar... fue la peor noche, con la angustia de estar toda la madrugada pendiente de lo que podía pasar y sabiendo, además, que estaba ardiendo Tamadaba. Luego sentimos un gran alivio cuando Federico Grillo nos transmitió que hubo un cambio de viento y que había surtido efecto el trabajo de prevención llevado a cabo con quemas prescritas. Fue un milagro», destacó Morales.
Crear conciencia
Este incendio, según Antonio Morales, fue «diferente al de 2007 en el que todo el mundo intentó buscar un culpable», destacaba. El año pasado todos «éramos conscientes del riesgo de la isla y del esfuerzo enorme que se estaba llevando a cabo para atajarlo», narraba, añadiendo que para él supuso un «un sentimiento hermoso aquellos momentos de ánimo y apoyo que brindó la sociedad a los que luchaban contra las llamas». Desgraciadamente, según el presidente del Cabildo «luego pasa lo más duro y la respuesta no sigue siendo la misma así que ojalá todos consumiéramos productos locales y limpiáramos nuestros terrenos». Pero a pesar de todo, reconoció que «se ha creado una mayor conciencia y comprensión del enorme problema que tenemos con el cambio climático. Estos incendios sirvieron, en sentido positivo, para generar conciencia en la ciudadanía».
Quemó el 32% del parque natural
El jefe de Emergencias, Federico Grillo, detalló que el incendio del año pasado se llevó por delante el 32% del Parque Natural de Tamadaba, pero «se está recuperando sin problema, incluso ya se pueden ver muchísmos rebrotes y pinocha». Recordó Grillo que en Tamadaba no se podían hacer quemas controladas que sirvan como cortafuegos por la legislación vigente y volvió a pedir un cambio en la misma para poder realizarlas en el futuro ya que ahora la limpieza se realiza a mano. Además, solicitó que se unificara en el Cecopin los equipos de Protección Civil, Consorcio de Emergencias y el resto de cuerpos de bomberos de la Isla para una mejor coordinación.