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C. DE INZA
Jueves, 15 de diciembre 2022, 01:32
Este londinense enamorado de Lanzarote y afincado en la isla desde los años 80 lleva más de treinta años estudiando de cerca a los tiburones angelote. Siempre lo ha hecho por su cuenta, sin ayuda de instrumentos, sin tecnología, sin avanzados dispositivos de seguimiento, sirviéndose tan solo de su equipo de buceo, de sus cualidades como observador, de su intuición, y de su amor por esta rara especie animal.
Aunque Michael tiene un título superior en otra especialidad que nada tiene que ver con este campo, es un investigador de tiburones autodidacta. No tiene apoyo de universidades, sociedades científicas, ni oceanográficas, en torno a las cuales por norma se concentra el conocimiento del mundo marino pero, aunque parezca paradójico, posee datos sorprendentes sobre el comportamiento de esta especie desconocidos hasta ahora.
En su caso, y a diferencia de otros estudios como el que lleva a cabo la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en colaboración con otros centros de estudios avanzados sobre la especie en Canarias, Michael se ha centrado de forma muy especial en analizar su comportamiento.
Ahora Dann maneja una teoría acerca del comportamiento de estos animales con más de 150 millones de años a los que llama los «abuelos del océano», porque fueron capaces de sobrevivir al cataclismo que extinguió a los dinosaurios.
Según su teoría, «cada angelote tiene su propio lugar de nacimiento al que retorna cada año. Como si fuera su casa. Por eso hay angelotes propios de Gran Canaria, de Tenerife, o de Lanzarote. Se sienten del lugar donde nacieron».
Por lo que ha constatado, «en Lanzarote existe un grupo de 20 o 30 ejemplares que nacieron en Puerto del Carmen, en Playa Chica. El grupo todos los años viene a esta zona, que consideran suya, para cortejarse, aparearse, procrear y volver a irse y, cumplido este cometido, retornar al año siguiente, en un ciclo que no termina hasta que mueren». «Hacia el mes de noviembre, como en avanzadilla, llega un grupo de cuatro o cinco machos, después, en noviembre, llega otro de doce o quince hembras, y hacia enero otro de otras quince o veinte hembras. Son como una familia y llevan 30 años haciendo esto».
Además, asegura que su sensibilidad y su forma de ser es excepcional y deben ser conocidos por todas las personas y niños de las islas, ya que estos tiburones en peligro de extinción son unos de los animales más antiguos y raros del mundo.
Michael tiene su propia película en Youtube sobre estos animales 'Angelotes de Lanzarote', y un libro didáctico sobre el comportamiento de estos fascinantes animales, cuya sensibilidad es absolutamente extraordinaria, tras millones de años de evolución, que los hace capaces de detectar mediante sensores, cualidades de otros individuos de su especie, si son nocivos, si pueden incluso ser adecuados como pareja para procrear y otros muchos atributos.
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