Arrecife aún valora medidas sobre el futuro del edificio en ruinas de la Rocar

En el Islote del Francés aún quedan vestigios de la antigua conservera Rocar. En mal estado, por parte del Consistorio de Arrecife aún no se ha decidido qué hacer, en parte por estar la infraestructura en suelo privado. Además, cabe tenerse en cuenta que esta instalación industrial en ruinas está bajo el amparo de Patrimonio del Cabildo, la entidad que tendrá la última palabra a la hora de que se concrete la demolición.

En versión de Maciot Cabrera, concejal de Urbanismo, quedan aspectos con definir y negociar; a sabiendas de que el inmueble puede suponer un peligro para la integridad de las personas.

Justo esta semana se ha cumplido el primer aniversario de la desgraciada caída de un muro de la antigua conservera, quedando sepultada bajo los escombros una persona sin techo que dormía. La víctima, un hombre de mediana edad, era integrante de un conjunto de personas que tenían en la Rocar una zona donde residir. Cabe recordar que el cuerpo fue encontrado días después del fallecimiento, de una manera casual. El sepelio, con cargo a las arcas locales, tuvo que esperar algunas fechas, a expensas de la oportuna investigación judicial.

Por parte municipal se ha procedido a derruir algunos muros del inmueble, siempre a expensas de que quedara pericialmente demostrado que estaban en muy mal estado de conservación. Estas demoliciones han tenido que contar con supervisión de Patrimonio, así como de las autoridades judiciales competentes.

Además, también por parte del Ayuntamiento se ha tenido a bien colocar un vallado en parte del lugar, así como apuntalar, si bien quedando amplias zonas sin cerrar, en buena medida por el amplio perímetro de la parcela.

Como poco, consta que la conservera en ruinas dispone de rango protegido desde 2010. Como diera a conocer CANARIAS7 en su momento, en ese año hubo que paralizar las labores de demolición que había emprendido la entidad mercantil por entonces propietaria de la parcela. En condiciones normales, para que Patrimonio autorice la demolición habrá que esperar a un pronunciamiento de la Oficina Técnica.

La conservera Rocar fue puntera en Arrecife a mediados del pasado siglo, de la mano de la familia Lamberti, siendo un perfecto complemento para la amplia flota sardinal que por aquellos días tenía su base en la capital insular. Dio empleo a buena parte de la población femenina que buscaba ocupación laboral, siendo ejemplo para otras conserveras que llegaron con posterioridad. Cerró sus puertas en coincidencia con la decadencia de la pesca, quedando la infraestructura en estado de abandono.

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