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La economía de La Palma trata de coger aire y recuperarse un año después del volcán, que se cebó con el valle de Aridane, la zona agrícola por excelencia de la isla y en la que el sector platanero era el motor económico.
Un año después, la actividad en el Valle se ha inclinado más hacia el sector terciario (turismo, fundamentalmente) y ha perdido peso el agrícola. El volcán se llevó por delante el 40% de la producción platanera de la isla (entre lo que arrasó la lava y lo que no se pudo regar y se ha perdido) y, hasta que se recupere, serán los servicios los que liderarán la economía y el empleo de esta zona de La Palma.
El presidente de la Asociación de Productores de Plátano de Canarias (Asprocan), Domingo Martín, considera que pasarán dos años «al menos» para que La Palma recupere el 90% de su producción de plátanos pre-volcán y que era de 140 millones de kilos anuales. Para recuperar el 100% pasarán al menos cinco años. Para ello desde Asprocan se está pidiendo un plan de reconstrucción por el que el Estado recupere para el cultivo las más de 220 hectáreas de terreno que se tragó la lava y se las entregue en régimen de propiedad a los propietarios. «Se trata de recuperar esa superficie y devolvérsela a sus dueños», indica Martín. Según explica, el plan está aún en el proceso jurídico de planificación y ordenación de la zona para reconstruirla.
Transcurrido este tiempo, la agricultura recuperará su peso en el PIB insular y convivirá con un sector turístico que habrá crecido con fuerza.
El volcán se ha convertido en un reclamo turístico que está funcionando bien, al menos en el mercado nacional. Este verano las ocupaciones turísticas han rondado el 91% y podría haber sido superior si se hubiera contado con la totalidad de las camas. Hoy la isla tiene 11.000 plazas tras haber perdido 5.000 -1.000 arrasadas y 4.000 bloqueadas por los gases en Puerto Naos-. La patronal aboga por un plan para recuperar lo perdido y potenciar el sector.
Para ello, sin embargo, como indica el presidente de la Federación de Empresarios de la isla de La Palma (Fedepalma), Tomás Barreto, es necesario que que las administraciones «gestionen y hagan las cosas bien». «En dos o tres años podemos regresar a los niveles que teníamos pero para ello hace falta buena gestión. Es un condicionante importante a tener en cuenta», advierte Barreto, que al igual que Martín considera que el binomio turismo-agricultura es «perfectamente compatible» en la isla.
«No hay por qué tocar el sector agrario. Tenemos un tope porque la superficie está limitada. Nosotros tenemos nuestro suelo y lo que debe expandirse es el sector turístico y hay más suelo», manifiesta Martín.
Según detalla Martín, de los 140 millones de kilos de plátanos que produce al año la isla de La Palma, este año se perderán 50 millones de kilos. Como explica el presidente de Asprocan, la lava arrasó en torno a 220 hectáreas de cultivo pero a este área hay que sumar unas 100 hectáreas de plataneras a las que no les llega el agua y cuya fruta se perdió. La lava arrasó con los sistemas para regar estas fincas y otras quedaron en zonas de exclusión, lo que hizo imposible recoger los plátanos. Además, hay invernaderos que cayeron por la lluvia de negra de ceniza y mucha fruta dañada.
La consecuencia de la caída de la producción se ha dejado notar este año con la fuerte subida del precio del plátano en la península que ha provocado una mayor competencia de la banana en el mercado nacional.
El sector ha sobrevivido gracias a las ayudas recibidas y los trabajadores por los ERTE. Se estima que un 60% de los trabajadores del valle de Aridane se encuentran en esta situación.
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