Un vecindario que pide paz a sus políticos
Acuerdos ·
Santa Lucía de Tirajana es diversa, social y políticamente, pero parece que hay más armonía en la calle que en el salón de plenos | Por eso la gente pide más consenso a sus partidos, y también más cercanía | Se quejan de infraestructuras deportivas anticuadas y reclaman mayor atención a los barriosSanta Lucía de Tirajana tiene una aspiración. Quiere ser la capital del sur. Potencial le sobra. En apenas 40 años sus habitantes han remontado muchos escalones en la escala social y económica de la isla. Han logrado pasar de formar parte de aquel tristemente llamado triángulo de la miseria, junto a Agüimes y a Ingenio, a situarse en posiciones de referencia para el resto de municipios en materia de sostenibilidad, políticas sociales y también desarrollo comercial.
No en vano, Santa Lucía, y en particular, Vecindario, su núcleo urbano más potente, lleva años pisándole los talones a Telde. Le falta para arrebatarle la segunda posición de la isla en términos poblacionales, aunque, según previsiones oficiales, puede conseguirlo en 2025, pero ya se puede decir que sí la ha superado en otros registros. Hace tiempo que su zona comercial abierta, con la Avenida de Canarias como arteria destacada, destronó a la de San Gregorio, de Telde.
A Juan Pérez Pérez, presidente de Ascoive, la Asociación de Comerciantes e Industriales de Vecindario, no le cabe duda alguna. «Tenemos un potencial increíble, nos podemos convertir en la mejor zona comercial del sureste de Gran Canaria, con una zona de aparcamientos aledaña gratuita». Ahora bien, lo que le preocupa es el desempleo. «Tenemos que ir todos de la mano, tanto políticos como entidades, para poder mitigarlo; creo que hay que buscar alternativas para darle trabajo a la gente». A su juicio, «hemos entrado en unas políticas muy populistas, donde se premia el no trabajar, debemos poner en marcha la cultura del esfuerzo», subraya.
Hasta el 1 de mayo había 6.775 personas en situación de desempleo en el municipio, aunque lleva un tiempo a la baja. Descendió un 1,7% respecto al mes anterior y un 13,4% respecto al mismo mes de 2022. Afecta en su mayoría a mujeres, más de un 61%, y a personas de más de 45 años, el 60,6%.
Vista la reflexión del dirigente empresarial, Santa Lucía de Tirajana es presente, pero sobre todo es futuro. Existe la sensación entre sus habitantes de que, pese a que es un municipio en el que a día de hoy, en términos generales, se vive relativamente bien, queda camino por recorrer.
Un ejemplo son sus infraestructuras. Durante lustros se dotó de los mejores equipamientos, algunos de ellos, incluso, situados a la vanguardia insular, como la Ciudad Deportiva de Vecindario, de las más grandes de Gran Canaria, sus piscinas municipales, el Ateneo o el teatro Víctor Jara, pero hoy son muchos los usuarios, sobre todo de aquellas instalaciones que tienen que ver con el deporte, que demandan una necesaria puesta al día.
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Para colmo de males, sus últimas apuestas se han topado con un océano de dificultades, entre las que sobresalen el parque urbano Camilo Sánchez, una gigantesca zona verde eternizada en fases de obra y que sigue cerrada, o la ansiada zona industrial, su única zona industrial, en Doctoral, hoy apenas un esbozo de lo que se aspiraba.
«Aunque falten infraestructuras, se puede decir que es una ciudad para vivir», apunta Rubén Rivero Peña, empresario y presidente de la Unión Deportiva Vecindario. «Eso sí, hemos crecido muy rápido y es verdad que probablemente la administración se haya quedado un poco corta». Ya más en el ámbito deportivo, advierte de que si bien Santa Lucía cuenta con piscinas y campos, «están anticuados». En otras palabras, «estar están, y es lo importante, pero las instalaciones están viejas».
Loli Vizcaíno Guedes, ganadera, quesera y descendiente de la familia que fundó Casa Pastores, pone también el foco en otras necesidades. Cree que el municipio, en líneas generales, «va bien», pero echa en falta «más apoyo a la juventud, a los colegios, a los institutos». En lo que atañe a su sector, cree que todavía hay mucho por hacer. «Todavía existe el patriarcado, y aunque me vean a mí como mujer al frente de una miniempresa, una quesería, la mujer no está aún muy reconocida» en la ganadería.
Además, hace una advertencia. «Si no nos ayudan más, vamos a desaparecer; han subido mucho los costes». Reclama más casas de acogida para mujeres y niños con necesidades, se queja del alto coste de la energía y del agua y recuerda que «no todo es Vecindario», sino que hay más barrios. En ese sentido, lamenta que pese a que su quesería, varias veces premiada a nivel internacional, haya puesto Casa Pastores en el mapa del mundo, Santa Lucía no saque más partido de ello.
«Que salgan del búnker»
Con todo, si hay algo en que coinciden Loli, Rubén y Juan es en ponerle deberes a los políticos locales. Rivero centra sus demandas en instarles a que sean más cercanos. «Que se dejen ver durante los 4 años y no solo en esta época; (…), están en un búnker y tienes que moverte mucho para llegar hasta donde están ellos».
Y Pérez y Vizcaíno ponen el acento en la necesidad del consenso. Dado que no habrá una única fuerza que vaya a gobernar el municipio, el presidente de Ascoive les insta a «dejar las trifulcas y el conflicto», «la crispación y el ombliguismo», y a que sean «conciliadores». Loli Vizcaíno, por su parte, cree que la diversidad en política es siempre buena y que lo que hace falta es que se pongan de acuerdo, porque, si no, advierte, su disconformidad contagia a la ciudadanía. «Les pido más unión». Además, valora positivamente que en estas elecciones concurra un partido feminista en Santa Lucía, feminista, se explica, en el sentido que ella lo entiende, aquel que apuesta por un equilibrio entre el hombre y la mujer.
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