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El mar ha dejado al desnudo la rampa por la bajan los windsurfistas. C7

Usuarios advierten de que el mar ya saca a la luz los defectos de la obra en Pozo Izquierdo

Las mareas de los últimos días han desnudado de rocas la pared de la rampa y han hecho crecer el escalón de la plataforma de descanso

Gaumet Florido

Santa Lucía de Tirajana

Lunes, 14 de agosto 2023, 02:00

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Usuarios y vecinos del campo de regatas de Pozo Izquierdo, en Santa Lucía de Tirajana, denuncian que el mar ha acabado dándoles la razón y ha sacado a la luz los puntos débiles que ellos ya vieron en el proyecto de remozamiento que Cabildo y Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana promovieron y ejecutaron recientemente en el litoral.

Un año después de acabadas las obras, las fuertes mareas de los últimos días volvieron a sorribar los bajos del tramo final de la rampa por la que bajan los windsurfistas y dejaron un escalón de considerable altura entre la infraestructura y la orilla en sí. Además, advierten de que por esa misma acción del mar ha quedado al desnudo la pared de la propia rampa.

El público que quiso asistir al último mundial usó las escaleras de paso para sentarse. La nueva obra ha reducido el graderío con el que contaba la anterior disposición. C7

Alejandro Hidalgo, presidente de la Asociación de Windsurfistas de Pozo Izquierdo (AWP), reitera la petición al Ayuntamiento para que recoloque los callaos de la orilla y evite que el mar destroce a la mínima la entrada de los deportistas en el campo de regatas. «Había una base bastante estable que fue removida y destruida por la acción de la maquinaria pesada durante las obras; nos dijeron que en cuanto acabasen, actuarían en la orilla, pero no lo han hecho y la prueba es que en cuanto el mar se pone un poco bravo, desarma toda esa entrada al campo de regatas».

Además, les solicita que rematen la obra del final de la rampa, una losa de hormigón visto bajo la que se cuela el mar en sus embates y que, según la época, convierte la bajada de los windsurfistas a la orilla en una operación de riesgo.

En la foto superior, durante el último mundial, un windsurfista baja por las escaleras, atestadas de público ante la falta de espacios que tiene la gente para poner sentarse y ver el espectáculo. Debajo, y como contraste, el graderío habilitado en el lado norte de la bahía lucía así de vacío. Y al lado, barandilla con herrumbre, circunstancia que lleva a los usuarios a quejarse de una mala calidad de los materiales. C7
Imagen principal - En la foto superior, durante el último mundial, un windsurfista baja por las escaleras, atestadas de público ante la falta de espacios que tiene la gente para poner sentarse y ver el espectáculo. Debajo, y como contraste, el graderío habilitado en el lado norte de la bahía lucía así de vacío. Y al lado, barandilla con herrumbre, circunstancia que lleva a los usuarios a quejarse de una mala calidad de los materiales.
Imagen secundaria 1 - En la foto superior, durante el último mundial, un windsurfista baja por las escaleras, atestadas de público ante la falta de espacios que tiene la gente para poner sentarse y ver el espectáculo. Debajo, y como contraste, el graderío habilitado en el lado norte de la bahía lucía así de vacío. Y al lado, barandilla con herrumbre, circunstancia que lleva a los usuarios a quejarse de una mala calidad de los materiales.
Imagen secundaria 2 - En la foto superior, durante el último mundial, un windsurfista baja por las escaleras, atestadas de público ante la falta de espacios que tiene la gente para poner sentarse y ver el espectáculo. Debajo, y como contraste, el graderío habilitado en el lado norte de la bahía lucía así de vacío. Y al lado, barandilla con herrumbre, circunstancia que lleva a los usuarios a quejarse de una mala calidad de los materiales.

También insta a reponer la cartelería que regulaba los usos deportivos en esta bahía. Los windsurfistas se quejan de que se están metiendo a practicar kitesurf y windfoil, modalidades que son tan incompatibles que si se combinan pueden ser peligrosas.

Sus quejas coinciden con las de otros vecinos a los que les sirvió la última celebración del Mundial del Pozo Izquierdo, en julio pasado, para convencerse de sus críticas iniciales al proyecto. Como advirtieron, el graderío habilitado al norte no lo usó nadie y la gente se vio obligada a sentarse en las escaleras ante la falta de espacio.

También alertan de la «mala calidad» de los materiales, pues las barandillas ya acumulan herrumbre. O del riesgo que corren público y deportistas, que tienden a usar los «innecesarios taludes de teniques» ante la falta de pasos habilitados para el tránsito de personas.

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