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Valentín Barroso, arqueólogo de Arqueocanaria, sostiene, por los datos aportados por especialistas en geología y antracología consultados, que el fragmento del tronco de un árbol hallado el martes pasado en la boca sur del túnel de Guguillo, en las obras de la carretera a La Aldea entre El Risco y Agaete, podría ser el «resto vegetal más antiguo que haya sido hallado en Canarias hasta ahora».
Las primeras hipótesis apuntan a que podría superar los 10.000 años, pero la datación científica no se sabrá hasta que no lleguen los resultados del análisis del carbono-14 que se va a practicar. A título comparativo, el tronco del pino canario fósil que se expone en el Jardín Canario es de hace 3.000 años, del 1.100 antes de Cristo. Las pruebas se mandarán a hacer a Londres y es probable que sus resultados estén listos en un mes. Abarcan un rango cronológico de hasta 60.000 años atrás. Si fuera más antiguo, se recurrirá a otros métodos de datación.
Pero hay otra particularidad que convierte a este tronco en «un hallazgo insólito, único en Canarias», en palabras de Barroso: el hecho de que se haya conservado la madera. La parte fosilizada no llega al 5%. La clave ha podido estar en las condiciones del lugar en el que se encontraba, un paquete sedimentario de color rojizo, muy compacto, que selló y blindó el tronco e impidió su degradación. Ahora lo custodia Arqueocanaria, que es la empresa contratada por la UTE constructora para el seguimiento arqueológico de las obras.
El informe remitido por los arqueólogos Barroso y Consuelo Marrero al Gobierno canario precisa que este fragmento de tronco mide 76 centímetros de longitud y 20 centímetros de grosor y que pesa 23 kilos. Fue hallado a 250 metros de la boca del túnel, a 85 metros de profundidad de la cima de la montaña y a 170 metros sobre el nivel del mar, dentro de un relleno sedimentario que, según los geólogos, pudo empezar a formarse hace 2,5 millones de años. Mantiene su materia orgánica prácticamente en su totalidad salvo algunas zonas que han iniciado un proceso de mineralización (fosilización). Junto a este tronco se recogieron otros trozos menores, entre los que destaca otro, también de madera, de forma triangular y 582 gramos, con un estado de mineralización más avanzado.
Tras los primeros estudios provisionales, añade ese mismo informe, la antracóloga Paloma Vidal, de la ULPGC, determina que el tronco de mayor tamaño corresponde probablemente a una sabina ('Juniperus turbinata sp canariensis'). El otro fragmento, a falta de un análisis más profundo, podría pertenecer a una faya ('cf. Myrica faya').
Los arqueólogos firmantes del informe avalan que continúen las obras y proponen un protocolo de actuación ante posibles nuevos hallazgos de maderas para evitar la pérdida de información y la paralización de los trabajos más allá de unas horas. Plantean que se extreme la atención y que, de aparecer otro, se paren la obras puntualmente y se avise a los arqueólogos para que, junto con la geóloga de la obra, documenten el lugar antes de la recogida de los restos y su posterior traslado.
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