«El templo ecuménico es un alarde técnico y un hito en una zona turística»
El arquitecto José Luis Gago, experto en la obra de Manuel de la Peña, da una conferencia en San Bartolomé y difunde en 3-D las tripas de la estructura
El templo ecuménico de El Salvador, en medio de Playa del Inglés, es un hito arquitectónico al que aún no se le ha dado la relevancia que merece. Así lo defiende el arquitecto José Luis Gago, experto en la obra de Manuel de la Peña, autor de esta iglesia tan singular levantada a principios de los años 70 del siglo XX por el Condado de la Vega Grande. «El templo ecuménico es un alarde técnico», subrayó la noche de este miércoles durante la conferencia que pronunció en la Casa Condal de San Fernando, en el marco de una jornada que la Concejalía de Cultura de San Bartolomé de Tirajana dedicó a este soberbio edificio.
«Ha cumplido 60 años y llega el momento de reivindicarlo», destacó Gago, quien se ayudó para la ponencia de un vídeo, elaborado por su propio estudio, en el que se ha hecho un esfuerzo por mostrar las tripas del templo, por desnudarlo para revelar de qué y cómo está hecho. «Es una estructura mínima de hierro con una envoltura de piezas de hormigón, las bovedillas; es un edificio hecho con varitas de hierro que cumple 60 años y que no tiene ni una grieta ni una fisura».
Esa sencillez en las formas y en el coste es, a juicio de este profesor de Arquitectura de la ULPGC, lo que define la verdadera relevancia del que fue el primer templo ecuménico de España, concebido para propiciar un espacio de oración y de culto para las distintas confesiones cristianas de los europeos que visitan el sur.
«Es una obra ideal, de bajo coste, con un máximo efecto, elegante, delicada y bonita, y con una durabilidad demostrada». En ese sentido, añadió, es marca de la casa de De la Peña, que se caracterizaba, entre otras cosas, por la máxima del «menos es más», con «formas sencillas en las formas y en el presupuesto».
El diseño es el de una arquivolta gótica gigantesca
José Luis Gago aprovechó también para aclarar que el diseño elegido por De la Peña para el templo fue el de «una especie de arquivolta gótica de una portada, pero gigantesca», una explicación que difiere de la versión hasta ahora más popular, que vinculaba la original morfología del edificio a la proa de un barco, en alusión metafórica a la iglesia.
Además, recalcó que para esta obra, como solía hacer con otras, contó con la colaboración de destacados artistas. A José Abad, reconocido escultor tinerfeño, le encargó la verja de entrada, «basada en una cuadrícula de perfiles metálicos». En ella aparecen «agrupaciones de cilindros de hierro que simbolizan los tubos de órgano rotos, como la inarmonía de la iglesia de Cristo en busca de la unidad», se indica en el vídeo que ayer se presentó.
Y a otro prestigioso escultor, a José Giraldo, le encomendó la vidriera de hormigón de detrás del altar, «que representa a Cristo como centro del mundo y la luz». Todo en el templo, añadió Gago, fue ideado y diseñado por De la Peña, hasta el altar, para el que usó una enorme roca natural de Ayagaures. «Queremos que la gente a partir de ahora mire esta obra con otros ojos, porque cuando sabes cómo se construyó, sorprende todavía más», concluyó.
«La arquitectura del sur de los 60 y 70 es extraordinaria»
José Luis Gago dedicó este miércoles su ponencia al templo ecuménico, pero destacó que forma parte de una arquitectura que se hizo en el sur en los años 60 y principios de los 70 del siglo XX que califica de «extraordinaria» y que es «de la misma calidad o superior de la que se hacía en la capital de la isla». Subrayó que «el sur no es solo turismo, sino que tiene cultura propia, tiene historia y también una buena historia de la arquitectura», como, por ejemplo, el poblado de San Fernando, indicó.
