El IES Lomo de la Herradura cierra con éxito unas jornadas de memoria histórica
Más de medio centenar de estudiantes conocieron esta semana las vivencias y realidades de familias canarias reprimidas durante el franquismo
El concepto de memoria histórica surge en España a finales de los años 90 del siglo XX con la creación de asociaciones relacionadas con la búsqueda de familiares desaparecidos durante la Guerra Civil a manos del bando franquista. Tras el conflicto, la única memoria que se quedó vigente fue la de los vencedores, tal y como ha ocurrido siempre.
Para ayudar a mantener la otra memoria, la de los vencidos, esa que tanto ha costado reconstruir, centros como el IES Lomo de la Herradura organizan unas jornadas para mantenerla viva. En este caso, el centro teldense ha reeditado la tercera edición de 'Recuperación de la memoria histórica de la represión franquista en Canarias: fuentes escritas y orales', cuyo objetivo no es otro que dar a conocer a más de medio centenar de jóvenes estudiantes de primero y segundo de Bachillerato un temario extra que no viene en los libros de texto oficiales.
«Hace años vimos la necesidad de mostrar al alumnado este lado de la historia que no viene en los libros con los que estudian. La represión no es un tema que se dé de lleno y considero, como profesor de Historia que soy, que es muy importante conocerla para saber de dónde venimos y hacia donde debemos ir», explica Heriberto Báez, director del centro.
Esta iniciativa se ha dividido en tres días. El lunes recibieron la visita del concejal, Agustín Arencibia, licenciado en Geografía e Historia por la ULPG, quien expuso sus anécdotas familiares en la época del franquismo.
El martes tuvieron a Juan José Monzón, director del documental de 'La sima del olvido'. El miércoles fue el turno de Pino Sosa, presidenta de la Asociación por la Memoria Histórica de Arucas y víctima del franquismo, quien con gran elocuencia contó cómo después de tanta lucha pudo encontrar los restos de su padre asesinado durante la represión.
Además, durante toda la semana los alumnos pudieron ver en su centro una exposición con documentos, fotos, arte y cartas de encarcelados, entre otros elementos de la época, un material cedido por la ULPGC y la Universidad Carlos III de Madrid.