Tejeda enciende la voz de alarma ante el deterioro de los senderos

A raíz de los daños que produjo la borrasca Filomena y con el apoyo que han recibido del Cabildo para potenciar el Camino a Santiago «hemos recibido cerca de dos millones de euros para rehabilitar, acondicionar y mejorar nuestros caminos y nos estamos encontrando con lugares en los que se produce un deterioro evidente por el paso de motos y de bicis». El Ayuntamiento de Tejeda puso hace dos meses una señalética en los senderos rehabilitados para el Camino a Santiago en los que se prohibía el paso de motos o bicicletas; y el Cabildo, a través de Gesplan, también puso su señalética con esta prohibición en el balizaje del nuevo GR -Sendero de Gran Recorrido-, «pero nos hemos encontrado con que de inmediato han quitado las señales, y esto no se debe permitir», apostilla el alcalde.

El punto caliente está principalmente en el tramo de bajada desde la Cruz de Tejeda al pueblo por La Isa, así como en el camino que va en dirección a Casas del Lomo. Hay muchas partes en el camino que un senderista ocupa el camino y en sitios de poca visibilidad se puede encontrar de frente con una bicicleta en bajada, a una gran velocidad, y el peligro es latente.

Al margen de esta circunstancia, también se advierte del deterioro al firme que bicis y motos realizan. «Ya hay escalones destrozados tras haber sido reparados», resalta un operario. Tejeda sigue fiel a potenciar sus caminos, pero esta problemática no encuentra una solución.

«Los senderistas deben ser los grandes guardianes de los caminos y si ven a alguna moto o bicicleta por estos lugares deben denunciarlo ante la Guardia Civil, agentes de Medio Ambiente o la Policía Local», recalca Francisco Perera. El Cabildo, en su consejería de Medio Ambiente, así como la Federación Canaria de Montaña y la Federación de Ciclismo han mantenido reuniones para alcanzar acuerdos, e incluso el Cabildo tiene diseñado una red ciclable de pistas para la práctica del mountain bike.

La problemática está sobre la mesa. La prohibición ha provocado malestar en los ciclistas de montaña y en redes se movilizan para realizar distintas acciones. Tejeda quiere respetar las normas y que su paraje esté conservado y para ello trabaja a diario en rehabilitación de espacios para el disfrute, «pero hay lugares en los que no hay cabida para caminantes, bicicletas y motos, por lo que las decisiones se toman por algo», afirma.

Poner de acuerdo a las partes puede ser fundamental para que esta problemática que está latente no vaya a más, y que la señalética desaparezca son «actos vandálicos, no propios de deportistas», como señalan algunos senderistas que disfrutan de un entorno mágico.