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Entrega. Isabel Quintana donó las semillas de Temosen. Cober

Las semillas que cuentan la Canarias de ayer y la de mañana

Investigación ·

El Instituto Tecnológico de Canarias analizará la huella isotópica de las simientes que se cultivan en las islas y creará una base de datos

Gaumet Florido

Agüimes

Lunes, 1 de abril 2024, 02:00

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Una simple y pequeña semilla de cebada tiene mucho que contar de Canarias y de su historia agrícola y climática. Solo hay que descifrar su lenguaje y escucharla. Puede revelar, por ejemplo, dónde fue cultivada, en qué condiciones meteorológicas y si para ello se usaron fertilizantes.

La técnica para hacerlo está ampliamente desarrollada. El Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) la utiliza desde hace bastante tiempo, pero con otras aplicaciones. ¿Cómo puede este organismo del Gobierno de Canarias leer una semilla? A través de las relaciones isotópicas. El ITC abre así una nueva ventana de investigación: introducirá las semillas entre las matrices con las que ya trabaja en sus laboratorios de Agüimes.

Una feliz coincidencia entre sectores, el tecnológico, el de la arqueología y el de la etnografía o las tradiciones, ha puesto los cimientos para que se pueda crear una base de datos sobre semillas cultivadas en Canarias, de antes y de ahora, que contribuirán no solo a su mejor conocimiento, sino también a la puesta en valor de aquellas que estén más adaptadas al suelo y al clima de las islas. El objetivo es doble: contribuir a la protección de las que históricamente se han plantado aquí y también sacarles un mejor rendimiento cara al futuro.

Samara Dionis, en el laboratorio donde se analizarán las muestras. Cober

Esta técnica de las relaciones isotópicas la usa habitualmente el ITC para la detección de malas prácticas en la producción y la comercialización de productos agrícolas en las islas. Por ejemplo, puede detectar el uso excesivo de pesticidas o la venta de un producto como local cuando en realidad ha sido importado de otro lugar y está prohibido, como pasa con las piñas tropicales de El Hierro.

Huella isotópica

«Cualquier cosa que sea orgánica tiene que tener carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno. Es lo que se llama huella isotópica. Son elementos que, según la relación que tengan, te dicen si eres de aquí o de otro lado», explica de forma sencilla Ramón García, técnico de proyectos del ITC y uno de los promotores de esta iniciativa de empezar a investigar las semillas.

Para que este proyecto arranque, el ITC necesita recibir muestras e ir analizándolas. Cuantas más, mejor, así podrá compararlas y crear un banco de información abierto a la consulta, como defiende García. «En Canarias estamos apostando ya por la soberanía alimentaria, pues una manera de hacerlo es introduciendo tecnología en el sector primario, y no me refiero a meter máquinas, sino a aplicaciones que lo hagan más sostenible y también más eficiente», apunta este técnico.

La primera acción de esta propuesta tuvo como escenario el Laboratorio de Residuos Fitosanitarios del Gobierno de Canarias, que está ubicado en el polígono industrial de Arinaga, en Agüimes, y que es gestionado por el ITC. La jefa de sección del departamento de Análisis Ambiental de esta empresa pública, Samara Dionis Delgado, recibió las primeras muestras de este incipiente y futuro banco de semillas.

Se las aportó María Isabel Quintana González, una de las promotoras del proyecto Temosen, propuesta surgida en la Vega de Acusa, en Artenara, para salvar las semillas más antiguas con las que históricamente se ha plantado la tierra en Gran Canaria.

Análisis. Samara Dionis introduce una muestra en uno de los periféricos del espectrómetro de masas para volatilizarla. Cober

Les puso en contacto Bentejuí Motas García, el vecino de Telde que, en una iniciativa pionera y hasta ahora inédita, decidió costear de su propio bolsillo una excavación arqueológica en un yacimiento que se halla en una finca de su propiedad, la de Malverde, en Tara (Telde). Aún no han aparecido semillas en un contexto arqueológico en su enclave, pero en conversaciones con Ramón García supo que otra posible veta de estudio es la de las relaciones isotópicas. Para ir abriendo camino propuso empezar con las semillas de Temosen.

Quintana trajo varios tipos. Unas de cebada muy antiguas, de más de 50 años, junto con otras más recientes, cosechadas en los años 2020, 2021, 2022 y 2023, también de cebada. A estas se les sumó otras de trigo. Las obtenidas en estos últimos años las consiguió tras cultivar los 10 kilos de semillas que le compró a Pepe Guedes, un agricultor de Ingenio que también apuesta desde hace tiempo por conservar las simientes con más arraigo a esta tierra.

Valores. El espectrómetro de masas arroja unos valores que luego han de compararse en la escala delta isotópica. Cober

«Según mi madre, aquí no se ha dado nunca otra semilla de cebada. La que viene de fuera es totalmente diferente. No se da igual, así que esta semilla se ha mantenido porque no hay otra que se dé como esta, porque está superadaptada», subraya Isabel.

Molienda y estudio

Samara Dionis explica qué se hará ahora con este material. «Vamos a caracterizar esas semillas mediante espectrometría de masas de relaciones isotópicas». Para ello, lo primero que se hace es preparar las muestras. No se pueden estudiar tal cual las ha recibido. Primero ha de molerlas y reducirlas a un polvo fino, del que usará una cantidad muy concreta, mínima, que ha de ser pesada y que será volatilizada, es decir, convertida en gas, para introducirla en el espectrómetro de masas.

«Los 4 isótopos que vamos a determinar son carbono, hidrógeno, nitrógeno, y si lo conseguimos, porque es más complicado, oxígeno», apunta Dionis. «Los tres primeros nos van a dar una información. El carbono nos dirá dónde fue cultivada esta semilla. El nitrógeno, sobre la fertilización, si se usó materia orgánica u otro tipo de productos: y el hidrógeno nos hablará de las condiciones climáticas».

Primer plano de las semillas entregadas por el proyecto Temosen. Cober

Estas semillas de Temosen le dan la oportunidad de experimentar con una matriz con la que hasta ahora no habían trabajado sin la presión de que sea una joya arqueológica. «Estas nos servirán de patrón para empezar a crear la base de datos».

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