Morales: «Sánchez debe tener en cuenta nuestra singularidad»
El presidente del Cabildo de Gran Canaria (Agüimes, 1956) hace balance de la situación provocada por el coronavirus Covid-19 y la respuesta de las administraciones. Destaca la coordinación existente en las islas pero echa en falta que el Gobierno central responda a la demanda de las corporaciones y del propio Gobierno para dar facilidades para utilizar todos los recursos disponibles y también endeudarse.
— La última vez que este periódico le hizo una entrevista fue en la réplica de la Cueva de Risco Caído y en aquel momento su valoración sobre el coronavirus estaba marcada por una información oficial que daba mucha menos gravedad al asunto. Viendo lo que ha ocurrido, ¿hay que culpar a alguien por un error de previsión? ¿Todavía no es tiempo para ello?
— La Organización Mundial de la Salud nos venía advirtiendo de que estábamos ante una posible pandemia, y ya habíamos tenidos crisis sanitarias vinculadas a virus, y creo que España, y Europa en general, no se dotaron de medios para afrontar un desafío de estas características. Y esa Europa con los recortes y ajustes tras la última crisis económica destruyó los mecanismos de protección pública para la atención sanitaria y social. Eso ha derivado inicialmente en improvisación, valoraciones inadecuadas sobre el alcance de la situación... pero creo que es bueno que, pasado todo esto, hagamos una valoración sobre el modelo de futuro, de sociedad que queremos, sobre el valor de lo público, el alcance del Estado del Bienestar... Como sociedad también hemos asumido un modelo de desarrollo insostenible que tenemos que repensar.
— ¿En el caso de Canarias ha funcionado esa coordinación, porque aquí tenemos administración central, pero también autonómica, cabildos y ayuntamientos?
— Me siento muy satisfecho del nivel de coordinación en Canarias: Fecai y Gobierno nos reunimos todas las semanas. Lo hacemos los lunes y en alguna ocasión también otros días entre semana, para escuchar al Gobierno y que el Gobierno nos escuche. Con los ayuntamientos mantenemos un contacto permanente, y el Gobierno también la ha tenido con la Fecam. Otra cosa es que no se haya podido dar respuesta adecuada en algunos momentos pero a nivel de coordinación sí se está actuando bien.
— La crisis sanitaria ha traído una crisis económica y social. ¿Es correcto o es alarmista hablar de ruina socioeconómica en Canarias? ¿Hay mecanismos suficientes para, si no paliar los efectos socieconómicos, sí amortiguar el impacto?
— Esa es la preocupación que tenemos todos. Depende de que se normalice la situación y recuperemos la actividad turística cuanto antes. Cuanto más se alargue, la crisis será mayor. Hay que exigir del Gobierno de España dos cosas, dadas las singularidades de Canarias: uno, lo que cabildos, ayuntamientos y Gobierno demandamos de manera conjunta, que se nos permita usar superávit y remanentes y que se nos permita recurrir al endeudamiento para hacer frente a esta situación. Solo en el caso del Cabildo, estamos hablando de unos 300 millones de euros por un lado y una capacidad de endeudamiento de hasta 400 millones. Y dos, que el Gobierno contemple la realidad bien diferenciada de Canarias, con una dependencia del turismo de hasta el 35% del producto interior bruto, que genera a su vez hasta un 40% del empleo. La crisis, por tanto, en Canarias es mayor y la atención del Estado debe ser muchísimo mayor, con medidas como las relativas a los ERTE, que se deben prorrogar, acciones especiales sobre el turismo...
— ¿Le decepciona en este sentido la respuesta que está dando hasta el momento la ministra de Hacienda?
— Me parece que en algunos casos ha sido muy poco sensible con nuestra situación. Creo que está tardando en dar una respuesta inmediata. Confío en que el Gobierno central tenga en cuenta esta realidad, porque no puede ser de otra manera, pero también reconozco que pueden estar ahora mismo desbordados. También quiero decir que Europa no está actuando con la urgencia y la solidaridad necesarias. Tiene poco sentido una Europa de estas características; he sido siempre europeísta pero ahora mismo la UE no está cumpliendo con la efectividad que se necesita para hacer frente a esta situación. La respuesta inicial a los países del sur ha sido sectaria y espero que se corrija.
— Ha hablado de revisar muchas cosas. ¿Eso debe incluir un modelo canario tan dependiente del turismo, o eso es impensable, sobre todo a corto plazo, dada la capacidad de generar empleo de ese sector?
— A corto plazo, es imposible. Desde luego sí que hemos tardado muchísimo en generar un nuevo modelo. Llevo tiempo insistiendo en eso y creo que es imprescindible. Aquí se ha hablado mucho de la diversificación pero nos quedábamos en lo inmediato, y esa inmediatez nos iba bien en lo económico, aunque no tanto en lo social. Esa actitud ha sido un error. La crisis será mayor en los territorios con una gran dependencia del turismo y Canarias es uno de ellos. Contamos con propuestas para ello, para generar un modelo económico más amplio. Pero sin renunciar al turismo, que es una actividad en la que hay que actuar, como ya veníamos haciendo, para ir a un nuevo modelo sostenible, y los empresarios ya eran sensibles al respecto.
— ¿Es usted de los que piensan que tras esta crisis habrá cambios profundos o al final el modelo liberal y capitalista no se verán afectados y las aguas volverán a ese cauce? ¿Ve factible una catarsis, como proponen algunos?
— No creo en una catarsis. Sí creo que, tal y como sucedió tras la Segunda Guerra Mundial, se puede producir un consenso sobre la necesidad de reconducir esta situación. En los años inmediatos no podremos renunciar a una economía liberal en su conjunto, pero eso es una cosa y otra es un capitalismo salvaje, con el neoliberalismo impuesto desde los años 80 y que ha dado muestras clarísimas de que está destruyendo el planeta, la convivencia, la igualdad y, por tanto, está quebrando la democracia. Eso sí que me parece que va a a tener que cambiar, porque ahora vemos la importancia de un Estado del bienestar que proteja frente a los desequilibrios y las desigualdades.
— El Cabildo está en contacto con los ayuntamientos. ¿Qué le llega de los alcaldes, porque algunos ya prevén un incremento espectacular de la demanda de ayudas sociales? ¿Tienen capacidad todos los ayuntamientos para atender esa situación?
— La mayoría de los ayuntamientos grancanarios están saneados y reclamando, como dije antes, la posibilidad de utilizar los remanentes, además de la capacidad de endeudamiento. Lo que hemos trasladado a los municipios, y lo volveremos a hacer la próxima semana, es que el Cabildo seguirá colaborando con ellos, porque una parte importante de los fondos del Cabildo se dedica a financiar servicios esenciales en los municipios. Seguiremos en esta línea, hemos y vamos a potenciar los recursos para ayudas de emergencia. Como también lo hacemos con la pequeña y mediana empresa y con los autónomos. Por ahora, hemos implementado más de 150 millones.
— Pero los ingresos públicos se desploman, por ejemplo en el caso del IGIC, y sin embargo los gastos públicos crecen. Con ese panorama, ¿de verdad el Cabildo tiene capacidad para garantizar el pago de las nóminas al personal a medio plazo o se avecinan también recortes en el sector público?
— Dependemos casi en un 50% de los recursos tributarios del REF y la reducción en ese capítulo en los próximos meses será previsiblemente de casi el 50%. Pero nosotros vamos a seguir percibiendo hasta el verano los mismos recursos, y por tanto no hay problema para afrontar el pago de las nóminas y los servicios que dependen del Cabildo. Con la posibilidad de usar los remanentes y el superávit, esta situación se atenúa muchísimo. No vamos a renunciar a esos servicios que son esenciales, como los que garantizan la potabilización, el tratamiento de residuos, las emergencias, las políticas sociales, la atención a menores, a personas con discapacidad... eso no se puede poner en riesgo. Sobre todo cuando hemos recuperado esos servicios después de los recortes que aplicaron otros en los últimos años. De hecho, he encargado un estudio en el Cabildo para ver cómo potenciar los recursos para esos servicios y cómo contratar a más personas. ¿Por qué a veces se nos dice que se ralentizan obras o procedimientos? Pues porque se ha ido personal de la administración y no se repuso.
— Uno de los focos de esta crisis sanitaria ha estado en las personas mayores y hemos visto en la península al Ejército interviniendo en centros de mayores. ¿La política de atención a los mayores, donde los cabildos también intervienen, es una de las cosas a revisar?
— Se ha hecho rematadamente mal en toda España porque se fue a privatizar esos servicios. Afortunadamente en Gran Canaria tenemos mejores resultados, mejores ratios... mientras que en Madrid, donde hemos visto situaciones extremas, la mayor parte de las camas están en manos de fondos buitre. Esta privatización a ultranza, ese desmantelamiento de los servicios públicos, ha hecho un enorme daño a los derechos sociales y eso se ha notado en esta crisis. Menos en Gran Canaria, y es así también porque desde el primer momento se ha actuado bien. Incluso con algunas críticas internas por adelantarnos al estado de alarma, para frenar los contactos de familiares con usuarios, pero ahí están los resultados.
— ¿El pacto en el Cabildo se ha resentido en esta crisis?
— No. En absoluto. Nos vemos todos los lunes a primera hora y ponemos en común los problemas de cada área y participa una parte importante del área técnica. Aparte de eso, mantenemos reuniones del grupo de gobierno. Estamos trabajando muy coordinados y sin problemas. Juntos estamos diseñando ahora un fuerte plan de inversiones para reactivar la economía.
— Ante una situación tan compleja ¿por qué no hay más consenso entre el grupo de gobierno y la oposición? ¿No es el momento a aparcar las diferencias?
— Sí, sí, pero yo creo que aquí el Partido Popular está siguiente la misma estrategia de confrontación que Pablo Casado en Madrid. Cada uno actúa según las responsabilidades que ocupa, su forma de comportarse y el momento. A mí no se me ocurre elevar ninguna crítica al Gobierno de Canarias, aunque pueda estar en contra y lo expongo en el seno de la Fecai o se lo traslado al propio Gobierno. Yo he estado en contacto con la oposición desde el primer momento y fueron ellos los que me propusieron no hacer los plenos ordinarios en esta situación. Ahora, por ejemplo, han intentado atacar de manera irresponsable a una diseñadora que está tratando de ayudar para la confección de mascarillas. Fue una medida que tomamos de manera urgente cuando hace apenas quince días no había material ni en España ni en Canarias, y si llegaba, lo confiscaba el Estado, o si llegaban mascarillas, algunas eran defectuosas... Y cuando hay una iniciativa para ayudar en ese problema, lo utilizan para atacar al presidente del Cabildo. Yo tengo la conciencia muy tranquila, el expediente es impecable y, como digo, allá cada uno con sus responsabilidades.
— Ahora también mucha gente vuelve la mirada al sector primario. ¿Da por bueno ese ejercicio, aunque sea tardío, de asumir que la agricultura, la pesca y la ganadería locales deben ganar peso en el consumo y en el PIB canario?
— Espero que sea así. A veces me he llevado desilusiones enormes cuando hemos hecho llamamientos a proteger el sector primario y luego la respuesta no ha sido tan generosa como debiera. Es una reflexión genérica, porque también digo que apoyo que a las siete de la tarde salgamos a aplaudir a los sanitarios, pero no teníamos que haber permitido que se fuera desmantelando la sanidad pública, como se hizo en los últimos años. Igual pasa con los hidroaviones cuando vienen a apagar el fuego, y después no pensamos que podemos cambiar la realidad de esos campos abandonados que generan maleza. Depende de las exigencias de cada uno, de lo que exijamos por ejemplo en las superficies comerciales donde hagamos la compra... podemos hacer muchas cosas, tenemos mucho poder y a veces no somos conscientes. El sector primario es fundamental para un territorio como el nuestro y dice la FAO que en territorios aislados debemos producir el 50% de lo que consumimos, cosa que no hacemos.
— ¿Está usted en el grupo mayoritario de españoles que no entendió las fases de la desescalada del Gobierno central o prefería el plan diseñado por el Gobierno canario?
— La verdad es que el plan inicial es complicado y espero que lo vayan detallando. En cuanto al plan de Canarias, creo que contribuía a que la presencia en las calles estuviese menos masificada.Ya dije en la Fecai que deberíamos ser muy precavidos y tener los mecanismos suficientes, con una trazabilidad real de la situación y poder afrontar un rebrote si se produce. Me preocupa que demos pasos sin tener medios suficientes.
— ¿Qué le pareció la polémica de mensajes cruzados a cuenta del plan canario, con participación en ella de Miguel Ángel Pérez, vicepresidente del Cabildo; el diputado Pedro Quevedo y el catedrático Serra Majem?
— Creo que se ha aclarado, eso pasó... y en situaciones de tensión como estas se producen cosas así, que no son las mejores, y lo que hay que trasladar al ciudadano es que las instituciones estamos trabajando de manera coordinada. Eso es lo importante.
— Le traslado una pregunta que le hicimos hace una semana a dirigentes empresariales: imagine que le llama Pedro Sánchez y le pregunta qué debería hacer en Canarias. ¿Qué le contestaría?
— Desde luego, que tenga en cuenta la singularidad de Canarias, que emplee recursos extraordinarios para reflotar un sector como el turismo, del que dependemos para subsistir. Por lo tanto, hay que prestarle especial atención a la población en situación de pobreza y exclusión social. Hay que impedir que esas personas que están en ERTE y que dependen del turismo se queden en el paro, de manera que sigan en los ERTE hasta que la situación vuelva a la normalidad. Y por supuesto que las administraciones podamos usar todos los recursos, con el remanente, superávit y la posibilidad de endeudamiento.