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Jesús Quesada
Las Palmas de Gran Canaria.
Domingo, 2 de enero 2022, 07:55
El Gobierno de Canarias ha otorgado a Repsol un permiso de exploración de recursos geotérmicos en 1.386 cuadrículas mineras de Gran Canaria, equivalentes a 466 kilómetros cuadrados, repartidas entre siete municipios de la isla. La superficie incluida en el permiso corresponde a la franja central de la isla, de costa a costa, dejando fuera la mayor parte del norte y la cornisa del sur.
Los trabajos proyectados en los municipios de La Aldea de San Nicolás, Tejeda, Mogán, San Bartolomé de Tirajana, Santa Lucía de Tirajana, Agüimes e Ingenio son superficiales, sin perforaciones y no entrañan ninguna alteración sustancial de la configuración del terreno.
El permiso concedido es por un año, aunque prorrogable durante otro año como máximo, y su inicio debe comunicarse a la Dirección General de Minas para realizar, si se estima oportuno, la visita de la policía minera para confrontar si los trabajos se ajustan al programa de exploración aprobado.
La Dirección General de Industria del Ejecutivo canario trabaja en la elaboración de los pliegos del concurso que sería necesario para conceder, posteriormente, el permiso de investigación, que sí conlleva perforaciones del suelo.
La exploración de Repsol, denominada Lisa, por el nombre del lagarto endémico, llega después de que el Cabildo dejara sin terminar, debido a la covid, la primera fase de un estudio hecho por el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) sobre el potencial geotérmico de la isla.
En esos trabajos se invirtieron 535.000 euros en estudios geofísicos, geoquímicos y geológicos en superficie que llegaron a la conclusión de que las zonas con estos recursos se sitúan del sureste al sur de la isla, son de media entalpía (no de alta) y por tanto susceptibles de aprovechamiento para la generación de energía no solo renovable sino también continua.
Los trabajos del Cabildo e Involcan incluyeron un estudio geoquímico de emanaciones difusas de gases en la atmósfera del suelo en 3.600 puntos distribuidos por el norte, centro, este y sureste de Gran Canaria, la de formación más reciente, cubriendo 710 kilómetros cuadrados.
Faltaron los análisis químicos de composición del agua de unos 40 pozos repartidos por toda la geografía insular, para lo que el Cabildo logró una financiación estatal de 500.000 euros en 2018 que, sin embargo, no pudo ejecutar por dificultadas puestas por el Gobierno central para su materialización.
La segunda fase del estudio del Cabildo, que no dispone de fondos, pretendía detectar los puntos con mayor potencial para, en una tercera fase, llevar a cabo perforaciones que confirmen la viabilidad de la explotación de estos recursos.
Repsol, la empresa que hace años perforó el fondo marino situado a varios kilómetros de la costa de Fuerteventura en busca de hidrocarburos, llevaba meses manteniendo contactos con las autoridades canarias antes de obtener el permiso de exploración. Entre ellas, con el Cabildo, según ha confirmado su coordinador técnico de Soberanía Energética, Raúl García.
Sobre las posibles futuras perforaciones en busca de bolsas de agua caliente en el subsuelo, Garcia se ha mostrado partidario de que se lleven a cabo con capital público o al menos, debido a su alto coste, estimado en unos 6 millones de euros por cada perforación, mediante una iniciativa público-privada.
García recuerda que la energía geotérmica puede aprovecharse para la producción directa de calor o para la generación de electricidad. Frente a otras fuentes renovables, sujetas a las condiciones climatológicas, se trata de una energía de producción continua las 24 horas del día y, por tanto, gestionable. De hecho, en el archipiélago portugués de Azores son tres las plantas geotérmicas en funcionamiento.
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