Secciones
Servicios
Destacamos
Las nueve musas griegas fueron el primer bastión de defensa del bien, únicas capaces de contener al maquiavélico ejército del mal una vez que el reloj dio las 00.00 horas y Valsequillo se quedó de nuevo a oscuras tras ese alto en el camino del que nadie escapó como fue la pandemia. La plaza de San Miguel volvía a acoger la lucha de cada noche de 28 de septiembre, un enfrentamiento que parecía que podía tener final feliz hasta que apareció el demonio.
Con la temida, esperada y celebrada entrada del Perro Maldito, la batalla volvió a desequilibrarse a favor del mal. Acrobacias, pirotecnia, espectáculo de luces... El show resplandeció con la llegada de un diablo que esta vez no hacía su aparición solamente rodeado de sus guardianes. Su esposa en avanzado estado de gestación fue la otra protagonista por lo que eso significaba: la continuidad del mal.
Y, para dar cabida al máximo número de gente sin comprometer las medidas anticovid, la fiesta se vivió en dos escenarios. Los zancudos y acróbatas también hicieron acto de presencia en el recinto cultural estable, donde las andanzas del perro se siguieron en una pantalla gigante.
Al final, después de un irónico y melódico discurso en el que los racistas, maltratadores e irresponsables que se saltan las normas sanitarias quedaban retratados, se homenajeó a La Palma en el mejor cierre posible para un Perro Maldito que ya ha superado 35 años y una pandemia.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.