«Obediencia no es sumisión y Calabuig salvó a los animales»
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Se celebró el juicio por la demanda del veterinario al Cabildo Insular por acoso en su labor de rescate del pinzón azul y la tortuga PandoraNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
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El Juzgado de lo Social número 3 de Las Palmas de Gran Canaria celebró este jueves el juicio por la demanda que interpuso el veterinario Pascual Calabuig contra el Cabildo por acoso en la gestión que desarrolló en la conservación del pinzón azul y de recuperación de una tortuga herida llamada Pandora.
El responsable del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (CRFS) del Cabildo Insular de Gran Canaria demandó al Consistorio después de que le sancionasen con seis meses de empleo y sueldo por desobediencia. al haber cometido dos presuntas infracciones muy graves, dos graves y una leve.
En la vista, el letrado de Calabuig manifestó que «obediencia» no era «sumisión» y si Calabuig no acató alguna de las órdenes que le dieron los jefes del área fue para «salvar a los animales. Si se pone en riesgo la vida animal, el sentido común y su código deontológico le hace actuar porque llegó una orden de los responsables del Cabildo que dijeron que los ejemplares de pinzón azul –una especie en peligro de extinción– que había en el pinzonario, se murieran solos y así se quitarían un problema», dijo.
«Nadie se atrevía a decir que los mataran y quisieron aburrir a la persona a cargo de la instalación para que se murieran los animales. Como no lo lograron, dieron la orden de apartar a los técnicos que estaban en el pinzonario a las órdenes de Calabuig y así morirían los pollos por falta de atención», dijo en el trámite de informes.
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En lo que respecta a la tortuga Pandora, el letrado sostuvo que «Pascual tomó la decisión de salvarle la vida. Logró sacarle el anzuelo, se publicó a nivel internacional y por la maldita burocracia no llegaba el permiso para trasladarla al acuario Poema del Mar y, mientras, el animal se daba golpes en el tanque de Taliarte donde estaba. Salvaron a una tortuga que llegó luego a Mauritania monitorizada por GPS aportando grandes datos a la ciencia».
Por su parte, el letrado del Cabildo insistió en que Calabuig incurrió en desobediencias graves ya que, en el caso de los pinzones, la competencia era del Gobierno de Canarias: «Hay un conflicto entre los técnicos de ambas instituciones y el del Cabildo ha impuesto su criterio a sabiendas de que los otros eran los competentes. No cumplir las órdenes e instrucciones de no continuar con la cría del pinzón azul es una desobediencia», argumentó.
En lo referente a la tortuga, también insistió en que la competencia para el traslado desde Taliarte hasta Poema del Mar era del Gobierno de España y, en cualquier caso, «cuanto antes se llevara era mejor, pero no quedó claro que existiera una urgencia vital del animal. Hubo un empecinamiento del actor en imponer su criterio».
Aludió el abogado en que Calabuig también desoyó su obligación de realizar la memoria sobre el pinzón azul.
En la vista declararon el jefe de Medio Ambiente del Cabildo, Luis Fernando Arencibia, que dijo que Calabuig «no compartía los criterios de los técnicos de la comunidad autónoma en la cría del pinzón y él siguió con su empeño».
También depusieron dos especialistas que trabajaron en el pinzonario y el veterinario del Poema del Mar que destacaron el proceder de Calabuig.
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