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Isabel Sagras (derecha) y su hija presenciaron este miércoles el desalojo de la casa a la que esta familia ha estado ligada casi 30 años. C7
Dos nuevos desahucios en la playa de Tauro de los 23 que están en marcha

Dos nuevos desahucios en la playa de Tauro de los 23 que están en marcha

La empresa que compró en 2016 la parcela del antiguo camping Guantánamo ha ganado en primera instancia 16 de los procedimientos

Jueves, 24 de febrero 2022, 00:00

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La comitiva judicial del Juzgado de Primera Instancia número 4 de San Bartolomé apareció este miércoles en Tauro, en Mogán, sobre las 11.30 horas. Acudió a efectuar dos nuevos desahucios de los 23 que están en marcha para desalojar a las familias que viven en las antiguas cuarterías de la que fue una finca agrícola, luego reconvertida en el Camping Guantánamo, también ya desaparecido después del incendio que sufrió en 2003. Parte de las pequeñas construcciones se hallan agrupadas en torno a un pasadizo que los vecinos llaman Callejón del Cuajo. Durante el mes de febrero ya se han desocupado cuatro, todos fijados por el mismo juzgado.

Los terrenos donde están estos inmuebles son solo una parte de la extensión de suelo que se halla al pie de la playa y que está en manos de varios propietarios, entre ellos el Grupo Anfi, dueño de la mayor parte de esta franja del litoral moganero, o la familia Martín, que fue también la dueña del camping Guantánamo, y que conserva otra gran porción de suelo en otro frente de la cala.

La empresa Turing Europeo SA, dedicada al sector turístico, adquirió la parcela donde estaba el camping en 2016, que tiene una superficie de 20.750 metros cuadrados, y abrió una vía judicial para el desalojo de las familias que, según la propiedad, «mayoritariamente pasan temporadas aquí, aunque algunas viven, en cuarterías o habitaciones que están dentro de ese solar» y que, en su momento, estaban integradas en el Camping Guantánamo.

La representante legal de la empresa explica que los 23 procedimientos judiciales que se han puesto en marcha son de desahucio por precario en la medida en que las personas que hoy están en esas viviendas no cuentan con contrato de alquiler ni abonan en la actualidad cuota alguna. Los afectados, tanto los que estaban alquilados en esas casas del camping antes del incendio como los que las habitaron después, una vez perdieron sus pertenencias en el incidente, aseguran que sí abonaban un alquiler, pero que ya no pudieron hacerlo tras el incendio. «Lo ingresábamos por correo y nos venía devuelto». En este sentido, la representante legal de Turing Europeo SA aclara que el camping estaba cerrado y precintado por motivos de seguridad tras el incendio, por lo que «no podía volver a ser ocupado legalmente por nadie y que, al no estar permitido, los anteriores dueños del camping no aceptaron ningún pago».

La otra vecina desahuciada este miércoles, en un gesto de generosidad, ya había abandonado la casa el día anterior y dejó sus libros en una mesa para quien quiera aprovecharlos y leerlos.
La otra vecina desahuciada este miércoles, en un gesto de generosidad, ya había abandonado la casa el día anterior y dejó sus libros en una mesa para quien quiera aprovecharlos y leerlos. C7

Esta parcela está clasificada como urbanizable y su desarrollo ha de articularse en torno a un plan parcial en el que, entre otros usos, podrá dar lugar a complejos hoteleros y zonas comerciales. De los 23 desahucios iniciados, Turing Europeo SA ya ha ganado en primera instancia 16 y de las 10 apelaciones presentadas por los afectados, la dueña de la parcela ya ha ganado cuatro.

Los lanzamientos por tandas sacuden el estado de ánimo de los afectados

Isabel Sagras, sentada en una hamaca junto a su hija, no le quitaba ojo a los operarios. Ella fue una de las dos desahuciadas de este miércoles. Estaban desalojando una casa a la que llevaba ligada desde hace casi 30 años. Formaba parte del camping Guantánamo y ella estuvo años pagándoles un alquiler mensual de 25.000 pesetas. Sin embargo, las llamas destruyeron el camping, el negocio cerró y ella siguió en su habitación. Intentó continuar abonando el alquiler, pero nadie se lo cobraba. Hasta que la parcela cambió de manos y empezaron los desahucios. Cuenta que como tiene casa a donde ir optó por no plantar resistencia y que pactó con la propiedad que, a cambio, fuera de las últimas en ser desalojadas, pero no ha sido así y está dolida. La empresa dice que no hubo pacto y que los señalamientos los hace el juzgado.

El resto de los vecinos también observaba la escena. Saben que tarde o temprano tendrán que irse, pero les destroza presenciar este goteo de salidas. Se han sentido abandonados y engañados por todos, también por el Ayuntamiento y hasta por los medios de comunicación, a los que acusan de tergiversarles. Hay al menos dos familias que no tienen a dónde ir y uno de los afectados asegura que su familia lleva en Tauro desde los tiempos de su abuelo, cuando era una cuartería y existía la finca.

Estos dos lanzamientos judiciales de este miércoles se produjeron de forma pacífica, como los dos anteriores, sin incidencias. De hecho, una de las dos afectadas ni siquiera estuvo presente. Ya había dejado libre su casa el día anterior. Por eso, estos vecinos no entienden por qué acompaña a la comitiva judicial una presencia tan numerosa de agentes de la Guardia Civil. De alguna manera les ofende. No lo ven justificado porque no plantean ningún tipo de resistencia, y ello pese a que este trago se les hace muy amargo y pese a que tampoco comparten las formas que se están empleando para sacarlos de las que consideran sus casas. Por cierto, les disgusta también la fórmula escogida para impedir que las construcciones vuelvan a ocuparse. «Las rellenan de tierra y escombros y eso no trae sino bichos para los que quedamos aquí», se queja una de las afectadas.

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